Descargue en PDF «Los secretos de los seguros», de Alonso Núñez del Prado S.

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Estimados colegas, compartimos el link de descarga en PDF del libro Los secretos de los seguros, de Alonso Núñez del Prado S., publicado hacia el 2017 por el Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica, de la Colección Lo Esencial del Derecho n.° 21.

Ahora bien, para que se hagan una idea de lo que trae el libro, compartimos la introducción. Al final del post podrán descargar la obra.


INTRODUCCIÓN

¿Qué es el riesgo? Es una pregunta que ha motivado trabajos de tesis incluso en el ámbito de las maestrías. En estos se descubre que nuestra percepción de lo que es riesgo puede tener matices, pero para el común de la gente ‘riesgo’ es la posibilidad de perder, aunque en algunos casos también implica ganar. Ocurre que todos los seres humanos tenemos la posibilidad de tener un accidente, unos más y otros menos, dependiendo de nuestras actividades. Y un accidente puede tener consecuencias variables, desde algunas pequeñas contusiones hasta la muerte, pero también puede afectar a otras personas, como cuando conducimos una bicicleta o un automóvil; en este último caso también hay una importante fluctuación en los resultados.

Teniendo en cuenta lo expuesto podemos clasificarlo en riesgos puros y riesgos especulativos. Los puros son aquellos en que los resultados son solamente dos: perder o no perder; mientras los especulativos tienen una alternativa adicional que es la de ganar. Son ejemplos de riesgos puros la posibilidad de ser robado, de sufrir un incendio, de tener un accidente, etcétera. Por su parte, los riesgos especulativos serían, por ejemplo, invertir en la Bolsa de Valores o poner un negocio. A partir de lo dicho, la diferencia resulta evidente.

Esta clasificación es útil para los seguros, ya que mientras los riesgos puros son asegurables, los especulativos no lo son, por lo menos en la concepción clásica de la institución. Como veremos más adelante, existen seguros de lucro cesante que implican asegurar la utilidad, pero que se sostienen en la lógica de que, luego de la pérdida, el asegurado regresa a la situación en que estaba antes de que esta ocurriera, con algunas gradaciones que dependen de las características del siniestro, ya que es evidente que hay seguros en que el riesgo asegurado hace imposible que la aseguradora pueda «regresar» al asegurado a su situación previa a la pérdida, como en los casos de muerte o de daño a algún miembro.

Hasta este punto, tenemos claro que se pueden asegurar solo los riesgos puros, es decir aquellos en los que solo se puede perder o no perder; mientras que los riesgos especulativos, en principio, no son asegurables. No se puede asegurar el resultado de las inversiones en bolsa, ni los de un negocio; aunque los seguros de lucro cesante permiten asegurarlos en una empresa que está operando siempre que sea consecuencia de un siniestro material, como un incendio, la rotura de una maquinaria o eventualmente de un naufragio, a pesar de que esto es de más difícil acceso.

A partir de lo antes expresado, y como ya hemos señalado, los seres humanos y las empresas estamos expuestos a una multiplicidad de riesgos y de allí brotan las preguntas: ¿cómo podemos enfrentarlos? ¿Cuáles son las alternativas frente a esta realidad? De hecho, hay personas con más aversión al riesgo que otras. Algunos prefieren la seguridad por encima de todo, mientras otros son más bien amantes del riesgo y practican deportes peligrosos o hacen inversiones o negocios de alto riesgo.

La técnica destinada a solucionar el problema del riesgo se ha denominado «administración de riesgos» y es una disciplina que se ha desarrollado mucho en los últimos tiempos, especialmente en el plano empresarial donde es, en las empresas más modernas, un área de suma importancia por razones obvias, ya que la ocurrencia de siniestros o pérdidas puede resultar en la quiebra y desaparición del negocio e, incluso, en la responsabilidad de sus gerentes, funcionarios y directores.

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