Cosas que debes saber antes de meterte en un juicio

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La primera vez todos le tenemos miedo a la notificación de una demanda o de una denuncia. Tranquilo, aquí tienes las cosas que debes saber antes de meterte en pleitos judiciales.


La justicia es lenta

Si recibes una demanda no te asustes. Ser demandado es un suceso cuya primera vez causa ansiedad, pero pasarán al menos varios meses desde que recibas la notificación hasta que suceda algo más. Esto te da mucho tiempo para preparar tu defensa. Equivalentemente, si decides demandar a alguien no esperes ninguna resolución rápida. Prepárate para una carrera de fondo que posiblemente durará meses o años.

Cuando recibes una demanda puede que te interese resolver la disputa rápidamente o puede que te interese demorar la resolución. Lo más rápido y práctico es que llegues a un acuerdo extrajudicial con la otra parte siempre que puedas. Para alargar el proceso lo más eficaz es estirar los plazos de las notificaciones. Agota todos los plazos.

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La justicia ordinaria cierra por vacaciones en febrero. Es un mes inhábil a prácticamente todos los efectos. Y cualquier proceso en curso se paralizará durante treinta días.

Es más fácil defenderse que atacar

La justicia se basa en la presunción de inocencia. Para obtener una sentencia favorable debes demostrar que la otra parte es culpable. En ausencia de pruebas entonces es inocente. Esto da una fuerte ventaja táctica al denunciado sobre el denunciante.

No te dejes amedrentar por los equipos de abogados de la parte contraria. Cuanto peor es la historia de terror que te cuentan que podría sucederte es que más asustados están ellos mismos de perder el caso.

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Mejor procede contra las empresas que contra la personas. En general, procede contra quien tenga dinero y le duela menos pagarlo. Cuanto más grande la empresa demandada mejor, porque más barato en términos relativos les resulta llegar a un acuerdo. Con una excepción a lo anterior, cuando el administrador de la parte contraria realmente ha cometido un delito.

Debes tener una estrategia. La mayoría de los abogados son como los contables o los asesores fiscales. Pueden ayudarte a rellenar correctamente la declaración pero no saben asesorarte sobre cual sería tu mejor estrategia financiera. Eso debes decidirlo tú. Análogamente, tú debes decidir cuándo te conviene demandar a una persona física o jurídica y por qué. Los abogados superestelares que obran milagros en las vistas orales son cosa de las películas. Una vista oral típica dura (un puñado de) minutos y lo único que hacen las partes es reafirmarse en lo que ya le han mandado por escrito previamente al juez.

La forma importa

Al juez hay que explicarle tres cosas: a) lo que ha sucedido, b) por qué eso vulnera la ley y c) lo que se pide en compensación a la parte contraria. Una demanda bien redactada debe explicar de forma meridianamente clara esos tres puntos. Si no están cristalinamente explicados entonces el juez posiblemente no se complicará la vida intentando aclarar nada pues tiene que dictar unas mil (1.000) sentencias al año y no le da tiempo de andar investigando los casos uno por uno.

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La justicia opera con una lógica propia, que, en general, es diferente del sentido común. Sólo porque a ti algo te parezca de sentido común eso no implica que un juez te vaya a dar la razón.

Debes aprender tanto los fundamentos de derecho como la práctica procesal. Necesitarás al menos un abogado. El abogado se encarga de redactar en el lenguaje jeroglífico de la justicia lo que quieres decir. Infórmate. Conocer las triquiñuelas de la práctica procesal es tan útil, si no más que conocer los fundamentos de derecho en sí mismos.


Fragmentos tomados de La pastilla roja.

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