La vida del estudiante universitario reflejada en siete películas

Escribe: Luis M. Santa Cruz

La vida universitaria es compleja. Tiene preocupación, ansiedad, alegría y otros elementos que el cine se ha encargado de replicar, o por lo menos lo ha intentado.

Por eso, en la revista LP Derecho seleccionamos siete cintas que destacan lo mejor de una época que se ve sazonada con los estudios, la vida académica, pero que abarca muchos más temas.

1. Lady bird

Greta Gerwig es una de las directoras revelación de los últimos años y filmes como Lady bird la colocaron en esa posición. Se trata de un coming of age, subgénero sobre la maduración y el crecimiento, ubicado en los momentos previos al comienzo de la vida universitaria.

Christine, que responde a su alias que le da titulo a la película, es una joven de vocación artística y con una pésima relación con su madre. La presión por estar a la altura de las expectativas familiares en esta nueva etapa de la vida complicará una relación que ya es bastante tensa.

Lady bird fue una señal del talento de la directora, pero también sirvió para confirmar el rol de Saoirse Ronan como una de las actriz más talentosas de su generación.

2. El gran debate

Esta cinta dirigida y protagonizada por Denzel Washington nunca tuvo un estreno oficial en el Perú, pero es un reflejo de una experiencia universitaria diferente a la convencional.

En El gran debate, Washington recorre los primeros años de la educación universitaria para jóvenes afroamericanos. Cuestiona la falta de oportunidades, incluso dentro de un hito histórico, a la par que analiza la necesidad de la comunicación y el debate para derrotar ciertas adversidades sociales.

Funciona como un retrato de la época, sí, aunque no deja de ser una excelente propuesta sobre este tópico tan complejo que es la vida de un estudiante.

3. La sonrisa de la Mona Lisa

Al igual que El gran debate, esta cinta nos lleva a conversar sobre el mismo fenómeno pero dentro de otra época. Ambientada en 1953, La sonrisa de la Mona Lisa nos muestra la importancia de la universidad para garantizar la independencia de los estudiantes.

Katherine Watson, encarnada por la gran Julia Roberts, llega como docente a una prestigiosa universidad anclada a las tradiciones más machistas de la época. Con un grupo de alumnas, creará un movimiento a favor de una vida que no se limite al matrimonio.

Mike Newell, director de la propuesta, iniciaría luego de esto un trepidante viaje como realizador. Alternado entre lo aceptable (Harry Potter y el cáliz de fuego), lo cuestionable (El príncipe de Persia) y lo descaradamente malo (El amor en los tiempos del cólera).

4. Barry

¿La vida universitaria es igual para alguien que se convertirá en el hombre más poderoso del mundo? Vikram Gandhi, director de Barry, cree que no.

La cinta aborda la juventud de Barack Obama durante su tercer ciclo en la Universidad de Columbia, como estudiante de Ciencias Políticas. Hay una sensibilidad que obedece al pasado del realizador como documentalista, específicamente a su trabajo en Kumaré. Allí explora el impacto de las figuras mesiánicas y hay rastros de esa pomposidad aquí.

Sin embargo, esto no interfiere con un mensaje que rescata lo mejor de ese periodo en la vida del mandatario y subraya las trabas sociales que vive un afroamericano. Incluso dentro de un circulo privilegiado.

5. En busca del destino

Hay un poco de trampa en esta selección, pero es necesario incluirla en un listado de este tipo.

Conocida por sus otros nombres como el original Good Will Hunting o la traducción española Mente indomable, esta cinta es una reflexión sobre las posibilidades del talento y las consecuencias de no cultivarlo.

Matt Damon protagoniza y escribe junto a Ben Affleck este relato sobre un chico genio que se niega a ir a la universidad o usar sus habilidades con un buen propósito. El valor agregado de la propuesta es su énfasis en la salud mental y la importancia de la terapia en esos años tan fundamentales que son la adultez temprana.

Puntos extra por una actuación memorable de Robin Williams, que le significó todos los premios de la temporada a Mejor actor secundario.

6. La red social 

Una obra maestra de David Fincher sobre el emprendimiento universitario, las ganas de perpetuarse en la memoria y el hambre de comerse el mundo.

La red social es un biopic sobre Mark Zuckerberg, creador de Facebook, se toma muchas licencias históricas, pero las usa para crear un adictivo camino sobre los excesos de la fama y la juventud.

Y lo que termina de consagrar este filme es el guion de Aaron Sorkin. Veloz y fulminante, no se toma pausas para que cada personaje obtenga su dimensión y personalidad. Y lo logra, ya que terminas odiando a gran parte de los dan vida a este revolucionario invento que nos conectó en algún momento.

7. Monster University

No es la secuela más celebrada de Pixar y no está a la altura del sentimiento que generó la primera parte, pero Monsters University es un gran tributo a las comedias universitarias de antaño. Eso sí, sin contar con todos los elementos políticamente incorrectos.

La cinta que cuenta los inicios de la amistad entre Mike y Sully sigue todos los tópicos de cintas como Animal House y La Venganza de los Nerds. Sin embargo, cuenta con un universo más rico que explorar y respeta las sensibilidades del siglo XXI.

Además, el mensaje final de la cinta, que defiende otros tipo de educación y no estigmatiza la formación autodidacta, es muy importante para los jóvenes que vean su vida en otro tipo de camino académico.

BONUS TRACK 

Bad genius

Seamos honestos. El plagio es una parte de la vida académica de algunos, pero hay pocos ejemplos cinematográficos de esa mala práctica. Y el mejor de ellos, definitivamente, es la tailandesa Bad genius.

Nattawut Poonpiriya convierte lo que podría ser un relato anecdótico en un thriller cargado de suspenso y que fue celebrado en todo el mundo por su desfachatez. Una heist movie, a lo Ocean’s Eleven, dentro de un entorno estudiantil.

En Bad Genius, una chica que destaca por su genio crea toda una red y fórmula para ganar grandes cantidades de dinero al solucionarle los exámenes a los niños ricos que comparten aula con ella. Una propuesta que no pierde solidez a pesar de la obvia moraleja con la que concluye.

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