Eran casi las diez de la mañana cuando una lamentable noticia sacudía las oficinas de LP. «Carlos Ramos Núñez ha muerto esta madrugada» y con él, se fue una parte importante de la mitología jurídica peruana y un lugar muy especial de este medio.
Muchas cosas vienen a la cabeza al momento de escuchar esa terrible noticia. Entre ellas, la emotiva visión de la muerte que promovía este jurista y que compartió en la última entrevista que se le realizó en LP.
Ramos no veía a la muerte como un enemigo y entendía su rol como parte elemental de las cosas. Sabía que «la vida es fiesta y duelo», por lo que Dios o la naturaleza siempre nos compensa con nueva gente en nuestro horizonte cotidiano, a la vez que perdemos a otros.
Pero sin duda, será difícil que otro ocupe su lugar. Ya sea de forma académica o personal.
Corazón arequipeño
Al igual que LP, Carlos Ramos Núñez compartía un corazón arequipeño de aquellos. Y un espíritu que se iluminaba hablando de un adobo acompañado con pan de tres puntas o de los amigos que hizo en esa ciudad.
En ese sentido, su relación con este portal, o con los fundadores, antecede a su propia existencia y se conecta a las faldas del Misti. Y es que las cabezas de este medio se formaron en el marco de sus cátedras y visitas en las más importantes universidades arequipeñas.
El tiempo, a veces generoso, les permitió acercarse más a este gran profesional del derecho de forma académica e incluso personal. Esto se dice porque hay muchas formas en la que se puede verificar esta afirmación.
Una de ellas es revisando esta entrevista realizada hace más de dos años. Era una charla alturada, llena de historia y secretos que ayudarán a todo aspirante a redactor, sí. Pero también era el encuentro de dos arequipeños enamorados de la ley, a los que les brillaba los ojos por compartir la riqueza jurídica. Un diálogo entre un alumno y un «profesor», como lo llama Roger Vilca durante toda la entrevista, que es una cita obligatoria al momento de recordarlo.
Una alianza académica
La unión de Ramos y LP generó una suma importante de publicaciones y libros que hoy son claves para entender el derecho en el Perú. El más importante de ellos es «Trinidad María Enríquez. Una abogada en los Andes«, la historia de la primera abogada del Perú y América Latina. Una mujer que enfrentó a la sociedad prejuiciosa de su tiempo y cuya lucha concluyo recientemente en la designación del Día de la Abogada.
Otras publicaciones realizadas junto a la editorial de LP son «Un jurista en tiempos de facebook«, «Derecho, tiempo e historia» y «Codificación, tecnología y postmodernidad«.
A eso se suma una serie de artículos en los que el historiador del derecho exploraba sus variados intereses en la historia y la cultura con la ironía que sus cercanos destacan.
Por lo que aquí compartimos algunos de los más celebrados.
- He sucumbido ante una flamante serie de Netflix, «Justicia coránica»
- Wiñaypacha: un expeditivo manual de antropología cultural
- ¿Cómo se explica la irrupción del indigenismo jurídico en el Perú?
- El «judicial review»: un gringo en un país de gente desconcertada
- La justicia en «El mundo es ancho y ajeno»
- El sufragio femenino: dudas, convicción y oportunismo
- La primera vez del sistema acusatorio en el Perú
- ¿Jurista unidimensional?
Director de la revista
Hasta el final, el jurista fue parte de la familia de LP al ser director de la nueva Revista LP Derecho. Durante toda la campaña previa al lanzamiento, el historiador pulió su perfil de investigador, pero sobre todo de docente, para convocar a jóvenes interesados en sumarse a la difusión de la ciencia jurídica.
A la par de su rol como difusor y rostro mediático, la supervisión y guía del magistrado fueron fundamentales para encaminar un proyecto que por su naturaleza, estaba destinado a ser complejo en todo sentido.
Y es que, buena parte del «trabajo titánico encaminado a cuidar todos los detalles de una revista científica seria» que menciona él mismo en la presentación del primer número son fruto de la enseñanza de este eterno profesor.
Al final, seguimos sus palabras y entendemos que estamos en un momento de duelo, pero también de fiesta. Por eso optamos por despedirlo con una foto suya en plena jornada de celebración. Por eso elegimos recordarlo con el semblante alegre, del que vive dispuesto a amenizar los encuentros. Como un hombre que entiende que no hay distancias entre el humor y la sabiduría.