Por: Cristián Araos Diaz

(Psicólogo Jurídico Forense de Chile, Perito Judicial, Director del Instituto de Ciencias Forenses y Periciales – IDEF )

Crianza Vs. Tipos de delincuencia juvenil

Es posible afirmar que la expresividad social de la delincuencia juvenil, presenta diferentes variables en cuanto al fondo y tipo de conductas antijurídicas o formas por las cuales son juzgados sus responsables. Esta variabilidad en su determinación nos permite establecer “categorías conductuales”, cuando correlacionamos los estilos vivenciales que caracterizaron el periodo de crianza temprana, con el desarrollo interpersonal y psicosocial de los jóvenes infractores de ley.

Reconocer estas diferencias incrementa en gran medida nuestro nivel de comprensión en cuanto al establecimiento de vínculos directos entre causas de la delincuencia, jóvenes infractores de ley y tipos de delitos.

La expresión “perfil criminal” se conoce con varios términos y acepciones en la literatura policial y forense; perfil psicológico “psychological profiling” (Homant y Kennedy, 1998), perfil de la personalidad del criminal “criminal personality profiling” (McCann, 1.992), perfil del agresor” offender profiling”, (Jackson y Bekerian, 2000), perfil criminal “criminal profiling”. (Stanton, 1997), perfil geográfico “Geographic profiling” Rossmo (sf) citado por Homant (1.998) e Investigación analítica criminal “criminal investigative analysis” (Knight, Warren, Reboussin y Soley 1998).

De acuerdo con Ressler y colaboradores (1986), el uso de perfiles psicológicos en los crímenes puede ayudar a determinar el tipo de personalidad del criminal y sus características conductuales, desde un análisis de los crímenes que él o ella hayan cometido. La técnica permite realizar un perfil del agresor tenga o no tenga antecedentes judiciales, si los tiene sería un criterio facilitador para la elaboración del perfil (Homant,1998); esta definición está relacionada a la del FBI (Federal Boureau of Investigation), la cual determina que el perfil criminal es una herramienta que ayuda a obtener información específica del delincuente, agilizando la investigación, además, brinda información a la policía sobre la manera más adecuada de interrogar sospechosos.

Por tanto, en relación a la delincuencia juvenil, es posible evidenciar patrones que diferencian la etiología conductual, la estructura psicológica y la expresividad delitológica de delincuentes juveniles, conocidos o con antecedentes judiciales previos y de delincuentes juveniles desconocidos o de “conducta irreprochable anterior”. Todo lo cual estaría condicionado por trastornos en la crianza primaria y en el desarrollo de habilidades interpersonales, tales como: la resiliencia y la empatía (“determinismo parental”).

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Tipos de delincuentes juveniles

A continuación se presenta una clasificación cognitiva conductual, cuya unidad de análisis central es el tipo de crianza parental Vs. la tipología delictual juvenil. Estas clasificaciones sirven para comprender los porqués o las causas de la forma antisocial que caracteriza a los diferentes jóvenes infractores de ley, en comparación a otros de sus pares, en igual situación de riesgo social y carencias materiales, que optan por no incurrir en acciones u omisiones penadas por la ley:

a) El insolente

Es el delincuente juvenil que presenta una estructura psicológica y un patrón conductual condicionado por un trastorno de la función socializadora y educativa “vínculo paterno” (Barudy, 2000). Lo cual denota un tipo delictivo impulsivo, poseedor de un pobre autoconcepto, habilidades interpersonales disfuncionales y de una actitud oposicionista en cuanto al respeto de las normas sociales.

Este tipo de delincuente juvenil es el más común de todos y el que presenta una mayor probabilidad de rehabilitación y reinserción social. Sus procesos resilientes se encuentran estancados, pero con posibilidades de desarrollo.

Nivel bajo de desadaptación social, tipo de violencia circunstancial (Sin motivación, ni planificación) e instrumental (motivación material, cierto nivel de planificación), posible consumo circunstancial de drogas.

Ejemplo de delitos:

  • Delitos menores; contra la propiedad.
  • Hurtos en viviendas.
  • Huertos en el comercio.
  • Hurtos en y de vehículos.
  • Faltas a las normativas sociales y las buenas costumbres.
  • Trafico de drogas.
  • Estafas, etc.

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b) El indolente

Este tipo de delincuente juvenil, presenta una estructura psicológica y patrones conductuales condicionados por el trastorno de la función nutridora “vínculo materno” (Barudy, 2000).

El “indolente” presenta trastornos del apego y de la empatía, lo cual denotaría un perfil psicológico disfuncional en cuanto al establecimiento y mantención de vínculos interpersonales a través del tiempo, además de ser incapaces de reconocer necesidades y sentimientos en terceras personas.

Éstos delincuentes, se caracterizan por un bajo control de sus impulsos, pudiendo alcanzar rápidamente niveles altos de agresividad y violencia. Las posibilidades de rehabilitación, considerando mecanismos actuales para la rehabilitación, son bajas debido a que sus procesos resilientes se encontrarían en un nivel de desarrollo mínimo.

Nivel medio de desadaptación social, con un estilo de violencia instrumental (Motivación material) o expresiva (compensaciones psicopatológicas), posible consumo reiterado de drogas.

Ejemplo de delitos:

  • Delitos mayores, contra las personas.
  • Abuso sexual.
  • Violaciones.
  • Homicidios simples.
  • Robo con violencia (asaltos armados).
  • Secuestros.
  • Agresiones con lesiones graves, etc.

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c) El incorregible

Este tipo de perfil delictivo es el menos común de todos, el que presenta un mayor nivel de reincidencia delictual violenta (actúan en solitario), son los más peligrosos en cuanto a su expresividad y potencial criminal.

Su nivel de disfuncionalidad y psicopatología es más bien global o generalizado, en él se presentan trastornos agudos tanto en sus funciones socializadoras, educativas y nutridoras (Trastorno de vínculos paternos y maternos). Este tipo de delincuentes son incapaces de sentir remordimiento, proyectan un nivel de violencia extrema, disfrutan del peligro y llegan a sentir placer con el sufrimiento ajeno (sádicos).

Su probabilidad de rehabilitación con las actuales políticas de intervención, hacen prácticamente nula sus posibilidades de rehabilitación y reinserción social. Es muy probable que este tipo de delincuente juvenil, en el periodo de su infancia temprana, nunca desarrollaron procesos psicológicos conductuales asociados a la resiliencia y empatía.

Nivel de desadaptación social alto, con un estilo de violencia expresivo (compensaciones psicopatológicas), posible consumo crónico de drogas (drogodependientes).

Ejemplo de delitos:

  • Delitos mayores y crímenes.
  • Violaciones seriales con y sin resultado de muerte.
  • Robo con homicidio.
  • Secuestros con tortura.
  • Agresiones con resultado de muerte.
  • Homicidios seriales.
  • Descuartizamientos.
  • Homicidios por encargo (sicarios).
  • Canibalismo, etc.

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