Un niño debería ingresar a una habitación común para maniobrar juguetes, leer historias, colorear dibujos o charlar con sus padres. Sin embargo, cada vez son más los menores que ingresan a la cámara Gesell, un cuarto acondicionado para narrar —o al menos intentarlo— una experiencia de abuso sexual.
Esta habitación tiene un nombre. Y no está vinculado a ningún niño o niña que alguna vez desfiló por ese cuarto. Tampoco a algún psicólogo que haya conseguido que un menor cuente, en detalle, la forma en que fue ultrajado. Pero sí lleva el nombre de un personaje que dedicó la mayor parte de su vida a investigar el comportamiento infantil.
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¿Qué es la cámara Gesell?
La cámara Gesell, como se le conoce, es el resultado de un largo periodo de trabajo del psicólogo, pediatra y filósofo estadounidense Arnold Gesell, quien utilizó cámaras fotográficas y de video como espejos unidireccionales para poder observar con detalle cómo se desenvuelven los niños.
El cuarto está dividido en dos partes. Y solo los separa una pared de vidrio espejada. El primer ambiente está destinado a la entrevista del menor con el psicólogo. En el segundo espacio se hacen presentes el juez a cargo del caso, el fiscal, los abogados de ambas partes y los familiares del niño. Estos últimos solo pueden observar.
El primer ambiente de la habitación está acondicionado con una mesa, dos sillas, algunos lápices y hojas. La intención es que el niño encuentre un ambiente cómodo para que pueda contar su historia. Mientras que la segunda parte del cuarto contiene cámaras de vigilancia, una pantalla y algunas carpetas para las autoridades presentes.
¿Cómo funciona la cámara Gesell?
Si bien este método fue creado por Gesell para investigar el comportamiento en menores, no tardó en convertirse, también, en una herramienta jurídica para conocer detalles, acciones, omisiones y pormenores de casos vinculados a abusos sexuales contra niños y adolescentes.
El material que puede obtenerse utilizando la cámara Gesell es, desde el punto de vista psicológico, la evocación de un trauma que cualquier persona querría evitar por su propia salud mental. Desde el punto de vista jurídico, sin embargo, la información puede ser determinante para resolver un caso judicial.
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La probada relevancia de este método —en el ámbito jurídico— generó, evidentemente, la creación de un protocolo de uso. Este consiste en que el menor ingrese a la habitación acompañado solo por un psicólogo, quien tendrá la titánica tarea de hacer que el niño cuente su caso y logre identificar a su agresor.
Los otros actores, como el fiscal a cargo del caso, el miembro de la Policía que tomó la denuncia o los familiares del niño, permanecen como fantasmas en la misma habitación. No pueden participar de la sesión, pero sí comunicarse con el psicólogo para solicitar que agregue alguna pregunta que consideren relevante para la investigación.
¿Para qué sirve?
La cámara Gesell crea el ambiente ideal para que el menor intente exponer su caso ante el psicólogo a cargo. De esta forma, sirve para fijar los hechos según lo vivido por el menor y, claro, para evitar la denominada revictimización. Es decir, el niño ya no tiene la necesidad de narrar una y otra vez los detalles de su abuso a lo largo de un proceso judicial.
Revictimización
Un menor que ha sido víctima de abuso sexual no tiene que revivir el trauma. La inclusión de la cámara Gesell en el ámbito jurídico evita, precisamente, que los niños o adolescentes sufran de revictimización por parte de las autoridades judiciales, políticas o policiales.
La persona maltratada vuelve a experimentar el papel de víctima fruto de revivir los momentos dolorosos y emociones asociadas a su experiencia traumática inicial en repetidas ocasiones, fomentado esto por instituciones o profesionales de los cuales el perjudicado normalmente espera ayuda, comprensión y apoyo.
Además, la revictimización puede desencadenar diferentes problemas psicológicos, como el estrés postraumático, la pérdida de motivación y autoestima, ansiedad y miedo o sensación de amenaza constante.
Arnold Gesell
Fue el mayor de cinco hermanos. Hijo de un fotógrafo y una profesora. Desde joven mostró interés por la psicología y el desarrollo infantil. Arnold Gesell nació en Wisconsin, en los Estados Unidos, en 1880. Estudió filosofía en su ciudad natal. Al poco tiempo, decidió formarse como médico en la Universidad de Wisconsin.
Tras culminar sus estudios, se desempeñó como asistente universitario en la Universidad de Yale. Allí fundó una Clínica de Desarrollo Infantil. También trabajó como psicólogo escolar en una escuela de Connecticut.
En esta última ciudad, Gesell inició su propia investigación sobre el desarrollo de los niños con discapacidad. Tras publicar una serie de artículos sobre este tema, entendió que lo suyo era el estudio de la evolución infantil.
Cámara Gesell en el Perú
La primera cámara Gesell que llegó a nuestro país se inauguró en el año 2008. Con el tiempo, se han ido sumando a las investigaciones de abusos sexuales cometidos contra menores. Actualmente, el Perú cuenta con 75 de estas habitaciones, de las cuales solo 63 se encuentran operativas.
En marzo de 2019, fue aprobada y publicada la Ley 30920, que declara de interés público y de prioridad nacional la implementación progresiva de cámaras Gesell.
Sin embargo, la eficacia de estas habitaciones no logra consumarse del todo en el Perú debido a que contamos con pocos de estos cuartos acondicionados, principalmente en zonas rurales de nuestro país, donde la situación es mucho más crítica que en las grandes ciudades.
El uso de una cámara Gesell en el Perú puede representar, en el mejor de los casos, un elemento contundente para —por lo menos— hacer justicia con los niños abusados.
Jurisprudencia relevante y actual
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