¿Abogado estresado? Consejos para combatir el exceso de estrés

Dado que el problema no es el estrés en sí mismo, sino la incapacidad para controlarlo y gestionarlo correctamente, a continuación expongo los consejos que la mayoría de los profesionales médicos pone de manifiesto en las investigaciones aplicadas al estrés, para defendernos de su exceso, y así evitar que ponga en peligro nuestra salud y limite nuestra capacidad de pensar y actuar profesionalmente con una mayor eficiencia.

Es aconsejable empezar la jornada lo más descansado posible

Sin duda, un déficit del descanso implicará aumentar la posibilidad de que todo los afecte mucho más de lo normal y, por consiguiente, nos veamos incapaces y completamente desbordados para controlar el trabajo de dicho día.

Una correcta planificación de la jornada siguiente, al finalizar la jornada laboral anterior, ayuda a que sea uno mismo quien dirija la gestión diaria del trabajo

Incluso para la mayoría de los imprevistos se puede reservar un tiempo que si no ocurre ninguno utilizará para avanzar en el trabajo pendiente.

Un buen consejo es prever en la planificación del trabajo del día siguiente menos de lo que se puede abarcar

La frustración por no haber realizado el trabajo previsto genera un importante grado de estrés. Es mejor que nos sobre algo de tiempo que tener la sensación de no haber realizado la mitad del trabajo que nos hemos propuesto. La verdad es que resulta tentador intentar abarcar en una jornada lo que no hemos podido hacer en los días anteriores. Pero aunque nuestras ganas y ánimo sean ilimitados, nuestro cuerpo no lo es, y en algún momento nos pasará la factura si nos excedemos en el trabajo diario.

La clasificación del trabajo por orden de dificultad e importancia es una estrategia que conduce a controlar mejor el estrés

Se debería empezar, siempre que sea posible, por los asuntos importantes que no sean muy difíciles de realizar. El motivo no es otro que la satisfacción de genera ir cerrando asuntos a medida que nos lo vamos proponiendo. Por el contrario, si comenzamos con un asunto muy complejo, absolverá nuestras fuerzas y, de no acabarlo, cundirá el desánimo por no haber terminado los asuntos pendientes y las hormonas del estrés comenzarán a afectarnos.

Resolver un asunto después de otro y no todos a la vez, además de evitar un exceso de estrés, facilita la concentración y la eficacia en el trabajo que estamos realizando

La concentración es la capacidad de abstraerse de las múltiples interrupciones a las que estamos sometidos por nuestro trabajo, tales como llamas de móvil, visitas inesperadas, charlas con compañeros de la oficina, etc. Si bien alguna de estas interrupciones no las podemos evitar, otras sí. Esforzarse en concentrase implica poner todos los medios que podamos para evitar interrupciones innecesarias.

Es importante que, en la medida que podamos, seamos quienes controlemos nuestro tiempo y agenda, y no el cliente

Si después de atender lo mejor que hemos podido a nuestro cliente nos dice la frase: “¿tomamos un café?”, nos tendrá trabajando otra media hora. Media hora que no tenemos. El resto del trabajo se resentirá y el estrés hará su aparición al final de la jornada por no haber terminado el trabajo previsto.

La puntualidad es uno de los mejores antídotos contra el estrés

Todos sabemos el estrés que nos produce y la cantidad de energía que nos absorberá, llegar con el tiempo justo al juzgado. Si bien hay algunos detonantes del estrés que no se pueden evitar, sin duda, este es uno de ellos. Salir con el doble de tiempo del previsto nos dará un tiempo extra de repaso de los argumentos y estrategias del juicio que multitud de compañeros han sabido “saborear” instantes antes de su comienzo.

También es importante una buena actitud y tender a pensar en términos positivos

Estar constantemente quejándonos sobre lo que no nos gusta de nuestra profesión no ayuda en nada a ser más eficientes en nuestro trabajo. Conseguirá que, ante el desánimo y falta de ganas, el estrés “llame” a nuestra puerta para entrar con toda su fuerza. Pensar en positivo implica tener más capacidad para soportar gran parte de los problemas diarios con los que nos tenemos que enfrentar.

La meditación y el gimnasio ayudan a poner a raya al estrés

Las frases “¡No tengo tiempo para ir al gimnasio!” o “¡no creo que la meditación sirva para algo!” son muy habituales para ahorrarse uno mismo el esfuerzo de hacer deporte o aprender técnicas de relajación que sabe perfectamente que son necesarios para encontrarse mejor.

Si hemos discutido con nuestra pareja o hijos, el día será muy duro y el estrés aparecerá al menor problema

Sinceramente todos sabemos que empezar las jornadas enfadado con nuestros seres querido implica estar de mal humor el resto del día. Intentemos arreglar las cosas antes de salir de casa; de lo contrario, el día será complicado, difícil y… muy estresante.


(*) Estos interesante consejos para combatir el exceso de estrés ha sido extraído del libro Las 4 habilidades del abogado eficaz, del profesor español Julio García Ramírez, cuya lectura recomendamos.

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