El jueves pasado, el Tribunal Supremo Federal de Brasil falló a favor de criminalizar la homofobia y transfobia como un delito similar al racismo —con penas de hasta cinco años de prisión—. Indicó que estos actos deben ser tratados como una forma de racismo hasta que el Congreso Nacional apruebe una ley sobre la materia.
Con 8 votos a favor y 3 en contra, se determinó esta medida. Los jueces aseguraron que no es que el Tribunal esté legislando sino que está determinando el cumplimiento de la Constitución. En mayo de este año la mayoría de los jueces del Tribunal Supremo ya se había manifestado a favor de penalizar la homofobia.
Una de las juezas del tribunal, Cármen Lucia, explicó que todo tipo de prejuicio es violencia. La magistrada indicó que la discriminación es un sufrimiento que puede castigar a la persona desde su entorno familiar.
“La reiteración de los atentados derivados de la homotransfobia revela una situación de verdadera barbarie. Se quiere eliminar lo que se parece diferente física, psíquica y sexualmente”.
«Todos los seres humanos nacen libres e iguales y deben ser tratados con el mismo espíritu de fraternidad», añadiendo que «lo que se busca es dotar de una protección inmediata a aquellos que son discriminados y marginados” por las leyes. «Todo prejuicio es violencia, toda discriminación es violencia, toda discriminación es una forma de sufrimiento, pero algunos de esos prejuicios causan más sufrimiento, porque castigan desde el hogar y por la simple circunstancia de intentar ser lo que se es».
Por otro lado, el presidente del mencionado país, Jair Bolsonaro, se manifestó sobre la decisión del Tribunal Supremo. El mandatario brasileño calificó el fallo de «equivocado» e indicó que esto solo perjudica a la propia comunidad LGBT y generaría un un conflicto en la materia penal.
En este sentido, Bolsonaro añadió que la persona LGBT puede tener más dificultad en encontrar trabajo, pues el jefe se asustará con la posibilidad de ser falsamente acusado de discriminación si el futuro empleado es despedido un día. El presidente llegó a decir que el Supremo ha creado «una escisión de lucha de clases».