Sumilla: La violencia vicaria está creciendo en todo el mundo y en el Perú se han producido muchos de estos casos. Lamentablemente, en sociedades que otorgan poco valor a la salud mental, estos cuadros se multiplican.
Cada año, en países con altos índices de violencia familiar como el Perú, decenas de miles de niños y niñas no solo son testigos presenciales del maltrato físico y psicológico que sus padres infligen a sus madres, sino que también son víctimas de esos actos de violencia, y muchas veces las razones de esta forma de violencia se perpetra para herir o lastimar a la mujer.
Recordemos que, según cifras del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en los últimos 12 meses, el 28.2% de las mujeres de 18 y más años fueron víctimas de violencia por parte del esposo o compañero. La violencia de género se manifiesta de múltiples maneras.
La violencia vicaria está creciendo en todo el mundo y en el Perú se han producido muchos de estos casos. Lamentablemente, en sociedades que otorgan poco valor a la salud mental, estos cuadros se multiplican.
¿Qué significa «vicario»?
De acuerdo con el diccionario de la RAE, vicario es aquello que tiene las veces, poder y facultades de otra persona o la sustituye. Es decir, hace referencia a la sustitución o reemplazo de un individuo por otro en el ejercicio de una función o en la vivencia de una situación.
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¿Qué es la violencia vicaria?
Los expertos denominan así a un tipo de violencia secundaria a la víctima principal, que es la mujer. Es un tipo de violencia machista que consiste en hacer daño a los seres queridos para hacer mal a la mujer, es decir, es un daño interposita persona. De acuerdo con el psicólogo Oscar Castillero, dicha violencia es una forma de maltrato infantil que puede ir desde la visualización y presenciación por parte del menor de las agresiones, hasta el padecimiento de agresiones directas como método para causarle un perjuicio.
Si bien las personas más vulnerables para lastimar son, por lo general, los hijos, estos no son los únicos destinatarios de esta forma de violencia. También pueden ser personas muy queridas para la mujer que es víctima (hermanos menores, sobrinos, etc).
Los casos de violencia vicaria todavía no se denominan así en las legislaciones y aún no constan oficialmente como víctimas de violencia de género, pero es importante identificarla para enfrentarla con políticas públicas adecuadas.
Un caso de violencia vicaria en Huaraz
Hace poco un caso ocupó las páginas policiales de varios medios por lo escabroso y aberrante. Ocurrió en Huaraz, y las victimas fueron tres menores de edad que vivían con la expareja del agresor.
El sujeto identificado como Anthony Osorio Mujica acuchilló a su exconviviente Lizbeth Karina Cerafín Minaya, en rostro y cuello, mientras dormía en su casa durante la madrugada del 31 de diciembre de 2017. Posteriormente, el sujeto prendió fuego a la habitación donde descansaban los demás agraviados, quienes resultaron con heridas de gravedad. Luego del incendio se determinó el fallecimiento de los tres menores. Seguidamente escapó del lugar llevándose a su hija de apenas 3 años, quien luego fue ubicada en Lima.
Así, el magistrado del Segundo Juzgado de Investigación Preparatoria de Huaraz, Walter Agustín Jiménez Bacilio, consideró que sí se cumplían los requisitos necesarios para enviar a prisión a Anthony Osorio Mujica, mientras duren las investigaciones; por lo que en uso de sus facultades dictaminó 9 meses de prisión preventiva en su contra.
Anthony Osorio Mujica habría rociado gasolina en el interior de la casa, para luego prender un fósforo, incendiando todo el cuarto donde se encontraba descansando la familia Serafín Minaya, escapando con dirección desconocida. Durante su ingreso a la audiencia de prisión preventiva, familiares, vecinos y amigos de la familia protestaron exigiendo cadena perpetua para el agresor.
Es por ello que se pide que estos deplorables actos de violencia (sobre todo cuando atentan contra la vida e integridad física de los hijos), deberían ser tratados también por los juzgados de violencia contra las mujeres.
El violentador parece creer que asesinar a los hijos es asegurarse de que la mujer no se recupere jamás del dolor. Aquel individuo con tendencias violentas es poseedor de un comportamiento crónico, y así será con todas y cada una de sus parejas, ya que forma parte de su perversa visión de las relaciones. La mayoría de los agresores abandona los programas de rehabilitación y solo ingresan a estos por presión judicial. La violencia contra niños y mujeres se está convirtiendo en una peligrosa tendencia que las autoridades no están combatiendo adecuadamente.
11 Ene de 2018 @ 17:09