Sumario: 1. Introducción; 2. Heridas penetrantes y perforantes; 3. Orificios producidos por armas de fuego; 4. Casuística.
1. Introducción
Una bala o proyectil viaja a 260 kilómetros por hora aproximadamente, rompe la velocidad del sonido por la detonación y agujerea la piel humana al mínimo contacto.
Los peritos criminalistas que no estuvieron in situ cuando el disparo se produjo, son capaces de identificar por dónde ingresó la bala o si la victima sufrió una herida de rebote, es decir, el proyectil impactó en el asfalto y se dirigió al cuerpo.
La piel humana es elástica, sin embargo, posee una resistencia de 7 kilogramos por centímetros cuadrados[1], es decir, un proyectil al contacto con la piel, supera largamente esa presión para penetrar o perforar la superficie de la epidermis.
2. Heridas penetrantes y perforantes
Las heridas producidas por arma de fuego pueden ser penetrantes o perforantes. Las primeras ingresan al cuerpo y allí se quedan, es decir, este tipo de heridas no generan un orificio de salida.
Sin embargo, las heridas perforantes se caracterizan por producir dos lesiones: orificio de entrada y salida. Aquí el investigador deberá identificar la trayectoria de la bala y así determinar por dónde ingreso y salió.
3. Orificios producidos por armas de fuego
3.1. Orificio de entrada
Es el orificio por donde el proyectil penetra el cuerpo y el más importante, pues ofrece la mayor información sobre el disparo y se toma como referencia para analizar el arma utilizada en el crimen. Al analizar ese orificio, los peritos criminalistas pueden determinar la distancia, el ángulo de penetración y la altura desde donde se realizó el disparo. El orificio de entrada puede tener estas formas:
-
- Circular: Al realizar un disparo en forma perpendicular al blanco se produce esa forma, es decir, el disparo se realizó de forma plana.
- Oval: Esta herida se produce cuando el disparo se realiza adoptando un ángulo que no es recto.
- Estrellada: La forma estrellada sucede cuando se realizan disparos de contacto del cañón del arma de fuego con el cuerpo.[2]
Al producirse un disparo, la bala ingresa y arrastra la piel al interior del cuerpo, en consecuencia, la herida tendrá bordes con dirección al interior de cuerpo.
Además, es importante mencionar que los disparos producen metales que se impregnan en la piel (plomo, bario y antimonio). Los peritos criminalistas, al analizar este orificio, deberán recoger los restos, es decir, las partículas del disparo para identificar por dónde ingresó la bala.
3.2. Orificio de salida
Estos orificios son aquellos por donde sale el proyectil del cuerpo, es decir, al abrirse paso, la bala produce el orificio de salida. Al tratarse de una herida penetrante, los peritos criminalistas no hallarán este orificio, pues el proyectil se encontraría incrustado al interior del cuerpo y no lo habría atravesado.
Los orificio de salida, generalmente, tienen los pliegues de sus bordes con dirección hacia el exterior, pues la bala abre la piel. El tamaño y la forma de este orificio de salida es variable, pero por lo general, tienen forma irregular por la fragmentación del proyectil.
3.3. Orificio de reingreso
El proyectil atraviesa la piel del brazo, lo perfora y vuelve a ingresar por la zona de las costillas, perfora el dorso y sale al exterior. El tirador le produjo cuatro orificios a su víctima.
En una entrevista a LP, el perito balístico Omar Santome Retes, explicó que, generalmente, las heridas de reingreso son producidas por proyectiles que dañan piel o musculo durante su trayectoria. Esto es así porque al toparse con hueso, la bala se incrustaría en el interior del cuerpo.
Sin embargo, la bala podría impactar contra huesos y desviar su rumbo con dirección al exterior, es decir, producir el último orificio de salida para alcanzar el exterior del cuerpo.
3.4 Orificio de rebote
La bala es disparada, impacta sobre el asfalto e ingresa al cuerpo humano. La trayectoria de los disparos interrumpidos por superficies duras es irregular, pues la dirección inicial es alterada y el proyectil pierde velocidad.
Estos proyectiles ingresan al cuerpo humano de manera irregular y no suelen producir heridas perforantes, además, tienden a deformarse al impactar el asfalto, por ende, los peritos criminalistas encontrarían la bala deformada al interior del cuerpo.
Santome Retes explicó que el orificio de entrada producida por el rebote de una bala puede ser estrellada, debido a la trayectoria irregular que produce el rebote, además, recordó que este tipo de heridas son atribuidas coloquialmente a las «balas perdidas».
Lea también: [VÍDEO] ¿En qué consiste la prueba de absorción atómica? | Crimiadictos
Omar Santome Retes es perito balístico con más de 23 años de experiencia al servicio de la investigación criminal y oficial en retiro de la Policía Nacional del Perú. Estudió en Estados Unidos, específicamente en Sirchie Fingerprint Labs, temas concernientes a la especialidad de balística forense.
A la fecha, asesora a Representaciones Robinson 2000 EIRL, una de las empresas líderes en tecnología forense del Perú.
Importante: La pistola exhibida en los vídeos de esta publicación fue manipulada por un perito balístico y en todo momento estuvo desabastecida.
Conoce más sobre los peritos balísticos en el siguiente vídeo:
- No te pierdas Crimiadictos, el único programa sobre criminalística del Perú, que se transmite todos los jueves por la tarde a través de la página de Facebook de LP Pasión por el Derecho.
[1]Santome Retes, Omar. «¿Cómo examinar armas de fuego en la escena del crimen? | #Crimiadictos», vídeo de Youtube, publicado el 27 de agosto de 2021. https://www.youtube.com/watch?v=DuaFz5iX50c
[2] Aguilar Lequerica, Teobaldo. «Criminología, criminalística e investigación». Colombia: Grupo Distribuidor Latinoamericano, 2018, p.1115