El Colegiado A de la Sala Penal Nacional, integrada por los jueces René Martínez Castro (presidente), Edhín Campos Barranzuela (director de debates) y Hans Contreras Cuzcano, condenó a cadena perpetua a los integrantes de la cúpula de Sendero Luminoso al encontrarlos responsables, como autores mediatos, del delito de terrorismo por el atentado perpetrado en la calle Tarata, Miraflores, el 16 de julio de 1992.
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La condena fue impuesta contra Abimael Guzmán Reynoso, Elena Yparraguirre Revoredo, Oscar Ramírez Durand, María Pantoja Sánchez, Laura Zambrano Padilla, Florentino Cerrón Cardoso, Florindo Flores Hala, Edmundo Cox Beuzeville, Osmán Morote Barrionuevo y Margot Liendo Gil.
Esta sanción fue dictada luego de veinte meses de juicio oral, en el cual el colegiado encontró pruebas suficientes para condenarlos en su calidad de autores mediatos, por ser integrantes del Comité Central del grupo terrorista.
El tribunal concluyó que el atentado no fue un hecho aislado sino una acción planificada en el que utilizaron un coche bomba cargado con 500 kilos de dinamita y anfo, explosivo de gran poder de destrucción que acabó con, en el acto, con la vida de 17 personas, y dejó 155 heridos.
Además estableció que el Comité Central era el órgano de la organización terrorista que ordenaba los atentados y daba las directivas a los comités regionales a nivel nacional.
El colegiado, además, dispuso que los sentenciados paguen en forma solidaria una reparación civil de dos millones de soles a favor de los deudos de las víctimas, así como cuatro millones de soles al Estado.
Empero, los antes mencionados fueron absueltos de la acusación por tráfico ilícito de drogas, pues las pruebas presentadas por la fiscalía en este extremo generaron duda razonable en los integrantes del tribunal.
En tanto, la acusada Elizabeth Cárdenas Huayta fue absuelta de ambos delitos, mientras que a Moisés Limaco Huayascachi la sala reservó el juzgamiento por encontrarse en calidad de reo contumaz.
Los sentenciados Margot Liendo Gil y Osmán Morote Barrinonuevo, quienes cumplían arresto domiciliario, fueron detenidos al finalizar la audiencia y trasladados a la carceleta de Palacio de Justicia.
Antes de concluir la audiencia, la fiscal María Carrasco Gabriel anunció que interpondrá recurso de nulidad ante la absolución de los acusados por el delito de tráfico de drogas, así como de Cárdenas Huayta.
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Los hechos
Eran las 9:20 de la noche del 16 de julio de 1992 en la calle Tarata, ubicada en el corazón de Lima, transeúntes, comerciantes, profesionales finalizaban sus labores para dirigirse a casa, cuando se oyó el sonido estrepitoso de una explosión, seguida por otras. La primera alertó a algunas personas que pudieron colocarse a buen recaudo, mientras que la segunda explosión fue letal para otras.
Un vehículo cargado con 500 kilogramos de dinamita había detonado causando 17 fallecidos, 155 heridos, y más de 300 familias afectadas. Ese fue el resultado de un ataque que no solo causó pérdidas humanas sino también económicas calculadas en más de tres millones de dólares.
El objetivo original de esta ataque fue la agencia del Banco de Crédito del Perú ubicada en la Avenida Larco; sin embargo, la fuerte vigilancia en la entidad financiera hizo que los atacantes cambiaran de plan.
La onda expansiva afectó a 183 casas, 400 negocios y 63 automóviles estacionados los que resultaron destruidos o dañados.
Este suceso generó que las autoridades realicen el mayor esfuerzo para ubicar al cabecilla de la organización terrorista, Abimael Guzmán, quien fue capturado luego de un trabajo de inteligencia de dos meses, en una residencia de Surquillo. En los meses y años siguientes se logró la captura de otros altos mandos de Sendero Luminoso.
