No dejan de haber algunos sistemas distintos que pueden calificarse de primitivos como son los notariados de tipo religioso que suele haber en los países islámicos, concurriendo, incluso, como en Marruecos, con formas notariales latinas.
Por ejemplo en Marruecos hay una gran cantidad de notarios religiosos (Adul) que intervienen en las transacciones entre particulares, normalmente asesorando cada uno a una de las partes y redactando el documento, que luego se lleva a la autoridad religiosa para que le dote de los efectos procesales oportunos.
Este sistema, que he calificado de primitivo, está siendo paulatinamente sustituido en Marruecos por el llamado Notariado moderno, alentado por el gobierno marroquí y tutelado por la Unión Internacional del Notariado que en un primer momento ha surgido en las grandes capitales y se encarga preferentemente de las relaciones internacionales, pero que paulatinamente va extendiéndose y no dudo que por la superioridad de sus servicios terminará sustituyendo al notariado musulmán.
En el derecho islámico (que en Marruecos convive con el derecho de tipo romano y germánico), los adules son los equivalentes a los notarios públicos.
Esto es importante porque el derecho inmobiliario en Marruecos es mixto: la compraventa de bienes inscritos en el registro de la propiedad (los bienes que tienen un título de propiedad) es tramitada por los notarios y la compraventa de bienes no inscritos en el registro (los bienes que tienen un documento llamado “melkia”) es tramitada por los adules. En efecto, los notarios no están autorizados a tramitar la transferencia de los bienes melkia y sólo un adul puede ser usado en estos casos.
En particular, la mayoría de las antiguas casas de las antiguas ciudades («medina«) suelen no estar registradas. Por lo tanto, si usted quiere adquirir una de estas propiedades tendrá que recurrir a un adul. Pero no se preocupe, este tipo de trámites son muy habituales, y si usted busca a un adul de prestigio, el servicio estará a la altura del de cualquier notario. Pregunte a otras personas que ya hayan comprado en la medina, o pregunte a su agencia inmobiliaria, que seguramente tendrán algún adulto de confianza.
Fuente: Biblioteca Fag.