«La prolongación de prisión preventiva», el reciente libro de Jefferson Moreno

El reconocido abogado litigante, Jefferson Moreno Nieves, acaba de publicar con el sello de Jurista Editores su reciente libro titulado La prolongación de prisión preventiva (2021), después de años de esfuerzo, estudio y litigio.

Como dice el abogado en una nota, se trata de un tema algo olvidado y casi automático en nuestro país. ¿Qué criterios deben determinar las llamadas circunstancias de especial dificultad?, ¿qué impacto tiene el transcurso del tiempo en el peligro procesal? Son algunas ideas trabajadas en esta obra.

El autor ha anunciado también que con este libro inicia una trilogía sobre el litigio penal y tiene una explicación personal sobre su ámbito profesional que representa la gratitud personas que hicieron de su carrera de abogado una oportunidad para ayudar a más personas.

En esta ocasión compartimos con ustedes el prólogo del maestro César Nakazaki Servigón.

PRÓLOGO

Como he narrado en otras oportunidades, hace ya algunos años, llegó al Estudio para entrevista en proceso de selección de practicantes un joven es­tudiante de Derecho de la Universidad San Martín de Porres que me impre­sionó porque habla con el corazón. Característica importante en el litigante, pues doy fe que la pasión abre puertas a la libertad, derriba muros de injusti­cia; no así la teatralidad de quien reemplaza falta de convicción de la razón jurídica de su caso, por habilidades en las que se entrena como actor de una obra o película.

Jefferson Moreno Nieves me habló lleno de amor de la familia y el ca­mino que recorrió desde su querido Huaraz a Chiclayo y, finalmente, hasta Lima, con la ilusión de conocerme al haber seguido la colosal batalla legal que tuvimos en el llamado “Juicio del Siglo” al ex Presidente de la República Alberto Fujimori y que en tantos jóvenes, conforme sus testimonios, los ins­piró a abrazar la noble y compleja misión del defensor penal.

Jefferson resultó ser uno de tantos jóvenes, estudiantes y abogados, que constantemente son una querida “carga” de responsabilidad que pesa sobre mis hombros, confieso ya algo cansados, pero sin duda también un motor extraordinario para continuar demostrando qué significa ser aboga­do defensor.

Jefferson ingresó a uno de los equipos de defensores que conforman el Estudio Sousa & Nakazaki, liderado por mi asociado Adolfo Pinedo Rojas, lo que permitió que compartamos, en un nivel mayor que con otros practi­cantes de su época, la vida diaria del penalista. Durante un buen tiempo nos acompañó en otra gran batalla legal, la defensa del Presidente del Gobierno Regional de Ayacucho Wilfredo Oscorima Nuñez, que se extendió algunos años de Ayacucho a lea y Lima. Extraño alegres tertulias de carretera.

Las experiencias que vivimos en esa guerra legal de máxima intensidad, rápidamente me permitieron apreciar en mi practicante los talentos o dones que necesita el defensor penal, pero sobre todo que tenía la condición núme­ro uno para ser buen abogado, más aún defensor penal; un buen ser humano. La calidad de persona determina si será o no un verdadero abogado penalista.

Quien lucha diariamente en tribunales por justicia penal sabe que uno de los principales problemas es lograr convencer a los operadores del dere­cho, justiciables y sociedad, que el proceso penal se creó para que sólo el cul­pable sea afectado en sus derechos fundamentales, jamás el inocente, princi­palmente por la prisión preventiva.

El autor del libro tiene absoluta claridad sobre el problema del abuso de la prisión preventiva como lo demuestra en las batallas que da en los proce­sos penales y en la academia.

Atentos, colegas, que estaremos trayendo más novedades sobre el libro.

 

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