La Corte Interamericana de Derechos Humanos, en ejercicio de su jurisdicción contenciosa, ha conocido más de treinta casos sobre desaparición forzada de personas, lo que representa más del 20% de la jurisprudencia interamericana en materia de justicia penal.
En efecto, el 29 de julio de 1988, en un fallo para la historia, la Corte IDH dictó su primera sentencia en la que condenó al Estado de Honduras por el secuestro y desaparición forzada de Manfredo Velásquez Rodríguez hacia el año 1981 en manos de las Fuerzas Armadas.
Los hechos narrados por la Corte IDH
– Los hechos del presente caso se producen en un contexto en el cual, durante los años de 1981 a 1984, entre 100 y 150 personas desaparecieron sin que de muchas de ellas se haya vuelto a tener alguna noticia. Tales desapariciones tenían un patrón muy similar, que se iniciaba mediante el secuestro violento de las víctimas, muchas veces a la luz del día y en lugares poblados, por parte de hombres armados, vestidos de civil y disfrazados, en vehículos sin identificación oficial y con cristales polarizados, sin placas o con placas falsas. Al respecto, la población consideraba como un hecho público y notorio que los secuestros se perpetraban por agentes militares, o por policías o por personal bajo su dirección.
– Manfredo Velásquez era un estudiante de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras. Desapareció el 12 de septiembre de 1981 en un estacionamiento de vehículos en el centro de Tegucigalpa, secuestrado por varios hombres fuertemente armados, vestidos de civil, que utilizaron un vehículo Ford de color blanco y sin placas. El secuestro fue llevado a cabo por personas vinculadas con las Fuerzas Armadas o bajo su dirección.
– Se interpusieron tres recursos de exhibición personal y dos denuncias penales. No obstante, los tribunales de justicia no efectuaron las investigaciones necesarias para encontrar a Manfredo Velásquez o sancionar a los responsables.
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