John Rankin, gobernador de Bermudas (territorio británico de ultramar), en una decisión que ha sorprendido a la comunidad internacional, promulgó una ley que ya no permitirá la celebración de los matrimonios homosexuales en el país caribeño. El político, no obstante, firmó la Ley de Uniones Domésticas, que sustituye a la figura del matrimonio entre parejas del mismo sexo.
Lea también: Corte IDH insta a países a regular el matrimonio homosexual
Diversos sectores de la sociedad bermudeña se han polarizado entre el rechazo y la aceptación, tiempo después de la gran discusión que surgió al permitirse el matrimonio gay el 5 de mayo del 2017, en un fallo histórico que fue emitido por la Corte Suprema de Bermudas. Rankin ha indicado que busca un punto medio entre los que se oponen a la figura y los veredictos de los organismos internacionales.
La nueva normativa, aprobada por el Senado en diciembre del año pasado, reconoce uniones de carácter civil entre los homosexuales, pero no contempla la institución matrimonial. Por ejemplo, podrán heredar en el caso que no haya testamento y podrán tomar decisiones médicas. Pese a ello, no tendrán derecho a casarse. Los matrimonios ya celebrados seguirán vigentes. Varios colectivos de la comunidad LGTBI consideran ilegal el proceder del gobernante.
Lea también: Matrimonio homosexual: La autonomía de los particulares entre el Derecho y el amor
De ese modo, la iniciativa ha sido criticada por grupos internacionales de derechos humanos que han presionado a Rankin y al secretario de Relaciones Exteriores del Reino Unido (de la que Bermudas es dependiente), Boris Johnson, para que se desvíen de la práctica estándar en territorios autónomos y no se efectúe el consentimiento. Sostienen que la Constitución de la isla garantiza la libertad frente a la discriminación.
Para la asociación Rainbow Alliance, la decisión provoca que hayan “matrimonios de segunda clase” y supone una involución en los derechos de la comunidad LGTBI. Asimismo, en un debate en la Cámara de los Comunes del Reino Unido, el político del Partido Laborista, Chris Bryant, calificó el proyecto como “una legislación profundamente desagradable y muy cínica”.
El ministro de Asuntos Nacionales, Walton Brown, ha señalado que la mayoría de los ciudadanos de Bermudas sigue estando en contra de los matrimonios entre personas del mismo sexo. En junio de 2016 la población de Bermudas rechazó en una consulta el matrimonio gay con un 69% en contra contra un 31% a favor; pese a ello, la sentencia judicial de mayo del 2017 dispuso la prevalencia de la Ley de Derechos Humanos. Por otro lado, el director de Human Rights Campaign ha declarado que “esta decisión acaba con el derecho de las parejas homosexuales a casarse y secuestra la reputación a nivel internacional de Bermudas así como su economía”.
9 Feb de 2018 @ 11:46