La Dirección de Investigación Criminal (Dirincri) concluyó, mediante un informe del Departamento de Investigación de Homicidios, que la muerte de José Miguel Castro «corresponde a suicidio» y descartó, además, «la participación de terceros por ausencia de signos de lucha, ingreso forzado u otros indicios criminales».
El documento, difundido por Epicentro, sostiene que el último 29 de junio Castro ingresó al baño de su vivienda con «la determinación de suicidarse». Para ello, empleó dos cuchillos de cocina y con estos se «habría autolesionado ocasionándose múltiples heridas inciso-cortantes autoinfligidas en la región cervical, ocasionándole una hemorragia aguda masiva conllevándole a la muerte».
Las manchas hemáticas, encontradas en este ambiente según el informe, demostraron que la «totalidad del sangrado ocurrido en el lugar». Asimismo, los cuchillos fueron encontrados cerca del cadáver. El informe pericial también indica que la puerta se encontró sin signos de «violencia en su cerradura y estructura» y que las cortinas estuvieron cerradas.
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De acuerdo a la hipótesis policial, el móvil del presunto suicidio se debería a una «crisis emocional intensa derivada de problemas judiciales y presión personal». «Se concluye que en vida José Miguel Castro Gutiérrez denotaba deterioro en sus funciones cognitivas, no llevaba tratamiento psicológico ni psiquiátrico», sustenta la necropsia psicológica retrospectiva.
«Cabe la probabilidad de que el occiso habría estado pasando por un evento precipitante relacionado al tema legal que mantenía, lo que le causó gran impacto emocional luego de estar recluido, con sentimientos de desesperanza que se (ha) caracterizado por la sensación de ni encontrar soluciones ni alternativas a los problemas, lo que le habría llevado a tomar la fatal determinación», complementó este informe.