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Un robot de la marca Hanson Robotics, provisto de inteligencia artificial es la primera «mujer» del mundo en adquirir la ciudadanía. Cuando esta humanoide fue trasladada a Arabia Saudí, el monarca Salmán bin Abdulaziz no tuvo mejor idea que atribuirle derechos políticos y sociales, a través de un célere proceso de nacionalidad.
Esta decisión encendió el debate: cómo un país que le restringe derechos a las mujeres, pudo otorgarle la ciudadanía a un robot de presencia femenina, cuyo único mérito fue haber sido publicitada para atraer turistas al país árabe. Además, cuando esta humanoide se presenta ante el público no depende de ningún ‘guardían’ y tampoco usa un velo para cubrirse el rostro, como el resto de las mujeres del país árabe.
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Esto ocurrió en Riad, la capital de Arabia Saudí. En una singular ceremonia, Sophia fue agasajada y elogiada por los curiosos asistentes y la prensa internacional. En esa misma reunión se le concedió la nacionalidad saudí. Es más, como parte del protocolo, subió al escenario y pronunció algunas palabras para el público: «Me siento muy honrada y orgullosa de esta distinción única, es histórico ser el primer robot en el mundo en ser reconocido con una ciudadanía».
Es que, gracias a sus algoritmos, Sophia es capaz de hablar, escuchar, y responder en tiempo real. Y esas cualidades la convierten en un aparato excepcional, con más derechos que cualquier mujer saudí.
En las numerosas entrevistas televisivas que ha ofrecido, la propia Sophia asegura que fue activada en 2015 por su creador David Hanson, un ingeniero en robótica que en 2013 decidió fundar su propia compañía: Hanson Robotics. Según el fabricante, este software de apariencia femenina, opera con inteligencia artificial (IA), procesamiento de datos visuales y reconocimiento facial.
Esto permite que Sophia también pueda imitar gestos humanos y expresiones faciales, y también tener conversaciones sencillas sobre temas predefinidos. Fueron todas estas cualidades las que tentaron al reconocido actor de Hollywood, Will Smith, a querer robarle un beso durante cita romántica.
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En aquel vídeo, Sophia no solo demostró que el actor no era digno de un beso suyo, sino también su enorme capacidad de sostener una conversación fluida. Sucede que Sophia está diseñada con capacidad de aprendizaje, su software de IA analiza conversaciones y extrae datos que le permite mejorar sus respuestas y también sus comportamientos. O sea, puede que nunca haya besado y que ante ese atrevimiento del actor, no haya alcanzado ejecutar una mejor respuesta.
Lo que sí es un hecho, es que Hanson diseñó a Sophia para ser una compañera adecuada para ancianos en Residencia de personas mayores, o para ayudar a multitudes en parques o en grandes acontecimientos. Se espera que finalmente pueda interactuar con otros humanos suficientemente como para obtener habilidades sociales.
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Sin lugar a dudas, la robotización y la inteligencia artíficial están ocupando un lugar muy importante en el desarrollo de la humanidad, tal es el caso de Sophia y de otras creaciones que están revolucionando el mundo tal como lo conocemos.
A la vanguardia, el robot que también lidera esta revolución es Ross, el primer abogado robot que litiga usando inteligencia artificial, este fenomenal invento también es capaz de escuchar el lenguaje humano, rastrear más de 10 mil páginas por segundo y formular una respuesta mucho más rápido que cualquier abogado humano.
Aquí otro extracto de Sophia interactuando en un perfecto español en el plató de Pablo Motos.