Mucha satisfacción han causado en el Sistema Nacional de Justicia los recientes resultados del concurso público para la obtención de cuatro plazas para la Corte Suprema de Justicia de la República, por parte del Consejo Nacional de la Magistratura.
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A decir verdad y como quiera que el país ha estado más atento al desenvolvimiento del proceso de vacancia al señor Presidente de la República, han pasado un poco desapercibidos los resultados de este concurso.
Sin embargo, debemos de indicar que es la primera vez que el CNM convoca a un concurso al más alto nivel y con un número nada desdeñable de aspirantes para suplir las plazas vacantes de los jueces supremos titulares, que por renuncia o límite de edad, han dejado el más alto órgano jurisdiccional.
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Las plazas de los magistrados que ya no están en la Corte Suprema fueron de los doctores Javier Villa Stein, Javier Enrique Mendoza Ramírez, Jacinto Rodriguez y del Dr. Ramiro de Valdivia Cano, respectivamente.
Por tal razón y en medio de toda esta discusión sobre la reforma constitucional del Consejo Nacional de la Magistratura para recomponer a sus integrantes, se realizó el examen escrito, la calificación curricular y la entrevista personal a los 18 finalistas para ocupar tan alto cargo judicial.
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Después de un pulcro, minucioso y difícil proceso, lograron ganar el examen los cuatro magistrados. Ellos son: los señores doctores Martín Hurtado Reyes, Carlos Arias Lazarte, Aldo Figueroa Navarro y Mariem de la Rosa Bedriñana, respectivamente.
Hemos sido testigos que cada uno de los aspirantes a la Corte Suprema han sido sometidos a una rigurosa entrevista personal y se les ha preguntado de todo y muchos han sabido capear el temporal y así el pleno del Consejo Nacional de la Magistratura, debido a sus capacidades académicas, éticas y democráticas, los ha designado como los nuevos magistrados titulares de la máxima instancia judicial.
Hurtado Reyes, Arias Lazarte, Figueroa Navarro y De la Rosa Bedriñana, constituyen ahora la nueva promoción de magistrados jóvenes que refrescarán en juventud y sabiduría al Poder Judicial, tan ávido de nuevos conocimientos y nuevas ideas, para que cada día se reforme desde su interior con buenas y predecibles resoluciones judiciales.
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El CNM estuvo a la altura de la historia y se ha realizado una muy buena selección de estas cuatro plazas para la Corte Suprema de Justicia de la República. Estos nuevos integrantes que se han incorporado a las diferentes salas supremas, como son las salas penales, civiles y las salas constitucional y social, tienen la inmensa responsabilidad de impartir justicia al más alto nivel de la República y elegir el próximo año, al nuevo presidente del Poder Judicial.
De conformidad con lo dispuesto en el art. 29 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, la Corte Suprema está integrada por el presidente del Poder Judicial, el jefe de la Ocma, dos integrantes del Consejo Ejecutivo, un juez supremo integrante ante el Jurado Nacional de Elecciones, y los demás jueces supremos integran las salas jurisdiccionales.
Esta labor jurisdiccional está relacionada con la sustanciación de los recursos de casación, de las contiendas de competencia, de las consultas cuando un órgano jurisdiccional resuelve ejerciendo control difuso y de las apelaciones o recursos de nulidad planteados ante las diferentes salas superiores, por lo que su labor es muy relevante.
En la actual coyuntura, indudablemente, el supremo concurso público ha sido muy importante, por la crucial labor profesional que tuvo en sus manos el Consejo Nacional de la Magistratura, por la cantidad de plazas convocadas en esta oportunidad y por la calidad moral, académica y democrática de sus nuevos integrantes, en cuyas manos se encuentra el destino de ciento de miles de justiciables que esperan un Poder Judicial más fuerte, más célere y, desde luego, más justo.
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