Fiscales vs. abogados defensores

Ambos son abogados de profesión que requieren estar debidamente colegiados y habilitados para ejercer, pueden haber sido compañeros de la universidad y hasta amigos, pero se enfrentarán en cada juicio. Nos referimos a los fiscales y a los abogados defensores.

El fiscal, por un lado, es el funcionario perteneciente al Ministerio Público que representa a la sociedad en los procesos judiciales. Promueve la acción penal en defensa de la legalidad. De acuerdo con el modelo implantado con el ya no tan nuevo Código Procesal Penal, es la parte que presenta la acusación en nombre del Estado, sin la cual ningún órgano jurisdiccional puede conocer la causa (principio acusatorio). Tiene el deber de objetividad, pero una vez presentada la acusación su deber es prepararse para ir a juicio para sustentarla y lograr la prevalencia de la norma.

Del otro lado de la orilla tenemos a la abogada o abogado defensor. Es la persona que asesora y provee asistencia jurídica a la parte imputada. Tienen derecho a participar en todas las diligencias del proceso. Su trabajo es velar porque a su patrocinado se le respeten las garantías del debido proceso y lograr, sino una liberación de los cargos, por lo menos la imposición de la menor pena posible.

Los litigios son pequeñas batallas, los argumentos reemplazan a las espadas, y los alegatos a los antiguos sables. Como sea, en ellos ambas partes miden su fuerza y el poder de su razonamiento.

Se dice que en el país los casos se ganan, más que por el mérito de los abogados defensores, por demérito de los fiscales. Esto puede deberse porque pese a que en ambos lados de la orilla se hallan profesionales capaces, estos no se hallan en condiciones análogas. Los fiscales soportan una inmensa carga laboral, los reducidos salarios, la falta de una infraestructura adecuada, etc.

Con propósito de esta circunstancia les traemos una memorable escena de una serie que todos los abogados, fiscales o defensores, deberían ver: Shark.

Shark es una serie de televisión estadounidense basada en la vida de un prestigioso abogado de Los Ángeles, que, cambia su trabajo de astuto abogado defensor por un puesto en la Fiscalía. El protagonista es Sebastian Stark, encarnado por James Woods. Él, con su peculiar arrogancia, nos dirá qué diferencia a los fiscales de los abogados defensores.

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