La expresión “contrainterrogatorio silencioso” (silent crossexamination), según nos recuerda el profesor colombiano Alejandro Decastro, fue utilizada por Francis L. Wellman para referirse a la renuncia consciente y voluntaria a formular preguntas durante el contrainterrogatorio.
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Decastro decía que esta conducta, el arte de no contrainterrogar “es uno de los más difíciles de ejecutar con maestría, exige una decantada experiencia y un afilado instinto”.
El contrainterrogatorio silencioso —continúa Decastro— se presenta cuando no se hace ninguna pregunta al testigo adverso en el momento en que corresponde el turno para contrainterrogar, lo cual suele simplemente declinarse con la expresión: “No tengo preguntas, señor Juez.”
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Este arte no solo se manifiesta cuando no se pregunta nada, sino también cuando no se pregunta mucho o solo lo necesario, dejando así varios temas sin pregunta. Si les interes conocer un poco más de esta técnica, aquí pueden descargar el capítulo Contrainterrogatorio silencioso de un libro del profesor Decastro.
Ahora bien, por qué les hablamos de esto. El abogado Paulino Loa Gamboa ha compartido en su cuenta de TikTok un fragmento en el que podemos discutir sobre la aplicación de esta técnica.
En el marco de un contrainterrogatorio, el fiscal intenta preguntar al examinado hasta que el abogado se opone hasta en tres ocasiones. El fiscal trata de reformular sus preguntas pero encuentra oposición en el letrado. Al final, el fiscal termina renunciando a preguntar. Veamos.
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