Si eres un usuario activo de internet, deber haber visto unos «memes» que se han puesto de moda. Imágenes de una fotografía real al lado de una versión en animación japonesa o anime. La verdad es que esto va más allá de memes y las imágenes que manda tu familia al grupo familiar de Whatsapp, ya que hablamos de inteligencia artificial.
“Different Dimension Me” es un proyecto web de IA Painting, o pintura usando inteligencia artificial, desarrollado por la empresa china Tencent. Ellos son creadores de la ya mencionada Whatsapp, pero también de juegos en línea y aplicaciones de todo tipo. Y accediendo a h5.tu.qq, basta con colocar una foto tuya o de cualquier persona para conocer a su «versión de otra dimensión».
La inteligencia artificial programada en esa página se encarga de recrear los gestos, posturas y otros elementos de la foto para recrearlos usando el estilo de series como Dragon Ball o la más reciente Shingeki no Kyojin.
Y si bien hay muchos peligros que debemos considerar al momento de revisar las nuevas tecnologías, creemos que en LP Pasión por el derecho podemos darle un uso responsable y académico a esta tecnología. Por ejemplo, convirtiendo a grandes figuras del derecho en personajes de anime.
En este post conocerás a las versiones japonesas de grandes juristas como Hans Kelsen y, de paso, aprenderás un poco sobre su importancia. Veamos un poco de los logros y metas que los han convertido en pieza fundamental de la enseñanza de esta materia.
1. Hans Kelsen
Originario de Praga, se trasladó a Estados Unidos a inicios de la Segunda Guerra Mundial por la inestabilidad de Europa. En 1940, Kelsen llegó a suelo americano y comenzó a ejercer como catedrático de la Universidad de Harvard. Inspirado por el Common Law, en la famosa obra de la Teoría Pura del Derecho, Hans Kelsen sentenciaría que “el derecho es una ordenación normativa del comportamiento humano […] un sistema de normas que regulan el comportamiento”.
Las normas son establecidas por el órgano legislador, es decir, se originan en el debate parlamentario. Sin embargo, señala Kelsen, las normas también se pueden producir consuetudinariamente. Para el gran teórico del derecho, las normas tienen dos características fundamentales: la validez y la eficacia.
2. Giussepe Chiovenda
Luego de asumir el ejercicio de la abogacía, inició su actuación como procesalista en 1894 mediante una serie de artículos que son germen de su primera gran publicación, “Condena de procedimientos judiciales” en 1900.
Desde muy joven reconoció una profunda vocación por los estudios jurídicos, que posteriormente lo llevaron a dictar clases de derecho procesal civil en las universidades de Parma, Bologna, Nápoles y finalmente Roma.
«Principii di diritto processuale civile» (1906) constituyó el estudio más avanzado y documentado del proceso en aquella época, y ejerció, a partir de sus traducciones al español, una notable influencia en la doctrina hispanoamericana.
3. Friedrich Karl von Savigny
Con la defensa de una tesis sobre derecho penal llamada “El concurso formal de los delitos” (De concursum delictorum formali) obtuvo el grado de doctor y empezó a dar clases a los 21 años de edad. Fue uno de los primeros miembros de la nobleza alemana en impartir clases en una universidad.
Se destacó como un excelente maestro, al respecto Ihering señala: “La palabra de Savigny era serena, moderada; se deslizaba como el río en la llanura, trasparente, clara hasta el fondo, sin ningún movimiento extraordinario o brusco, sin borbotear, ni producir espuma, como sucede con el arroyo en la montaña, que arrastra al oyente y puede transportarlo al entusiasmo”. «Derecho de la posesión», publicado en 1803, consagró al autor quien ese momento era todavía muy joven.
4. Alexis de Tocqueville
Desde muy pequeño en Paris, su padre Hervé de Tocqueville le inculcó la pasión por la vida intelectual. Empezó a recibir sus primera influencias de la Ilustración cuando, en la biblioteca de la ciudad, encontró textos de Rousseau y Voltaire.
Posteriormente aprovecharía el interés de ministro del interior, Montalivet, de conocer el sistema penitenciario norteamericano y consiguió acceder a un permiso para viajar a Estados Unidos, con la finalidad de investigar su sistema penitenciario.
Dieciocho meses después de volver de Norteamérica, Tocqueville emprendió la redacción de su más grande obra, «La Democracia en América». La idea de su estudio era constatar la idea de cómo este tipo de democracia podía implantarse en un terreno nuevo. A John Stuart Mill le gustó tanto el libro que no dudó en publicar dos recensiones de los mismos, realizando unos detallados análisis de su obra.
5. Barón de Montesquieu
Su nombre auténtico fue Charles Louis de Secondat. Nació en Castillo de la Brède (Francia) el 18 de enero de 1689 y pertenecía a una familia aristocrática. Además de sus aportes como pensador y filósofo, destacan sus trabajos de ciencia natural.
Entre sus obras de carácter político, moral y filosófico destacan su «Discurso sobre Cicerón», «Elogio de la sinceridad», «Análisis del tratado de los deberes», «De la política y De la consideración y reputación», etc.
Su obra maestra «El espíritu de las leyes», fue publicada en 1748. En ella elaboró la teoría de la separación de poderes. En puridad se trata de la separación de funciones o separación de facultades, ya que el poder es único e indivisible y perteneciente original y esencialmente al titular de la soberanía (nación), por lo que no es posible dividirlo para su ejercicio.
6. Ulpiano
El legendario juriconsulto romano fue nombrado prefecto del pretorio por el emperador Alejandro Severo y siempre fue reconocido como un hombres que profería un interminable amor a la justicia.
Es recordado, entre otras cosas, por su control sobre los militares de la guardia pretoriana y reducir beneficios a los privilegiados, por lo que no eran bien visto por muchos jerarcas. Eso incluso lo llevó a ser asesinado por los militares que se oponían a sus reformas.
Pese a ello, pudo ser maestro de estudiantes, abogados y aun de jueces; comprendiendo 287 libros, su producción jurídica. De estos, 83 corresponden al derecho pretoriano y 51 al derecho civil. Lastimosamente no quedan mucho registro de sus obras.
7. Marco Tulio Cicerón
Recordado como un gran político y filósofo, Marco Tulio Cicerón destacaba también en el campo de la retórica. Por sus discursos, los romanos lo consideraban un verdadero maestro de la lengua latina, influyendo considerablemente en los estudiosos de la época.
Cuando fue designado como cónsul, la civilización ya era un imperio que abarcaba casi todo el Mediterráneo. Se opuso a los excesos de Sila, el dictador; y luego fue un férreo opositor de Julio César. Sus aprendizajes sobre filosofía griega y democracia, le permitieron aceptar el autoritarismo imperante en Roma. Terminó apoyando al César en la guerra civil, por lo que fue ejecutado tras la victoria de Marco Antonio. Escribió grandes títulos como «De re publica«, «De legibus» o las «Catilinarias y Filípicas«.
Bonus track
Jefferson Moreno
Hay muchos animes que giran alrededor del derecho, así que no es imposible imaginar uno protagonizado por Jefferson Moreno. El penalista es, además de un famoso penalista muy querido en las redes sociales, autor de una novela de ficción llamada «El defensor«. ¿Se imaginan una adaptación al estilo del Detective Conan o Death Note? Nosotros sí y aquí les dejamos un vistazo.