Un 13 de febrero de 1787, José Faustino Sánchez Carrión nació en Huamachuco (La Libertad). Hablar sobre su legado es hablar de la Independencia y uno de los abogados que forjó la historia detrás de este hito.
La muerte golpeó a su familia a temprana edad y eso lo encumbró a los estudios religiosos en el Seminario de San Carlos y San Marcelo de Trujillo. Se desconoce que factor lo sacó de ese mundo, pero todo lo llevó a un largo viaje a Lima donde se sumergió de la ley.
En la capital, José estudió Derecho en el Real Convictorio de San Carlos que acobijó en sus aulas a gran cantidad de los símbolos de este periodo nacional. Aquí, Sánchez Carrión forjó sus posturas políticas de la mano del sacerdote Toribio Rodríguez de Mendoza. Los años posteriores pondrían a ambos en el mismo lugar de la lucha.
En San Carlos, el prócer se convierte en uno de los primeros liberales peruanos junto a otros ilustres compatriotas como Hipólito Unanue y Francisco Javier Mariátegui.
Entre 1810 y 1821, destacó en las letras, la docencia y el derecho. En lo último, se puede destacar que se recibió de legista el 5 de noviembre de 1818 e ingresó al Colegio de Abogados de Lima ese mismo año. Una vez capacitado para ejercer, se dedicó a la defensa de personas con pocos recursos.
La independencia y sus consecuencias
Su actividad política, liderando manifestaciones a favor de la independencia, lo llevaron a ser exiliado de Lima por parte del virrey Joaquín de la Pezuela. En la búsqueda de una guarida, llegó a un pueblo cercano a Huacho llamado Sayán. El lugar le daría un hogar y un apodo que lo acompañaría hasta el final de sus días.
Fue en “la tierra del eterno sol” donde recibió la independencia que proclamaba San Martín en la capital. Pero su lucha recién estaba comenzando, ya que se oponía a los planes monárquicos que originalmente perseguía el argentino.
Sus cartas criticando este sistema, firmadas por “El solitario de Sayán” son bastante conocidas y en ellas soltó perlas como: “Un trono en el Perú sería acaso más despótico que en Asia, y asentada la paz se disputarían los mandatarios la palma de la tiranía”. Su pluma se lució también en publicaciones como La abeja republicana y El tribuno de la república peruana.
A la par, el general don José de San Martín replanteaba sus ideas sobre el futuro del Perú y realizaba la primera convocatoria a Congreso Constituyente en diciembre del 1821. Congreso que integraría Sánchez Carrión como primer secretario de la Mesa Directiva.
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En 1823, el abogado formó parte de redactores de la primera Constitución que tuvo una breve vigencia, ya que se dispuso su suspensión porque era incompatible con las facultades otorgadas a Bolívar.
A pesar de la corta vida que tuvo este documento, se recuerda su trabajo y en el discurso preliminar, texto previo que fue suscrito por ocho diputados. Entre ellos, varios de los mencionados en párrafos anteriores como Rodríguez de Mendoza, Unanue y Mariátegui.