A la aleccionadora lucha de Miguel Ángel Salinas Tantaquispe, el joven de 17 años sin piernas ni brazos que ingresó a la carrera de derecho, se suma la historia del anciano que acaba de ingresar a la universidad para estudiar leyes.
En medio de un centenar de jóvenes, un anciano causó sorpresa cuando se ubicó en la fila de postulantes a la carrera de derecho de la Universidad de Lima. Tenía la mirada fija y serena. Estaba decidido a ingresar.
Se trata de Eleodoro Magnolio Cadillo Quino de 82 años, que esperó mas de cincuenta años para convertirse en “cachimbo”. Esa mañana, don Eleodoro desenfundó su lapicero y se dirigió a la casa de estudios para llenar exitosamente una prueba, que más que eso, era su pase a la vida universitaria. ¡Ingresó!
“Yo quería dar el ejemplo que sí se puede. No me preparé en ninguna institución educativa. Me presenté a dar examen solamente con lo que sabía”, asegura inflando el pecho de orgullo. Don Magnolio viste una camisa blanca hasta el cuello y el cabello blanquecino. Desde que terminó el colegio siempre quiso ser abogado, pero tuvo que posponer sus sueños por su familia. Casi medio siglo después se convirtió en el primer cachimbo octogenario en la historia de la Universidad de Lima.
Si bien al principio ocultó sus planes de postular a la facultad de derecho, doña Irma, su esposa, descubrió sus intenciones ante cada salida a la calle.
El primer día de clases don Eleodoro presentó a Irma, a quien agradeció por su apoyo constante: “Ella es mi compañera de vida, la que hace posible que yo esté aquí”. Su amada, muy emocionada le pidió a sus compañeros que tuteen a Eleodoro, que no lo traten de señor Eleodoro. “No le digan señor”, instó.
Por otro lado, los paisanos de su querido Huaraz celebran su feliz ingreso, que enaltece el nombre de esa región. Eleodoro es el primer cachimbo de la tercera edad en la historia de la Universidad de Lima. En sus 57 años de fundación, la universidad confirmó ese dato.