La pandemia de la covid-19 ha sido la causante de una crisis fiscal a nivel mundial sin precedente[1]. Y la mayoría de los países de América Latina y el Caribe fueron los más golpeados, generando una gran recesión económica de proporciones históricas[2] y, además, porque antes de la pandemia ya presentaban dificultades fiscales[3].
Los perjuicios fiscales que ha ocasionado la covid-19 a los países de la región es a causa de actividades económicas lentas, fuga de capitales, mayor aversión al riesgo, depreciación del tipo de cambio y un mayor gasto público.
Sorpresivamente, el Perú, en los últimos años, se ha destacado por su capacidad de reducir significativamente su deuda fiscal, incrementado su capacidad de ahorro[4]. Esta situación, le permitió al Perú una rápida respuesta de política fiscal frente a la pandemia para evitar comprometer la sostenibilidad de las finanzas públicas. Este plan económico para hacer frente a la covid-19, fue equivalente al 20,6 % del PBI, y representó uno de los planes económicos más grandes entre todas las economías emergentes del mundo[5].
Esta situación permitió al Perú que el plan económico y el efecto adverso de la menor actividad económica se vieron reflejados en el incremento del déficit fiscal de 1,6 % del PBI en 2019 a 8,9 % del PBI en 2020[6]. Y el déficit fiscal alcanzado en el 2020 estuvo en concordancia con el plan económico puesto en marcha, no obstante, se situó por debajo de lo previsto debido a la rápida recuperación económica en los últimos meses del año.
En este sentido, consideramos que la política fiscal continuará, en el 2021, con un efecto expansivo respecto a los niveles previos de la crisis, ubicándose, aproximadamente, el déficit fiscal en 5,4 % del PBI. Sin embargo, esta situación representa una mejoría con respecto al déficit del 2020. Esto es un buena señal para el Perú[7], porque la deuda pública podría ascender a 35,9 % del PBI.
En la medida que se va controlando los efectos del covid-19, uno de los principales retos que deberá asumir el Perú es la consolidación de una política fiscal gradual y ordenada de las finanzas públicas con el objetivo de preservar la sostenibilidad de las cuentas fiscales[8]. No adoptar estas medidas -necesarias para emprender un proceso de consolidación fiscal con estas características- deteriorará las finanzas públicas y llevaría a un incremento progresivo de la deuda pública con la posibilidad de generar desequilibrios macroeconómicos importantes.
Esta situación comprometería gravemente la sostenibilidad fiscal, limitando su capacidad de respuesta fiscal frente a futuros desfavorables, imposibilidad de financiar cualquier reforma estructural.
Frente a esta crisis, muchos Estados están de acuerdo en elaborar políticas de apoyo fiscal, que incluyen mayor gasto sanitario, entre otros. Esto para ayudar a las empresas en la reactivación económica y a las familias
Frente a esta situación, es recomendable una consolidación fiscal para conseguir un equilibrio entre los ingresos y egresos del Estado. En este sentido, es necesario tomar algunas medidas urgentes, como parte de la política tributaria, para generar una mayor recaudación impositiva de carácter permanente:
(i) ampliar la base tributaria en lo que respecta al impuesto a la renta,
(ii) proponer una reforma legislativa tributaria para comprender las transacciones económicas en el ámbito virtual, en atención al uso de la informática por la pandemia,
(iii) fortalecer la administración tributaria, intensificar las acciones de control y fiscalización, e
(iv) implementar políticas tributarias para combatir las prácticas elusivas y de incumplimiento tributario y el incremento del comercio informal[9].
[1] La deuda pública (difícil fiscal) mundial se incrementó exponencialmente: se elevó de 83.7% del PBI (2019) a 97.9% del PBI (2020). Esta crisis repercutió a nivel mundial y los más afectados fueron los países de una “economía de desarrollo”: Ministerio de Economía y Finanzas (2021). Informe de actualización de proyecciones macroeconómicas 2021-2024. 30 de abril, p. 58.
[2] Fondo Monetario Internacional (2020). Perspectivas económicas: Las Américas. La persistencia de la pandemia nubla la recuperación, p. 3.
[3] La mayoría de los países de América Latina y el Caribe afrontaron la pandemia con situaciones fiscales vulnerables (niveles elevados de déficit fiscal). En el año 2008, a raíz de la crisis financiera internacional, algunos países de la región ya evidenciaban un incremento de la deuda pública, muchos pasaron del 45,9% del PBI en 2008 a 68,4% del PBI en 2019: Fondo Monetario Internacional (2020). Perspectivas económicas: Las Américas. La persistencia de la pandemia nubla la recuperación, p. 3.
[4] En las dos últimas décadas el Perú se ha esforzado por mantener una política fiscal estable. Según el Banco Central de Reserva del Perú (en adelante, BCR), en los últimos veinte años, el Perú ha ido reduciendo paulatinamente su deuda pública: en el año 2000, la deuda alcanzaba el 48% del PBI, en el año 2013 fue de 19% del PBI y en el año 2019 el 27% del PBI. Esta situación es muy importante porque genera una buena expectativa en el mercado internacional para obtener préstamos y/o financiamiento a bajas tasas de interés.
[5] Fowks, Jacqueline (2020). Perú aplica el plan económico más ambicioso de la región para enfrentar la pandemia. El estímulo de 26.000 millones de dólares, el 12% del PIB, busca liquidez ante la emergencia sanitaria y se traducirá en ayudas a las clases más vulnerables: https://elpais.com/economia/2020-04-04/peru-aplica-el-plan-economico-mas-ambicioso-de-la-region-para-enfrentar-la-pandemia.html
[6] En el 2020 se generó un déficit fiscal de 10.7% del PBI con una caída enlos ingresos fiscales de alrededor del 21.4%. esta situación se debe principalmente a: (i) la menor actividad económica, (ii) la incidencia en el comercio internacional, y (iii) las diversas medidas de alivio tributaria desplegadas: Ludeña, Miguel (2021). La estabilidad tributaria en el Perú: https://elperuano.pe/noticia/123824-la-estabilidad-tributaria-en-el-peru
[7] Para el año 2021 se prevé que los ingresos fiscales crecerán aproximadamente 18,4%: Ministerio de Economía y Finanzas (2021). Informe de actualización de proyecciones macroeconómicas 2021-2024. 30 de abril, p. 59.
[8] Ministerio de Economía y Finanzas (2021). Informe de actualización de proyecciones macroeconómicas 2021-2024. 30 de abril, p. 57.
[9] Es de mencionar que la informalidad en el Perú afecta a más de 80% del sector empresarial. Y la mayoría de negocios son pequeños y se maneja una economía de subsistencia. En este sentido, se requiere una política fiscal que comprenda este sector de la económica: Bravo Cucci, Jorge (2020). Panorama tributario: desafíos para el Perú de cara al 2021.