El profesor César Higa Silva, el pasado 13 de diciembre de 2018, expuso en la Cátedra de los Jueves, programa de capacitación permanente destinado a la exposición y debate de la reforma procesal penal peruana y de los delitos de su competencia, que lleva adelante la Sala Penal Nacional, en su afán por fomentar la discusión académica.
A continuación transcribimos la primera parte de su disertación, denominada «Las máximas de la experiencia en el razonamiento sobre hechos: usos, peligros y un protocolo para su explicitación y crítica».
Generalmente las máximas de la experiencia se asocian bastante al sentido común. El sentido común en el en el sentido de aquello que es producto de nuestra piel, aquellas experiencias productos de nuestra interacción diaria con otras personas.
Quería mostrarles una serie de ejemplos que quisiera compartir con ustedes. Esto lo he tomado de un libro de psicología social, donde este psicólogo quería analizar si estas afirmaciones eran verdaderas o falsas. Entonces él preguntó a un grupo de estudiantes qué pensaban sobre estas afirmaciones, algunos decían: “los soldados mejor educados sufrían más problemas de adaptación que los soldados menos educados”, y la mayoría decía que sí, que los soldados mejor educados sufrían menos en situaciones de guerra. Luego, “los soldados sureños aguantan mejor el clima caluroso de la isla del mar que los soldados del norte, los del sur estaban más acostumbrados al calor, esa era la regla que estaba detrás. Seguro ustedes saben que en el sur de los el norte los EE. UU. hace bastante frío. Después, “los soldados rasos blancos tenían más inquietud por alcanzar una promoción que los soldados rasos negros”. Años de opresión matan la motivación de logros, es lo que decían. Y “los negros del sur preferían a los oficiales del sur que a los del norte”, porque los oficiales del sur tenía más experiencia y habilidad en relacionarse con los negros.
Estas eran las explicaciones que se dan las personas para decir que estos enunciados eran verdaderos, pero luego cuando empezó a hacer el análisis ya empírico, este psicólogo se da cuenta que estas afirmaciones no eran tan ciertas como las mismas personas pensaban. Había un porcentaje alto de soldados educados que sí se podían adoptar bastante bien a situaciones de guerra, a diferencia lo que pensaban personas que no el común de las personas. Y así sucesivamente, cada una de las afirmaciones no resultaba tan cierta como pensaban las personas. En realidad las creencias que tenían las personas no era correcta, no tenía una base empírica, eran especulaciones en realidad.
Ahora bien, es cierto que muchas veces nosotros, a partir de nuestras creencias, es que interpretamos el mundo o le damos sentido a los hechos que observamos o los hechos que nos cuentan en un caso. ¿Cómo sabemos que el conjunto de creencias que tenemos tiene correlato con la realidad? Puede ser que nos esté pasando, lo que le estaba pasando a estas personas.