Problemas que se enfrentan en los estudios de maestría y doctorado

Escribe: Roxana Sotomarino 

Sumario: Aspectos introductorios. 1. Las virtudes que brinda obtener un grado superior al bachillerato en el Perú. 2. Los problemas que se enfrenta al requerir los estudios de maestría y doctorado. 2.1. Tesis y métodos. 2.2. Tesis y plagio. 2.3. Tesis y suficiente fundamentación teórica, información estadística y casos.


Aspectos introductorios

Acceder a la educación superior representa gran esfuerzo de parte de estudiantes, padres u otros familiares y del propio Estado. La Constitución vigente precisa en su artículo 18° que la educación universitaria tiene como fines la formación profesional, la difusión cultural y la creación intelectual y artística, así como la investigación científica y tecnológica. Se precisa en el citado artículo que las universidades son promovidas por entidades privadas o públicas, siendo la ley la que fija las condiciones para autorizar su funcionamiento.

A partir de la década de 1990 se observa un incremento en el número de facultades de derecho orientadas a generar dinero a sus dueños, antes que a brindar una educación universitaria de calidad. Numerosas acusaciones, y la confirmación de que muchas tesis se han armado en base al plagio y al «copiar y pegar» sin reconocer la obra de terceros, afectan la imagen y el prestigio de estas facultades. Ello no implica, por cierto, desconocer la importancia de la investigación jurídica desarrollada en nuestro país.

1. Las virtudes que brinda obtener un grado superior al bachillerato en el Perú

A fines de los años ochenta del siglo XX, seguir una maestría o un doctorado en el Perú se consideraba una tarea solo emprendida por quienes elegían dedicarse especialmente a la docencia. En el ámbito profesional se generaba admiración hacia el poseedor de un grado de magíster o de doctor pero, dados los requerimientos del mercado de trabajo y los costos que ello ocasionaba, el reto no siempre se asumía.

Pero el panorama ha cambiado. Seguir estudiando, luego de haber obtenido el bachillerato (incluso con tesis) y de haber superado el examen de licenciatura, significa horas de clase, de acopio de información en bibliotecas y, según el caso, la búsqueda de información estadística y de jurisprudencia que no siempre consta en libros y revistas. Los requisitos formales se han elevado también: se exige determinar el problema y el enunciado de la pregunta, el marco teórico y metodológico, la hipótesis como el posible desarrollo. Además, se hace necesario aprender a citar correctamente y, claro, a armar una bibliografía de acuerdo con los estilos y guías que incluso vienen siendo aprobados por las universidades.

Asesorar a los clientes o llevar sus procesos, resolver procesos administrativos y dictar una sentencia, entre otras actividades derivadas del ejercicio de la abogacía, supone una compleja labor cognitiva en la cual también están involucradas las emociones, los sentimientos. Pero, seguir un posgrado, mejora el desarrollo y estructuración del pensamiento desde una idea central o primaria hasta determinar las secundarias y proceder a la prueba de la hipótesis lanzada, entre otros compromisos propios de la investigación.

Los requerimientos profesionales y académicos se han elevado. No basta tener un bachillerato o ser licenciado en Derecho para enseñar en una universidad. Si bien podemos hallar magníficos profesionales en diversas áreas, muchos no han obtenido un grado superior al bachillerato y la licenciatura. El tema es que la vida académica reclama del profesional esa capacidad de estructurar un pensamiento crítico y creativo, que produzca un resultado persuasivo en términos de trabajar con la dogmática, la exégesis, el funcionalismo, la historia, la sociología jurídica, etcétera. Hoy en día, no se puede dejar de investigar con ayuda del derecho comparado. Se cuenta con  profesionales capaces de sustentar verbalmente la materia en la que son especialistas pero que no pueden investigar y escribir más de una página sobre un tema. Lógicamente, ocurre también lo contrario: profesionales que escriben pero no explican los temas. Ningún extremo es adecuado.

Por lo general, la profesión refuerza el manejo del lenguaje expresivo oral. A ello se suma que, en los últimos tiempos, la agilidad en las comunicaciones escritas por el uso de mensajes de texto y otras herramientas viene simplificando el manejo del lenguaje, aunque prácticamente este sea «destrozado», pues cada vez hay menos cuidado en la redacción y en el correcto manejo de la ortografía y la sintaxis. Toda esta suerte de simplificación hace que muchos profesionales exitosos puedan disertar, pero no exhibir trabajos escritos de calidad. Sin embargo, los retos actuales que se impone a la profesión exigen fluidez verbal, pero también escrita. Una tesis debidamente sustentada suele demostrar ambas habilidades.

En tal sentido, es positiva cualquier normativa que requiera a los profesores universitarios contar por lo menos con el grado de maestro o magíster en una rama especializada como requisito para el acceso a la docencia universitaria. En los demás casos, por lo general, se advierte con facilidad la diferencia en el desarrollo del tema de quien ha seguido estos estudios y obtenido un posgrado frente a quien no lo posee. Aunque hay honrosas y deshonrosas excepciones, ellas solo confirman la regla. Lo cierto es que los requerimientos en la profesión han cambiado y cada vez se exigen mayores niveles de educación formalizada en nuestro país.

Se puede seguir cursos de especialización que no poseen la estructura compleja y articulada de una maestría. En el doctorado, por lo demás, se deben realizar investigaciones del más alto nivel académico.

2. Los problemas que se enfrentan al requerir los estudios de maestría y doctorado

Pasaremos a señalar los problemas más saltantes que afectan a las investigaciones en maestría y doctorado, aunque no son los únicos. Tampoco impactan solo en las investigaciones realizadas en los mencionados niveles.

2.1. Tesis y métodos

La tesis constituye un trabajo dotado esencialmente de una hipótesis que es demostrada a través de la investigación, la cual es apoyada con un aparato crítico (constituido por las citas), con un marco teórico y metodológico.

En el caso del derecho, hay quienes han asumido que la tesis se hace «científica» debido a que cuenta con variables. Sin embargo, este es solo un enfoque en el marco de propuestas metodológicas funcionales y sociológicas. Desarrollar metodologías recurriendo a las variables involucra probar la conexión con ayuda de técnicas e instrumentos validados por la estadística y no con meras premisas generales. Se supone así que una variable independiente influye en una variable dependiente.

Se pide, además, la «matriz de consistencia» que simplemente arroja resultados de congruencia mas no de validez interna. Los resultados de este proceso afectan, muchas veces, la calidad de la investigación pues los graduandos pierden tiempo valioso en comprender una metodología que ni siquiera utilizan de manera completa.

2.2. Tesis y plagio

Las ventajas que ofrece Internet para el acceso al material escrito por otros ha sido tomada por muchos como una forma de investigar en forma rápida, pero sin reconocer las ideas ajenas. El tema es que, por lo general, se copia esperando que el asesor de tesis no tenga tiempo para constatar el plagio o que no se tome la molestia de verificar el uso diverso de un vocabulario que, finalmente, esconde ideas ajenas.

El uso de entornos como Turnitin o la comparación del texto se constituyen en una necesidad. Muchas veces, sigue siendo indispensable en el doctorado regresar a las enseñanzas metodológicas. Ello no es requerido cuando se admite en el doctorado solo a aquellos que han sustentado ya la tesis de maestría. La cita es siempre el antídoto ante la acusación del plagio. Pero, por desgracia, en este tema se requiere una gran cruzada.

2.3. Tesis y suficiente fundamentación teórica, información estadística y casos

Se advierte que muchos alumnos universitarios consideran que las dificultades internas para hallar textos o artículos sobre la tesis propuesta los exime de buscar información. No solo reclaman a las universidades en donde estudian que les proporcione materiales (libros y acceso a base de datos internacionales), sino que llegan a considerar que no requieren de textos actualizados.

Aun cuando la investigación tenga un importante componente de trabajo de campo, no es posible prescindir de la base teórica, la que además, debe revelar el estado de la cuestión. Numerosos centros de estudios llegan a poner un límite temporal a la información teórica de 10 años, salvo que se trate de una tesis que sigue el método histórico. Quien asume la aventura del trabajo intelectual está obligado a explorar los textos novedosos del derecho nacional y comparado recurriendo, según el caso, a entrevistas a juristas de reconocido prestigio. La calidad de la investigación a nivel de maestría y doctorado se basa en la universidad que ha formado al alumno pero también en el empeño que este pone para mostrar el estado de la cuestión sobre la materia.

Como se ha indicado, incluso en investigaciones que abordan un acercamiento al grupo social con un enfoque cuantitativo y cualitativo, resulta indispensable recurrir a un suficiente marco teórico que brinde pautas sobre conceptos empleados en momentos y lugares determinados. Ello evita perder tiempo en una teoría que ha sido suficientemente estudiada por otros o que ha mostrado más debilidades que fortalezas.

Un tema adicional es la recopilación cuidadosa de casos. Por lo general, las investigaciones realizadas en el ámbito nacional recurren a la misma fuente en forma exagerada y por ello, queda la sensación de que ya no hay nada nuevo por decir en torno a la teoría. Sin embargo, no abundan las investigaciones que por vía inductiva hayan generado nueva información gracias al uso de técnicas como la entrevista cualitativa, por ejemplo, o que hayan recurrido al acopio cuidadoso de la jurisprudencia sobre un problema, en el derecho nacional y comparado.

Carlos Ramos Núñez revista LP con logo de LP


La primera parte de este trabajo se publicó el 15 de mayo de 2017 en el diario oficial El Peruano.


[1] Abogada por la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). Doctora en Derecho y Magíster en Derecho Civil por la misma casa de estudios. Ha llevado cursos de Psicología en pregrado en la PUCP y ha concluido estudios de Maestría en Psicología Organizacional en la Universidad de San Martín de Porres (USMP). Es profesora ordinaria en la PUCP y contratada en la USMP. Ha dictado clases en el Doctorado de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Universidad Privada del Norte, Universidad Privada Antenor Orrego, Universidad San Agustín de Arequipa, entre otros centros de estudios superiores. Ha sido investigadora visitante de la Universidad Panthéon-Sorbonne de París, donde lleva a cabo una investigación postdoctoral de carácter comparativo. Ha formado parte de estudios jurídicos en la ciudad de Lima. Es Árbitro de la Cámara de Comercio de Lima, del Centro de Solución de Conflictos de la PUCP y de AmCham Perú. Ha sido consultora de la GTZ y del Ministerio de Agricultura. Continúa realizando labores de consultoría y asesoría en el ámbito privado, así como de investigación. Preside la asociación Humanismo y Derecho. Es autora de libros y de artículos diversos y como asesora tesis de Doctorado y Maestría en la PUCP y USMP. Representó en el Perú a AC – Ayuda Internacional a la Niñez de Dinamarca. Es Diplomada por el «Programa de Privatización, Financiamiento y Regulación de Servicios Públicos e Infraestructura» de la Universidad del Pacífico – Escuela de Postgrado. Ha participado en Congresos Internacionales y Nacionales. Participó en el XII Curso de Servicios Municipales, organizado por el Instituto Nacional de Administración Pública de España, en colaboración con el Instituto de Cooperación Iberoamericano – ICI en la Antigua Universidad de Alcalá de Henares – Madrid, España (1990).

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