En general, un testigo puede producir un momento de pánico en un defensor cuando cambia de versión, y ésta le convenía al cliente. O peor, el testigo presenta nueva información que nunca mencionó previamente. ¿Qué se debe hacer para demostrar que el testigo está cambiando su testimonio al contradecirse o incurrir en omisiones?
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Hay técnicas para manejar estas situaciones y con práctica, el defensor las verá no como un desastre, sino que le serán bienvenidas porque son la ocasión para realmente hacerle daño al testigo. La desacreditación con una declaración previa requiere que quede muy claro lo que dijo en su primera declaración y lo que dijo en la segunda, para que los jueces puedan fácilmente contrastar ambas versiones y concluir que hay una contradicción. El desafío es hacerlo sin que el testigo te dé explicaciones.
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La fórmula de contrastar la versión en general tiene tres pasos: recalcar la segunda versión; acreditar las circunstancias de la primara versión, y finalmente desacreditar, usando la primera versión. Por ejemplo, para desacreditar un testigo sobre un punto importante con una declaración previa donde quieres que los jueces crean la primera versión:
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a. Repetición de la nueva declaración
Asegura que el testigo repita el punto que dijo durante el examen directo que será contradicho. Encuadra la historia para que, después, no te pueda evadir o dar explicaciones sobre la contradicción. Este proceso es importante porque el testigo está poniendo su credibilidad y palabra en los puntos declarados, y el juez comenzará a atribuir confianza a ese relato del hecho. En general, si el testigo no se acuerda de lo que dijo en su primera versión, no tendrás problemas durante esta fase porque pensará que sólo estás revisando lo que cubrió con el fiscal. Tiene que quedar claro lo que dice (el dibujo mental tiene que enfocarse para crear el contraste).
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b. La declaración previa
Después de tener una visión clara de la “nueva” versión, introduce el hecho de que el testigo ha declarado sobre este punto previamente. Acredita que la declaración previa es válida, sin discutir sus contenidos. Si quieres que se crea la primera versión, cubre los hechos que señalan que es más válida: por ejemplo, ocurrió cercano a los hechos, el testigo quería cooperar, le contó todo, prepararon una declaración, la leyó y la firmó. Y al final de la declaración, dice que no tiene nada que agregar.
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c. Confrontación con la declaración previa
Sólo ahora se puede confrontar con la declaración previa, con el abogado leyendo, junto al testigo, la parte que contradice la nueva declaración. En este momento, habrás pedido permiso de mostrarle la declaración al testigo, pero no pierdas el drama del momento dejando que el testigo lea su declaración previa. Léela tú y pídele que te corrija si lo lees mal. De esta forma, hay una pregunta pendiente, pero tú puedes controlar el tono y el énfasis de la declaración previa.
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En cuanto hayas establecido la contrastación, haz una pausa para causar efecto, y luego sigue a otro punto. Tendrás la tentación de seguir acorralando al testigo. Resístela. Nadie quiere ser desacreditado en público y la respuesta natural del testigo, será dar una explicación al tribunal sobre por qué realmente no son contradictorias las dos declaraciones, y mientras haces la pausa para efecto, el testigo estará pensando en su explicación. Si haces una pregunta adicional como, “¿es verdad, entonces, que nos dijo una cosa hoy y otra cosa el día de los hechos?”, por muy sugestiva que sea la pregunta, el testigo va a responder con su explicación de por qué ha cambiado de versión. Te meterás en un debate con el testigo acerca de la primera y la segunda versión, y, a la larga, la contradicción pasará a segundo plano por tu discusión con el testigo. El tribunal se acordará de la explicación.
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Una guía práctica para defensores penales de Andrea Seshazo.