Es una forma de gobierno en la cual el rey o monarca comparte el poder con el Parlamento.
En esta forma de organización política, el rey ejerce la función de jefe de Estado y cabeza de la Nación, mientras que un primer ministro es el jefe de gobierno y quien administra y conduce el país.
El primer ministro es designado por el Parlamento, que está a cargo del Poder Legislativo, por lo que se encarga de la aprobación de las leyes.
El Poder Judicial, integrado por tribunales inferiores, cortes de apelación y una Corte Suprema, se encarga de juzgar y dictar sentencias, y de establecer la constitucionalidad de las leyes aprobadas por el Parlamento.
Características de la monarquía parlamentaria
Las principales características de la monarquía parlamentaria son las siguientes:
- El rey es el jefe del Estado, pero no el jefe de gobierno, que es ejercido por un primer ministro. Por eso se dice que en las monarquías parlamentarias «el rey reina, pero no gobierna».
- Las atribuciones del rey son muy limitadas, entre ellas, la de sancionar y promulgar las leyes aprobadas por el Parlamento, representar al Estado en el exterior y arbitrar en conflictos entre los partidos. El rey simboliza, además, la unidad nacional frente a la división territorial y las disputas políticas.
- El origen del poder del rey es hereditario mientras que el primer ministro es designado por el Parlamento, sobre la base de los resultados de las elecciones y los porcentajes de votos obtenidos por cada partido.
- El rey dura en su cargo hasta su muerte o abdicación mientras que la duración del cargo del primer ministro es limitada, ya puede cesar en cualquier momento ante una eventual moción de censura por parte del Parlamento.
- El Parlamento está a cargo del Poder Legislativo, por lo que se ocupa de aprobar las leyes que deberán ser promulgadas por el rey. Sus integrantes son elegidos mediante sufragio universal.
- El rey mantiene ciertos privilegios como el sostenimiento económico de la familia real y cuestiones que hacen a su inmunidad jurídica.
- El gobierno, encarnado en el primer ministro, y las cámaras que componen el Parlamento son considerados los depositarios de la soberanía popular.
- Los ciudadanos gozan de gran cantidad de derechos y libertades, entre ellos los de reunión, expresión y de prensa.
Origen de la monarquía parlamentaria
La monarquía parlamentaria nació en Inglaterra a fines del siglo XVII, luego de la Revolución Gloriosa de 1688, que puso fin a los intentos del rey Jacobo III Estuardo de imponer un estilo de gobierno absolutista, basado en la teoría del derecho divino de los reyes.
Tras su derrocamiento, su hija María II y su esposo, Guillermo III de Orange, fueron coronados conjuntamente, con la condición de que aceptaran la Declaración de Derechos que había sido elaborada por el Parlamento. Este documento restringió los poderes de la monarquía, al quitarle las facultades para crear impuestos, suspender leyes o mantener un ejército permanente sin permiso parlamentario. De esta manera, protegió a los súbditos de posibles abusos del poder real.
La prosperidad alcanzada por Gran Bretaña en las siguientes décadas llevó a los filósofos de la Ilustración a proponer la monarquía parlamentaria como modelo ideal de gobierno.
Esos ideales ilustrados alentaron a quienes, durante la Revolución Francesa, impulsaron la creación de una monarquía parlamentaria, que tuvo vigencia entre el 4 de septiembre de 1791 y el 21 de septiembre de 1792, cuando fue reemplazada por la república.
En el resto de Europa, la monarquía parlamentaria fue instaurada durante el siglo XX en España, Dinamarca, Suecia, Noruega, Bélgica y los Países Bajos.
Monarquía parlamentaria y monarquía absoluta
Estos tipos de monarquía tienen en común que el jefe del Estado es un rey o monarca, cuyo cargo es vitalicio y se transmite a través de herencia de sangre, es decir que se hereda entre miembros de la misma familia.
Sin embargo, las monarquías absolutas y las parlamentarias tienen notables diferencias.
En las monarquías absolutas no existe la división de poderes, ya que el rey o monarca concentra todos los poderes del Estado: el ejecutivo, el legislativo y el judicial. Esto lo faculta para conducir y administrar el país y para sancionar leyes y dictar sentencias para castigar delitos.
En las monarquías parlamentarias, en cambio, hay plena división de poderes: el Legislativo y el Judicial controlan y limitan el poder del monarca cuya función, en muchos casos, queda circunscrita a la representación política e internacional de la nación de la que forma parte.
Ejemplos de países con monarquía parlamentaria
Los siguientes países mantienen la monarquía parlamentaria como sistema político de gobierno:
Australia | Bélgica | Canadá | España |
Dinamarca | Japón | Luxemburgo | Mónaco |
Nueva Zelanda | Noruega | Países Bajos | Reino Unido de Gran Bretaña |
Suecia |
Fuente: Enciclopedia de Historia.