Conoce a la inteligencia artificial que busca reemplazar a los abogados

¿Será este el fin de los abogados? Una inteligencia artificial conocida como Do Not Pay (No pagues, en español) busca asesorar a las personas con problemas legales a un precio mucho menor de lo que cobraría un jurista y está lista para debutar en los tribunales estadounidenses en febrero.

Esta inteligencia artificial no es nueva, ya que fue creada en 2015 por el desarrollador Joshua Browder y durante todos estos años ha ido perfeccionando su base de datos jurídica. Inversionistas de la marca aseguran que este programa digital va a cambiar el mundo derecho, ya que está pensado en ayudar a ciudadanos comunes y corrientes en problemas cotidianos como multas de estacionamiento.

¿Cómo funciona?

Do Not Pay requiere estar instalada en un teléfono para funcionar y es, en la práctica, mucho más simple de lo que muchos podrían imaginar. La inteligencia artificial solo necesita escuchar los argumentos del juez o la otra parte para desarrollar un argumento. Dicho argumento es transmitido a través de auriculares para que el defendido pueda repetirlo ante el juez o fiscal.

Aviso legal en la página de Do Not Pay. Fuente: Internet.

El gran problema que ha encontrado Browder y su aplicación es que el uso de “comunicaciones externas” está prohibido en la mayoría de tribunales, por lo que el uso de los audífonos complica su masificación. Sin embargo, algunas cortes sí permiten ayudas externas vía bluetooth y allí es donde comenzará la primera etapa de este proyecto que parece sacado de una película de ciencia ficción.

Primer caso

No se ha brindado mayor información al respecto por temas de seguridad y para garantizar resultados realmente coherentes, pero Do Not Pay será puesto a prueba en un tribunal al azar durante el mes de febrero. ¿El juez u otro actor legal podrán identificar que hay una inteligencia artificial detrás de la defensa? ¿Un individuo podrá ganar un caso usando esta tecnología?

A la par, la compañía detrás de Do Not Pay se encuentra ofreciendo un millón de dólares a abogados de prestigio que estén dispuestos a usar esta inteligencia artificial de forma anónima y en casos mediáticos ante el Tribunal Supremo de los EE. UU., nada más y nada menos.

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