El jueves pasado se realizó una de las audiencias programadas en la investigación de la ODECMA iniciada en contra del magistrado Percy Gómez Benavides.
Para escuchar los testimonios de las personas que denunciaron maltratos de parte del magistrado Percy Gómez Benavides se escogió la sala más aislada y menos concurrida de la Corte Superior de Justicia de Arequipa. El último jueves, en ese ambiente, estaban siete personas. La jueza Sandra Lazo de la Vega y su abogado; el quejado juez Percy Gómez, acompañado por su defensora legal; la secretaria; el juez sustanciador José Luis Yucra Quispe y la secretaria judicial Giuliana Ugarte Torres, quien relataba los maltratos que la jueza sufrió cuando se le asignó trabajar junto con Gómez Benavides.
La queja de la jueza Lazo de la Vega
La magistrada Sandra Lazo de la Vega, meses atrás, denunció que Gómez la trató de menopáusica; además, hizo otra clase de comentarios. Lazo de la Vega no solo se quejó ante la Oficina Descentralizada de Control de la Magistratura (ODECMA), sino que también inició un proceso judicial por difamación en contra de Gómez Benavides.
La audiencia del último jueves está relacionada con la queja ante la ODECMA. Respecto al proceso de difamación, la cita en el juzgado fue programada en marzo.
Relato
En la sala de audiencias, la secretaria judicial y testigo, Giuliana Ugarte, estaba sentada en medio de la sala. A ambos lados se dispusieron las mesas donde se sentaron Lazo de la Vega y Gómez Benavides.
Ugarte relató una de las ocasiones en las que se sintió maltratada por el magistrado. Ella dijo que todo empezó cuando le indicaron que supliría a su compañera Rosario Arce, incluso mencionó que Gómez comparó el trabajo de ambas mujeres y se exaltaba intimidándola con su tono de voz. Después, Gómez fue a la Corte Suprema como magistrado y, al volver, su conducta cambió. Hecho que sorprendió gratamente a la testigo, pero pasado un tiempo, los maltratos volvieron, así como la conducta explosiva que caracterizó a Gómez.
Ugarte recordó que fue humillada delante del magistrado Carlo Magno Cornejo Palomino:
El magistrado Carlo Magno Cornejo Palomino volvió su mirada a Gómez, se agarró la cara, bajó la mirada y movió la cabeza. Yo me sentía ridiculizada. Los comentarios de Gómez me hacían sentir como si me hubiesen regalado una plaza cuando yo tengo una trayectoria profesional respetable en esa sede judicial.
La secretaria judicial dijo que en esa oportunidad atinó a apretar las manos para no llorar delante de sus compañeros de trabajo. Mientras recordaba esa experiencia se le quebró la voz.
Cuando Ugarte terminó su relato, la jueza Sandra Lazo hizo preguntas sobre la conducta de Gómez hacia la secretaria judicial y por qué soportó esa clase de maltratos. Agregó:
Tengo carga familiar. Mi sueldo es necesario para el presupuesto familiar. Imagínese, si a la jueza Sandra Lazo de la Vega, que ha quejado a Gómez, soporta tantas humillaciones, yo que solo soy una servidora judicial tenía miedo de las represalias
En la ronda de preguntas también intervenía Gómez, quien se oponía a algunas de las interrogantes que hacía la magistrada a la testigo.
La salud de Ugarte se resquebrajó bastante, el estrés que le provocaba la conducta de Percy Gómez era la causa de los males de salud que la aquejaban. Por ejemplo, detalló que sufre de hipotiroidismo, condición que se agravó, y los dolores de cabeza se hicieron cotidianos. Además de un sangrado de nariz que no cedía fácilmente.
Fui a que me atienda un médico para que me cauterice la vena de la nariz que se reventaba y sangraba, pero el especialista me dijo que no se podía hacer esa clase de intervención porque la vena estaba muy dilatada. Pedí mi cambio pero no expliqué los verdaderos motivos. Ahora estoy más tranquila.
Lapsus
La audiencia fue tensa. Pero ocurrieron dos hechos que llamaron la atención, ambos protagonizados por Gómez.
El primero ocurrió a los 20 minutos de iniciada la audiencia que fue programada para las 14:30 horas. El quejado Percy Gómez se paró de su asiento para interrumpir la ronda de preguntas de Sandra Lazo de la Vega y dijo que una de las testigos de la quejosa estaba escuchando la declaración de la secretaria judicial y, por lo tanto, se le debería invalidar su testimonio. Exigía al juez sustanciador José Luis Yucra que salga a corroborar su dicho. Gómez olvidó que estaba en calidad de quejado y no como presidente de la Sala. Yucra pidió compostura.
Varios minutos antes de terminar, Gómez vio nuestra grabadora y dio aviso al juez sustanciador; dijo que temía que los “terroristas” hayan ingresado ese aparato. Inmediatamente, solicitó sea confiscada hasta conocer su procedencia.
Gómez estaba como paranoico. No quería que nadie se entere del proceso. Le hicimos saber que no somos “terroristas”, sino periodistas y ofreció disculpas.