El gran jurista Gustavo Zagrebelsky cumple hoy 75 años de vida. El maestro italiano, que nació en San Germano Chisone (Italia) el 1 de junio 1943, es promotor de ese tercer momento del derecho que llamamos Estado constitucional de derecho, en tanto es una superación del Estado legal del derecho que fomentó el positivismo, y claro, del Estado premoderno del iusnaturalismo. Para celebrar este acontecimiento compartimos con ustedes una suculenta semblanza de su vida y su obra que preparó Gonzalo García Pino.
La biografía de los juristas suele tener poca importancia. Mientras más profundas, más completas, más cultas y más meditadas sean sus reflexiones más insignificantes son los aspectos de su historia personal. Sin embargo, hay un aspecto que destaca por sobre los demás en la dimensión humana de Gustavo Zagrebelsky. Fue criado y formado en el seno de una familia con una fuerte raigambre en los estudios jurídicos. Es el hermano menor de Vladimiro Zagrebelsky que llegó a ser Magistrado en Italia y Juez de la Corte Europea de Derechos Humanos en el 2001.
Gustavo Zagrebelsky fue profesor de Derecho Constitucional por la Universidad de Turín y miembro activo de la Asociación Italiana de Constitucionalistas, así como permanente columnista de los diarios La Repubblica y La Stampa. En 1995 el Presidente Scalfaro lo nombró Juez de la Corte Constitucional de Italia llegando a ser Presidente de la misma durante algunos meses del año 2004. Actualmente es Profesor de Jurisprudencia Constitucional en la Universidad de Turín, de la Universidad de Estudios Suor Orsola Benincasa de Nápoles y docente invitado en múltiples programas de Derecho.
Es un autor que adquiere trascendencia jurídica más allá de sus fronteras a partir de la publicación del libro “Il Diritto Mitte” (Einaudi, 1992). Pero antes de eso ya había publicado en su país: Amnistia, indulto e grazia. Problemi costituzionali (1972); Manuale di diritto costituzionale. Il sistema costituzionale delle fonti del diritto (1974); La giustizia costituzionale (1978), Societa’, Stato, Costituzione. Lezioni di dottrina dello Stato,( 1979) Le immunitá ‘parlamentari, (1979). Posteriormente, algunos de sus textos han sido publicados en español así como algunos de sus artículos en Revistas Especializadas. Destaca dentro de los libros traducidos su experiencia como juez constitucional y sus reflexiones sobre la democracia en Principios y Votos (Trotta, 2006). En 1993 había publicado Questa Repubblica. En 1995 aparece su ensayo Il crucifige e la democracia[1].
La escasa traducción, llevada a cabo primordialmente por Marina Gascón, Miguel Carbonell y Manuel Martínez Neira, conspira por un mayor alcance de la obra del profesor Zagrebelsky. No obstante, también resulta claro que buena parte de sus libros están orientados al tratamiento de cuestiones constitucionales del ordenamiento jurídico italiano, al debate acerca de la mantención del carácter laico del Estado italiano (La virtud de la duda. Entrevista sobre ética y derecho o Judas, la traición fiel) y a una dimensión que abarca el Derecho de la Unión Europea.
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La dimensión jurisprudencial destaca en su currículum y tendrá un papel central en parte de sus propuestas jurídicas. En último término, en una sociedad hay cuestiones cruciales que terminan sus límites configurados, no por el legislador, sino que por el juez constitucional, evidenciando de paso la transformación estructural del Estado, desde el Estado Legislativo del siglo XIX a un Estado Constitucional propio de la posguerra. Este punto puede parecer autorreferente en la propuesta de Zagrebelsky –que para ser justos viene originada por otros autores como Dworkin o Alexy– pero que en la práctica supone otorgarle un peso esencial a las definiciones de un juez en el marco de una decisión sobre cuestiones cruciales del Estado, la sociedad, la comunidad y todas las personas que lo integran incluyendo las generaciones futuras y los que pujan por nacer.
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Esta apariencia de arrogancia en realidad no es tal. Buena parte de la reflexión de Zagrebelsky apunta a destacar la dimensión moral de esta reflexión límite, cuestión que sí supone relevar el papel de la Filosofía Moral en nuestro tiempo, pero también abarca un método. Zagrebelsky abogará abiertamente por la introducción del quinto método de interpretación constitucional: el comparativo.[2]
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En rigor, este es un planteamiento que han hecho otros destacados constitucionalistas, entre ellos Peter Häberle[3], pero que supone abrir la reflexión sobre los casos difíciles a todas las Cortes o Tribunales Constitucionales en donde se enjuicien con parámetros similares estos mismos problemas, particularmente los relativos a la interpretación de derechos fundamentales en una abierta tendencia universalizante de sus alcances y contenidos, sostenidos en la igual y libre condición de dignidad humana de todos los habitantes del planeta.
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El valor de las opiniones personales del juez constitucional no radica en la importancia de las mismas sino que ellas sirven de fundamento para decisiones de alcance amplio y fundamental en una sociedad que puede parecer o estar divididas por esos conflictos. Por lo mismo, estudiar a Zagrebelsky tiene que ver con el valor de ser un juez que da a conocer sus opiniones de fondo sobre una cuestión amplia de asuntos, incluyendo su idea de derecho, en cuanto ciencia y en cuanto decisión. Como lo sostiene Zagrebelsky, “ya nadie cree en la jurisprudencia como desarrollo lógico de proposiciones, guiado por el principio de no contradicción y privado de discrecionalidad”.[4]
Muchas veces detrás de la “neutralidad técnica” de los jueces se agazapan conceptos personales, controvertibles y hasta excéntricos que se aplican con el poder creador que le otorga el poder de desestimar una ley expulsándola del ordenamiento jurídico. Pues bien, nos encontramos con un autor manifiestamente antipositivista, que se inscribe dentro de la renovación del sustancialismo jurídico y que da cuenta de sus razones.
[1] En 1996, junto a Pier Paolo Portinaro y Joerg Luther, da a luz el libro Il futuro della costituzione, La giustizia costituzionale y con el Arzobispo de Milán Carlo Maria Martín s.j., escribe La domanda di giustizia. Asimismo, en 1996 publica La leggenda del grande inquisitore. En el 2003 aparece Diritti e Costituzione nell’Unione europea, Norberto Bobbio tra diritto e politica (2004), Essere delle istituzioni (2005), Imparare democracia (2007) Lo Stato e la Chiesa, (2007). Giuda. Il tradimento fedele, (2007) La virtù del Dubbio. Intervista su etica e diritto. (2007) Contro l’etica della verità (2008); La legge e la sua giustizia, (2009) e Intorno alla legge, (2009).
[2] ZAGREBELSKY, Gustavo (2007): “Jueces Constitucionales” en Teoría del Neoconstitucionalismo. Ensayos escogidos, Edición de Miguel Carbonell, Editorial Trotta, Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM, Madrid, pp. 91-95.
[3] HABERLE, Peter (2007): El Estado Constitucional, Astrea, Buenos Aires, pp. 278-280
[4] ZAGREBELSKY, Gustavo (2008): Principios y votos. El Tribunal Constitucional y la política, Traducción de Manuel Martínez Neira, Trotta, Madrid, p. 39.