No es un secreto que el argentino ama la carne. Lo que sorprende es que este cariño llegue a los tribunales, a través de una sentencia cargada de amor hacia el poderoso pan con chorizo. O choripán, para los amigos.
Pero vayamos por partes. El juez Alejandro Segura condenó a la entidad deportiva Racing Club y a una empresa de alimentación a pagarle una indemnización a dos empleados que vendían este bocadillo en las tribunas. Ellos habían sido retirados de forma injusta de este espacio luego diferentes problemas administrativos, según su defensa legal.
Lo curioso comienza al momento de leer la sentencia de 28 páginas emitida por el magistrado. Más que un documento legal, estamos ante un cuento donde prima lo emocional y lo culinario. Algunos incluso lo comparan con una pieza humorística de Roberto Fontanarrosa o una oda al choripán.
Uno puede imaginarse lo que viene cuando en las primeras páginas encuentra una referencia a la primera indigestión del juez, cuando tenía apenas seis años y probaba una empanada que «completaba su cocción a pleno rayo de sol».
Segura hace un recorrido por su memoria gustativa para defender la pertenencia del choripán y sus vendedores dentro del estadio. Sostiene que el «chori» y la Coca Cola son la actividad económica de un club de futbol y el que lo niegue nunca ha ido a la cancha.
A la par, afirma haber visto a personas abrirse paso entre enjambres de espectadores para poder comprar uno de estos panes porque «nada tiene mejor sabor que un choripán calentito antes de ingresar a un partido».
El juez no se detiene y aprovecha el espacio para poner en su sitio a los haters de esta antesala al bitute. Señala que solo un vegano circunstante podría despreciar el olor de esa «maravilla» que complementa el deporte rey en Argentina.
La sentencia ha llamado la atención también por otros factores ajenos a la comida. Segura se identifica en diversas oportunidades como hincha del San Lorenzo, menciona de forma gratuita al «RiBer Plate» [sic] y lanza duras criticas al neoliberalismo que agrede los derechos de «lxs trabajadorxs» [sic].
Voceros del Racing se han mostrado en contra de la sentencia al considerar que el juez es imparcial y que denota las actitudes de los hinchas más radicalizados. Claro está que han decidido apelar.
Finalmente, al ser consultado por los medios, Segura se negó a declarar. Aunque llegó a decir que estamos ante una sentencia jurídicamente muy solida. No niega, sin embargo, que sus palabras están imbuidas en lo que denomina como «el folclore del fútbol y de la calle».