La vida del litigante. Temporada 2 | Edición #11. El año pasado LP lanzó «La vida del litigante», un formato que buscaba registrar las confesiones de abogados litigantes para saber de qué madera están hechos, conocer cómo piensan, cómo se preparan, cuáles son sus miedos, manías, cuitas y retos.
Luego del éxito que significó la primera temporada, a pedido de ustedes les traemos la temporada 2. Y quién mejor que uno de los más agudos penalistas que tiene nuestro país, el doctor Percy García Cavero, para iniciar esta segunda etapa.
A continuación, les dejamos las primeras palabras del doctor Percy García, sin perjuicio de adjuntar el vídeo completo de la entrevista.
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¿Cómo empieza su día?
Yo me levanto relativamente temprano. A las 5:30 a. m. estoy de pie y a las 6 a. m. aproximadamente juego un partido de tenis, que es mi deporte preferido, tanto porque lo practico y también porque lo veo. Soy un fanático seguidor de los partidos de tenis. Soy un fanático de Roger Federer [ríe]. Creo que es difícil encontrar a alguien que le gusta el tenis y que no sea fanático de Roger Federer, pero también [soy] un gran admirador de Rafael Nadal y, bueno, de las nuevas figuras que están saliendo ahora en el tenis como [Denis] Shapovalov, [Daniil] Medvedev y, bueno, de quien acaba de ganar el masters de Londres, Stefanos Tsitsipas.
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Luego de ello regreso a casa, veo los periódicos, desayuno normalmente algo ligero (no soy de comer mucho) y empieza mi día. Si tengo audiencias pues me dirijo a las audiencias, me tomo el avión, normalmente el primer vuelo. Y si tengo que trabajar en preparación de escritos o alegatos me quedo trabajando en mi oficina que es en mi propia casa. Tengo la ventaja, que no muchos la tienen, de tener mi oficina en la propia casa. Eso me permite compatibilizar ciertas cosas y a la vez mi vida académica, que en estricto empieza en la tarde, cuando ya se terminan las audiencias, a las 5 p. m., salvo algunos supuestos excepcionales. Voy a la Universidad de Piura donde soy profesor ordinario de derecho penal y dicto los cursos de penal (uno y tres) y penal económico. También asesoro a los estudiantes de pregrado y a los de posgrado para las tesis.
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¿Cómo empezó a litigar?
El camino que he seguido es bastante extraño, muy sui generis, por decirlo así. Yo salí en el 92 de la universidad y me enganche rápidamente a trabajar en la Universidad de Piura, donde sigo trabajando como profesor. Entré a trabajar como profesor y estuve 15 años trabajando como profesor full time. Claro, de esos 15 años aproximadamente, cinco estuve en el extranjero haciendo el doctorado. Estuve tres años en España haciendo el doctorado y luego en Alemania por una beca posdoctoral, donde fundamentalmente trabajé todas mis investigaciones más importantes en el ámbito el derecho penal económico, que es una de las áreas en las que especialmente he trabajado prácticamente toda mi vida.
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Después estuve con cargos de dirección en la universidad. Fui decano cinco años de la facultad derecho y también tuve otros cargos de dirección. En el 2007 recibo la propuesta de —hoy un gran amigo mío, exsocio— Augusto Loli para poder integrarme, primero como abogado asociado a su estudio, dedicándole algunas horas —porque mi vocación era fundamentalmente docente— a trabajar con él en el estudio.
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Un par de años después, dentro del estudio de Augusto Loli hay una reestructuración societaria y me propone entrar como socio en un estudio exclusivamente penal que empezó a trabajar aproximadamente en 2009. Desde ahí hasta el 2015 trabajamos en sociedad con un estudio que era el Loli & García Cavero.
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Después nuestro estudio se fusionó o —para hacer más exacto— fue absorbido por el estudio Rebaza (el área penal) y ahí estuve diez meses como socio también. Finalmente, decidí por razones personales, académicas fundamentalmente (porque estar en un estudio de la importancia que tiene el Rebaza implicaba ser un abogado no full time sino full life) optar por mi vena académica, por mi amor a la universidad y a trabajar desde Piura con un estudio pequeño llevando los casos que más o menos puedo llevar, suficientes como para poder generar un presupuesto suficiente para vivir dignamente con mi familia y seguir en mis temas académicos que —creo— es aquello a lo que nunca renunciaré y en lo que —finalmente— moriré y terminaré, espero, dios mediante, dentro de muchos años.
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¿Cómo fue su primer despacho?
El primer despacho me lo dio Augusto Loli en un estudio que ya tenía él en ese entonces. No recuerdo el nombre de la calle, pero quedaba al lado de Corpac de Canaval y Moreyra. Era un espacio muy sencillo. Además, yo venía algunos días y volvía a Piura. O sea, yo nunca dejé Piura, no solamente porque soy piurano, porque tengo mi familia ahí y mi esposa es piurana y mis hijos, sino porque mi universidad, que es la Universidad de Piura, está ahí.
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Siempre he asumido el sacrificio de tomarme los aviones, de venirme a Lima, de estar yendo y viniendo de Lima, pero siempre teniendo mi base de operaciones familiar en Piura. Pues tenía una oficina que es una oficina muy sencilla, muy simple, que en realidad ocupaba pocas horas, porque también cuando llegaba a Lima tenía reuniones con clientes, estaba más en los directorios o incluso haciendo alegatos, informes orales en las salas. Entonces, no era un sitio al que yo le dedicaste especial importancia. Si tenía frío porque como buen piurano cuando llegaba el invierno tenía frío…
CONTINÚA…