Las historias truculentas de crímenes salvajes no son ajenas al Perú. Más de una mañana, los peruanos han despertado con titulares escabrosos en los periódicos y en los noticieros.
El asco, la fascinación y el miedo son algunas sensaciones que aparecen el revistar estos casos. Y podemos predecir que serán sentimientos que recorrerán sus cuerpos al leer estas historias que hemos reunido para ustedes.
Con ustedes, siete crímenes que paralizaron al Perú y las consecuencias legales que tuvieron que afrontar los responsables. Y eso sí, no siempre habrá justicia al concluir el relato.
1. El asesinato de Ruth Thalía
En el 2012, se discutió el impacto de los medios de comunicación en el asesinato de una persona.
Ruth Thalía Sayas creía que participar en el Valor de la verdad le arreglaría la vida. Los 50 000 soles que ganó esa noche parecían darle un futuro mejor, pero la pusieron en la mira de un asesino motivado por una masculinidad tóxica y herida.
En el polémico programa conducido por Beto Ortiz, la joven «confesó» dedicarse a la prostitución y tener relaciones con otras mujeres. Las cámaras apuntaban a su pareja, Brian Romero, con énfasis. En tono de burla y chacota, capturaban las imágenes de un futuro asesino.
Esto fue en julio y las consecuencias estuvieron dando vueltas hasta setiembre. Romero era el «cachudo» del barrio y Ruth era juzgada con todos los calificativos que una sociedad machista está muy dispuesta a usar.
Se supo que la presión los llevó a terminar y no en buenos términos. Él había ingresado a robar mil soles junto a otros gadgets, pero la denuncia nunca se formalizó por temor a las represalias del joven y sus amigos, temidos mototaxistas de la zona.
Luego del escrutinio la desgracia comenzó. Ruth desapareció luego de verse con unos amigos y los padres sospechaban de Brian. Los medios de comunicación buscaron a la expareja, que frente a las cámaras se mostró desconcertado y afirmaba haber estado borracho la noche de los misteriosos sucesos.
Sin embargo, las fuerzas del orden no creían en su versión y lo sometieron a un interrogatorio en el que finalmente se quebró. Esto luego de muchas contradicciones que aumentaban las dudas sobre su responsabilidad.
Descubierto, llevó a la policía a un descampado donde había enterrado los restos de Ruth. Ella había sido ahorcada y golpeada hasta la muerte, luego de haber sido sedada para que el asesinato resultará más sencillo.
Romero sostuvo que el motivo para su crimen fue que la occisa se negó a darle parte del dinero ganado y la frustración por ser un hombre engañado ante los miles de televidentes del programa conducido por Ortiz.
La investigación culminó con la sentencia de cadena perpetua para Brian Romero, condena que sigue cumpliendo hasta la fecha.
2. El monstruo de Armendáriz
Vamos a 1954.
Lima despertaba con el descubrimiento de un cadáver. Los restos de un niño de tres años fueron encontrados en una quebrada de Armendáriz, entre Barranco y Miraflores. La violación y furia del crimen hizo que los limeños exigieran justicia.
La investigación no llevaba a ningún lado, hasta que un testigo señaló que había visto al niño asesinado junto a un hombre afroperuano, con rumbo a la quebrada ya mencionada.
Una búsqueda en las zonas aledañas los llevó a atrapar a Jorge Villanueva, un sujeto con antecedentes de robo que fue identificado como el último que vio con vida a la víctima. Para ese momentos, la prensa ya lo había bautizado como El monstruo de Armendáriz.
Bajo la presión de toda Lima, los policías detuvieron a Villanueva en su casa prefabricada ubicada en Barranco. El interrogatorio fue intenso y, según confirmó el propio acusado y su abogado, fue forzado a inculparse para recibir una pena más ligera.
A pesar de argumentar la presión policial, al supuesto monstruo se le condenó a pena de muerte. Recordemos que en esa época la pena de muerte era aplicada también para los delitos de homicidio calificado, violación de menores de siete años, asesinato por lucro y robo con muerte de la víctima.
Al escuchar su sentencia, soltó una frase que ha quedado marcada en la historia de los crímenes peruanos: “Yo he cometido muchos delitos, he sido un hombre malo…pero este crimen no me pertenece”.
De ocho balazos se cumplió esta condena y Villanueva nunca admitió nuevamente su culpa, ni con el sacerdote en la noche previa a su fusilamiento. El testigo estrella, según se supo luego, se contradijo en más de 30 oportunidades durante el juicio. Algo que no se reveló hasta luego de la muerte del protagonista de este misterio sin esclarecer.
3. El útero de Marita
En 1990, los medios se preguntaban: ¿Dónde está el útero de Marita?
Marita Alpaca, aeromoza de 33 años, caía desde el piso 19 del hotel Sheraton. Los que estaban cerca al suelo lo interpretaron como un suicidio, a pesar del particular detalle que cayó con una biblia entre los brazos.
Su cadáver fue identificado como una NN y a través de la cobertura periodística pudo ser identificada por su familia, quienes insistieron en una severa investigación.
La habitación que vio caer a Marita había sido separada por nada más y nada menos que Leandro Reaño, gerente del Banco de Comercio y un pequeño magnate de la sociedad peruana.
Los primeros indicios de la Policía señalaban que ellos habían tenido una discusión y él la sometió a golpes y empujones, lo que terminó haciéndola caer por la ventana. Uno de los motivos de la pelea habría sido el reciente aborto de la mujer asesinada. Aborto que fue forzada a realizarse por el presunto asesino.
Reaño huyó a Brasil y su defensa inició una campaña de demolición en el que hicieron quedar a Marita como una prostituta, con tal de desprestigiar los argumentos en contra del millonario. A pesar de eso, el empresario fue detenido al momento de regresar al Perú, creyendo que tenia a la justicia de su lado.
Como parte del proceso, se ordenó una exhumación para determinar si hubo o no un aborto. Los especialistas determinaron que no había rastros del mismo, pero la madre sugirió que el útero habían sido intercambiado para encubrir al acusado. El diario Extra recogió esa declaración con el titular mencionado al principio de esta historia.
Leandro Reaño fue condenado a siete años de prisión por delito de homicidio simple y se le absolvió del cargo de aborto en agravio del Estado. Cumplió su sentencia y se corrió el rumor de que había fallecido por cáncer terminal, aunque en el 2012 se le vio deambulando en Miraflores. Vivía en un hostal llamado El Reducto, lejos de los lujos de antaño.
4. El caso van der Sloot
El holandés Joran van der Sloot es un asesino internacional que ha inspirado más de una película. Pero su llegada al Perú fue el fin de su carrera letal.
El extranjero llegó a Lima en el 2010 con algunos dólares en el bolsillo. Se hospedó en un hotel que no podía pagar y esperaba tener suerte en un torneo de póker en el casino Atlantic City de Miraflores.
En una de las mesas conoció a Stephany Flores Ramírez y la química fluyó automáticamente. La conversación de madrugada era lo suficientemente interesante como para que decidieran seguirla en la habitación del holandés, donde jugaron póker en internet.
La curiosidad de Stephany la llevó a googlear el nombre de su nuevo amigo y encontró información referida a la desaparición de Natalee Holloway. En ese caso, sucedido en Estados Unidos, estaba involucrado directamente el visitante.
Asustada, empezaron a forcejear y él la terminó noqueando y asfixiando por más de un minuto. La huida comenzó en ese momento y llegó vía terrestre hasta Chile, donde ya lo estaban esperando los agentes del sur.
Su proceso fue anecdótico ya que se negó a declarar, aduciendo que por falta de un traductor no podía defenderse de forma correcta. Joran van der Sloot fue condenado a 28 años por homicidio calificado y hurto simple.
5. La muerte de Eyvi Ágreda
La muerte de Eyvi Ágreda, de apenas 22 años, fue un reflejo del machismo que nos está ahogando como sociedad.
En el 2018, Eyvi se dirigía a su hogar en el transporte público como todas las noches. No se percató que Carlos Hualpa Vacas, un antiguo compañero laboral que estaba obsesionado con ella, había subido encapuchado y con ánimo de venganza.
En cuestión de segundos, la roció con gasolina. Más rápido aún, el vehículo se incendió con la joven en medio de todo. El pánico invadió el bus mientras se veía afectado el 60 por ciento del cuerpo de la muchacha.
La joven fue llevada de emergencia al hospital y en dos días fue sometido a dos grandes operaciones para intentar salvarla. A la par, el atacante es detenido y se excusa en que se sentía utilizado por la joven que no quiso ceder a las intenciones románticas del pirómano.
A lo largo de dos meses, Eyvi luchó por su vida. Llegó a recuperar el conocimiento y hablar con sus seres queridos de forma breve, pero las ocho operaciones para resguardar su salud no fueron suficientes. El 1 de junio de ese año, ella falleció y el Perú se unió en indignación. El hambre de justicia de los colectivos feministas era inmenso y la respuesta no podía tardar.
Finalmente, el Poder Judicial condenó a Carlos Javier Hualpa Vacas a 35 años de prisión por el crimen que causó la muerte de Eyvi. Se determinó que el ataque fue planeando con un mes de anticipación y que no era una excusa que el asesino solo tuviera las intenciones de «desfigurar, más no matar».
6. El caso Calígula
Han pasado 29 años desde la muerte de Fernando de Romaña y 28 desde la telenovela que inspiró, pero el crimen sigue sin resolverse.
En 1992, el delincuente conocido como Calígula se ganaba la vida robando autos y esquivando las penas con suculentas coimas que llegaban a valer miles de soles.
En su vivienda miraflorina, se realizaban operativos para desbaratar mafias dedicadas a crímenes ligadas a vehículos, pero todos estos actos siempre se paralizaban a la mitad. Todo muy misterioso, todo muy irregular.
El joven era poderoso, pero no siempre podría tener tanta suerte. Una tarde a plena luz del día, fue abordado junto a su amigo por un grupo de asesinos que desató una balacera cinematográfica.
Tres balazos en la cabeza acabaron con la vida del delincuente, pero la violencia no terminó en ese lugar. El cuerpo de Calígula fue encontrado en Cieneguilla mientras que el compañero apareció en Monterrico con un balazo letal en el ojo izquierdo.
La muerte solo hizo crecer el mito, como casi siempre. Luego de su final, los relatos sobre sus orgías y fiestas llenas de droga se volvieron leyendas que circulaban por todas las reuniones de entonces. Y muchos suponen que su muerte estuvo ligada a eso.
El rumor más fuerte que circula por las redes es que Fernando de Romaña se dedicaba a filmar sus encuentros sexuales masivos y en ellos aparecía la hija de un poderoso italiano que no iba a permitir que se dañara el honor de su pequeña.
7. La tragedia de Utopía
El crimen más grande de la lista, con 29 muertes y responsables acusados por homicidio doloso.
Eran las dos de la mañana del sábado 20 de julio del 2002. Un incendio comenzó en la discoteca Utopía, en una fiesta que involucraba fuego y animales salvajes. Lo que no incluía eran extintores o licencia de funcionamiento.
El pánico se apoderó del espacio, entre gritos y rugidos. La gente se asfixiaba por el humo o eran aplastados por la turba asustada que no encontraba las salidas. Un escenario desolador que motivó a que el presidente de entonces, Alejandro Toledo, se uniera al alcalde de Lima, Alberto Andrade, para iniciar una fiscalización a gran escala de discotecas.
El hecho no fue un accidente y los padres de las víctimas comenzaron un proceso judicial que parece infinito. Percy North, Alan Azizollahoff Gate, Édgar Paz Ravines y Fahed Mitre han visitado los juzgados en muchas oportunidades y sus situaciones son complejas.
Percy North fue sentenciado a 10 años de prisión efectiva por el delito de homicidio doloso, pero salió en libertad tras 7 años en la cárcel.
Édgar Paz Ravines se dio a la fuga y fue capturado en México, luego de huir de la justicia por 16 años. Su proceso de extradición se suspendió gracias a un juicio de amparo en el 2018, pero finalmente se logró que regresara al Perú en el 2020. Aquí cumple la sentencia de cuatro años por homicidio culposo por omisión dolosa.
Alan Azizollahoff fue sentenciado también a cuatro años por el mismo delito y se encontraba en Miami, como prófugo. Recién el año pasado se aprobó su extradición, pero sigue siendo un trámite sin final.
Fahed Mitre, como socio minoritario, fue declarado inocente y permanece lejos del ojo público.
Por una cuestión de respeto, incluimos la lista de los fallecidos en esa madrugada:
Álvaro Sayán Hormazábal
Guillermo Vilogrón Gaviria
Lawrence von Ehren Campos
Arturo Lecca Fuentes
Maritza del Pilar Alfaro Melchiorre
Vanessa Humbel Burga-Cisneros
Daniela Amada Feijoo Cogorno
Jorge Karín Bugosen Chaluja
María Gabriela Meza Vázquez
Carlos Augusto Haaker Pérez
Pedro Michael Bugosen Chaluja
Marcela Milagros Valverde Ocaña
Eugenia Carolina Fischmann Rodríguez
Jorge José Diez Martínez Podestá
Mariana Cristina Liceti Fernández-Puyó
Eduardo Antonio Majluf Tomasevich
Verónica Delgado Aparicio Villarán
Melissa Burstein Vargas
Flavio Renato de la Llave García Rosell
Silvia Virginia de la Flor Icochea
Orly Gomberoff Elon
Ricardo Martín Valdivia Rivera
Maura Rocío del Pilar Solórzano Gonzales
Sandra Liliana Cevallos Menchelli
Vanessa Ximena Caravedo Guidino
Luis Enrique Ramírez Bacigalupo
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