¿Podría el compliance en la contratación pública ser la clave para erradicar la colusión y el tráfico de influencias en el Estado peruano?

Autor: Aldo Jorge Hoyos Benavides

Sumario: 1. Introducción. 2. La corrupción en la contratación pública peruana: Un flagelo persistente. 3. El concepto de compliance y su aplicación en el sector público. 4. Pilares del programa de compliance en la contratación estatal. 5. Beneficios del compliance: Transparencia y eficiencia. 6. Desafíos y obstáculos para la implementación del compliance. 7. El rol de la sociedad civil y la tecnología. 8. Conclusiones.


1. Introducción

La corrupción en la contratación pública representa uno de los mayores desafíos para la gobernabilidad y el desarrollo del Perú. Fenómenos como la colusión y el tráfico de influencias no solo desvían recursos vitales para servicios públicos esenciales, sino que también minan la confianza ciudadana en las instituciones democráticas. A pesar de los esfuerzos normativos y las acciones de control, la recurrencia de escándalos evidencia la necesidad de un enfoque más robusto y preventivo. En este contexto, el compliance emerge como una herramienta potencial. Este artículo explora si la implementación de sistemas de compliance en los procesos de contratación del Estado peruano podría ser el mecanismo decisivo para mitigar y, eventualmente, erradicar estas prácticas ilícitas que tanto daño causan al erario nacional y a la sociedad.

2. La corrupción en la contratación pública peruana: Un flagelo persistente

La contratación pública en el Perú ha sido históricamente un caldo de cultivo para la corrupción. La colusión, entendida como el acuerdo secreto entre postores para manipular licitaciones, y el tráfico de influencias, que implica el uso indebido de la posición para obtener beneficios, son delitos que se cometen con alarmante frecuencia. Estas prácticas distorsionan la competencia, encarecen las obras y servicios, y afectan directamente la calidad de vida de los ciudadanos.

Como señala el jurista peruano Francisco Eguiguren Praeli, «la corrupción en la administración pública es un problema estructural que demanda soluciones integrales que vayan más allá de la mera sanción penal» (Eguiguren, 2017, p. 45). La complejidad de las redes de corrupción, que a menudo involucran a funcionarios públicos y actores privados, dificulta su detección y persecución, creando un ambiente de impunidad que perpetúa el ciclo delictivo.

Otro autor relevante, José Ugaz Sánchez-Moreno, ex-Procurador Ad Hoc del caso Fujimori-Montesinos, enfatiza que la corrupción en el Perú no es un fenómeno aislado, sino una «cultura de impunidad que ha permeado las diversas esferas del Estado, especialmente en la gestión de los recursos públicos» (Ugaz, 2018, p. 78). La falta de controles efectivos y la debilidad institucional han permitido que estos actos ilícitos persistan, afectando la legitimidad del sistema de contratación estatal.

3. El concepto de compliance y su aplicación en el sector público

El compliance, o cumplimiento normativo, es un conjunto de procedimientos y buenas prácticas adoptados por las organizaciones para identificar y clasificar los riesgos operativos y legales, y establecer mecanismos internos de prevención, gestión, control y reacción. Originalmente desarrollado en el ámbito empresarial para prevenir delitos económicos y financieros, su aplicación en el sector público cobra cada vez más relevancia. En el contexto estatal, un programa de compliance busca asegurar que las entidades públicas actúen conforme a la ley, a las políticas internas y a los principios éticos, minimizando así las oportunidades para la corrupción. No se trata solo de reaccionar ante la ilegalidad, sino de construir una cultura de integridad proactiva.

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4. Pilares del programa de compliance en la contratación estatal

Un sistema de compliance efectivo en la contratación pública debe asentarse sobre varios pilares fundamentales. En primer lugar, la evaluación de riesgos es crucial para identificar los puntos vulnerables a la colusión y al tráfico de influencias en cada etapa del proceso de contratación, desde la planificación hasta la ejecución. En segundo lugar, la implementación de políticas y procedimientos claros que regulen la conducta de los funcionarios y proveedores, incluyendo códigos de ética y manuales de buenas prácticas. En tercer lugar, la capacitación constante del personal involucrado en las contrataciones para que comprendan los riesgos y las normativas. Cuarto, el establecimiento de canales de denuncia seguros y anónimos que permitan reportar irregularidades sin temor a represalias. Finalmente, un monitoreo y auditoría continuos para verificar la efectividad del programa y realizar los ajustes necesarios.

La jurista peruana Marisol Espinoza Cruz, en sus análisis sobre la modernización del Estado, argumenta que un pilar fundamental del compliance en el sector público es la transparencia proactiva, que implica ir más allá de la simple publicación de información y establecer mecanismos que permitan a la ciudadanía comprender y fiscalizar los procesos de contratación (Espinoza, 2020, p. 112). Esto complementa la necesidad de fortalecer los controles internos con una vigilancia externa activa.

5. Beneficios del compliance: Transparencia y eficiencia

La adopción del compliance en la contratación pública promete múltiples beneficios. El principal es el incremento de la transparencia, al hacer más visibles y auditables todos los pasos del proceso. Esto reduce el espacio para la discrecionalidad y las negociaciones opacas que propician la corrupción. Asimismo, fomenta la eficiencia al optimizar los procedimientos y reducir los costos asociados a la corrupción, permitiendo que los recursos públicos se destinen efectivamente a su fin. Un sistema de compliance robusto también mejora la confianza de la ciudadanía y de los inversionistas, al proyectar una imagen de integridad y seriedad en la gestión estatal. Esto, a su vez, puede atraer a proveedores más competitivos y éticos, elevando la calidad de las obras y servicios.

El economista peruano Richard Webb, en sus estudios sobre desarrollo y gobernabilidad, ha señalado que la corrupción no solo desvía fondos, sino que también introduce ineficiencias sistémicas, distorsionando los mercados y desincentivando la inversión (Webb, 2016, p. 95). En este sentido, el compliance, al promover prácticas éticas y transparentes, contribuiría a una asignación más eficiente de los recursos y a un entorno de negocios más equitativo.

6. Desafíos y obstáculos para la implementación del compliance

A pesar de sus ventajas, la implementación del compliance en el Estado peruano enfrenta desafíos significativos. La resistencia al cambio por parte de funcionarios acostumbrados a prácticas clientelistas o corruptas es un obstáculo importante. La falta de voluntad política para invertir recursos y priorizar la integridad sobre intereses particulares también puede frenar su avance. Además, la escasez de personal especializado y la limitada asignación presupuestaria para estas iniciativas representan barreras prácticas. Finalmente, la cultura de la informalidad y la complacencia ante la corrupción, arraigada en algunos sectores de la sociedad, dificulta la adopción de una verdadera cultura de cumplimiento. Superar estos desafíos requiere un compromiso sostenido y una estrategia multifacética.

El politólogo peruano Fernando Tuesta Soldevilla ha destacado la debilidad de las instituciones políticas y la fragmentación del poder como factores que dificultan la implementación de reformas anticorrupción. Él argumenta que la falta de una visión de Estado a largo plazo y la preponderancia de intereses particulares sobre el bien común son barreras significativas para cualquier iniciativa de compliance (Tuesta, 2019, p. 58).

7. El rol de la sociedad civil y la tecnología

La sociedad civil juega un papel crucial en la promoción y vigilancia del compliance en la contratación pública. Organizaciones no gubernamentales, gremios empresariales y la ciudadanía organizada pueden actuar como veedores, exigiendo transparencia y denunciando irregularidades. Su participación activa presiona a las entidades estatales a adoptar mejores prácticas y a rendir cuentas. Asimismo, la tecnología ofrece herramientas poderosas para el compliance, como plataformas de contratación electrónica que reducen la interacción humana y la posibilidad de manipulación, sistemas de inteligencia artificial para detectar patrones anómalos en las licitaciones, y el uso de blockchain para garantizar la inmutabilidad de los registros. La combinación de la vigilancia ciudadana y la innovación tecnológica puede potenciar significativamente la efectividad de los programas de cumplimiento.

El sociólogo peruano Nelson Manrique ha argumentado que la sociedad civil organizada tiene un potencial transformador en la lucha contra la corrupción, al generar contrapoderes y mecanismos de fiscalización que complementan la acción del Estado (Manrique, 2015, p. 70). La tecnología, en este contexto, no solo facilita la transparencia, sino que también empodera a los ciudadanos para el control social.

8. Conclusiones

1. La corrupción en la contratación pública es un «flagelo persistente» y «estructural» en Perú. El compliance emerge como la herramienta necesaria para ir más allá de la mera sanción penal, enfocándose en la prevención y en la construcción de una cultura de integridad proactiva.

2. Un sistema de compliance efectivo debe basarse en pilares fundamentales como la evaluación de riesgos, la transparencia proactiva, políticas claras, capacitación constante, canales de denuncia y monitoreo continuo, abordando la corrupción de manera integral en cada etapa del proceso.

3. La adopción del compliance ofrece beneficios que trascienden la prevención del delito, incluyendo el incremento de la transparencia y la eficiencia en la asignación de recursos. Al promover la probidad, mejora la confianza pública y atrae a proveedores más éticos.

4. Los principales desafíos para la implementación del compliance no son solo técnicos, sino culturales y políticos, incluyendo la resistencia al cambio, la falta de voluntad política, la escasez de recursos y la debilidad institucional.

5. La efectividad del compliance depende en gran medida de la participación activa de la sociedad civil como veedora y del uso de la tecnología (como plataformas electrónicas y blockchain) para reducir la interacción humana, detectar patrones anómalos y garantizar la inmutabilidad de los registros.

Referencias

Eguiguren, F. (2017). Corrupción y reforma del Estado en el Perú. Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú.

Espinoza, M. (2020). Modernización del Estado y lucha contra la corrupción. Legisprudencia.

Manrique, N. (2015). Perú: Sociedad y cultura en la república de la precariedad. Pontificia Universidad Católica del Perú.

Tuesta, F. (2019). Partidos políticos y sistema político peruano. Fondo Editorial de la Universidad del Pacífico.

Ugaz, J. (2018). Memorias de un procurador anticorrupción. Planeta.

Webb, R. (2016). Perú: La economía en la sombra. IEP Ediciones.


Sobre el autor: Aldo Jorge Hoyos Benavides es abogado, doctor y maestro en ciencias penales por la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo. Juez Especializado Mixto de la Corte Superior de Justicia de Amazonas. Exjuez penal de las cortes superiores de Justicia de Lambayeque, Pasco y Piura. Exfiscal contra el Crimen Organizado del distrito Fiscal de Amazonas. Exabogado de la Procuraduría Pública de SUNAT.

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