En el marco de las actividades del Taller de Litigación Oral de LP, Diego Valderram Macera dialogó con el abogado litigante Juan Carlos Portugal Sánchez y autor del libro La objeción como herramienta de litigio en juicio oral. Consejos prácticos, el primer libro en el Perú —y en Sudamérica— que se dedica exclusivamente a estudiar la objeción.
En un momento de la entrevista, el profesor Juan Carlos Portugal, con la locuacidad que lo caracteriza, se refirió a las virtudes de la objeción:
Hay que tener mucha personalidad para objetar. El abogado tiene que tener personalidad para objetar. Recuerdo mucho y cuento estas experiencias porque me han pasado en la vida real, en el fuero castrense militar policial, en donde litigar es muy particular por la formación castrense de los jueces. Los jueces tratan al acusado como cadete, no como acusado. Y que el civil venga y ponga sus reglas es difícil, pero tienes que hacerlo
La abogada que está a mi lado y cuyas preguntas no favorecían a su cliente levantaba la mano. «Doctora, qué hace». «Quiero objetar». «Pero proteste», le dije.
Juez: A ver, abogada. Disculpe, testigo. No conteste. Abogada ¿por qué levanta la mano?
Abogada: Lo que pasa es que quiero objetar, pero no se preocupe, no se moleste, señor juez, ya a la próxima objeto.
No pueden hacer eso. En el juicio ni el juez es el profe ni el litigante es el alumno. Y eso es lo lindo y tú lo has mencionado [se refiere a Diego]. Es el único momento en todo el juicio en donde no levantamos la mano para intervenir. En el alegato de apertura esperamos nuestro turno, salvo objetemos. En el sistema de preguntas esperamos nuestro turno, salvo objetemos. En la oralización de prueba documental esperamos nuestro turno, salvo objetemos. En el alegato de clausura esperamos nuestro turno, salvo objetemos. La objeción es el único momento en donde interrumpes, paralizas. Es la chicharra paralizadora en términos del Chapulín Colorado. Interrumpes hasta que el testigo conteste o hasta que el juez resuelva. Por eso que es importante la objeción.
La objeción es la herramienta que permite a un alfil tumbarse a un rey o a una reina en un juego de ajedrez. La objeción es ese as bajo la manga que hace que el Inti Gas pueda ganarle al Barcelona o que el Melgar pueda ganarle al Real Madrid. Así la defino futbolísticamente.
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