¿Cómo litigar en mi primer juicio oral? (y no terminar con el cliente en la cárcel en el intento)

Abogada por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y ex defensora pública (trabajo publicado por primera vez el 18 de marzo de 2020).

Rosario Solange Palacios Meléndez
© Rosario Palacios Meléndez

Recién titulado o no, la perspectiva de asumir el primer caso penal como abogado defensor de imputados con el modelo procesal acusatorio puede ser intimidante. Llegado a este punto, te preguntas si lograrás estar a la altura, si tendrás el conocimiento y la técnica suficiente para afrontar con éxito la defensa en juicio de una persona, si podrás dar la talla. Y te haces esas preguntas, porque eres consciente de que está en juego el bien jurídico más preciado para un ser humano, después de la vida: su libertad. Por ello, a continuación trataremos de explicar lo más importante que necesitas saber para asumir tu primer juicio oral.

Primera clave

La primera clave es que debes tener tu propia carpeta del juicio. Ya sea que la denomines así o simplemente la llames “falso expediente”. Esa carpeta debe estar muy bien nutrida. Los insumos de esta te los proporcionará no solo el expediente judicial, sino también la carpeta fiscal y tu propia investigación (sí, tú también tienes que investigar). Ten copia de todo.

Actualmente no hay obstáculo para que obtengas copias simples de todos los actuados, el artículo 138 del Código Procesal Penal (CPP en adelante) permite que el abogado defensor pueda obtener copias simples o certificadas de los actuados con las reservas del caso. Incluso, ahora te permiten tomar fotografías in situ y las copias digitales son gratuitas. Utiliza esa facultad.

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Segunda clave

Una vez que hayas obtenido las copias que necesitas, llegó el momento de la siguiente clave: orden. Es muy importante que tengas todo ordenado de manera que toda la información que tengas sobre tu caso sea manejable.

La primera tentación que tenemos al momento de enfrentarnos a organizar la información disponible es seguir un orden cronológico, pero no te lo recomiendo. Ordenarlo temáticamente es más adecuado. Por ejemplo, tener un “File palanca” con separadores. En cada separador puedes poner las subsecciones de tu carpeta del juicio y puedes denominarlas de la siguiente forma:

    1. ¿Qué pasó?
    2. ¿Cuál es la norma aplicable?
    3. ¿Cómo lo pruebo?
    4. Alegatos
    5. Guía de objeciones

En la subcarpeta “¿Qué pasó?” corresponde desglosar todo lo referido a los hechos acaecidos, distinguiendo:

i) Teoría del caso
ii) Tema
iii) Hechos relevantes
iv) Hechos controvertidos
v) Hechos asentados

Si no se tiene claro lo referido a este punto, no se puede realizar una defensa efectiva ni eficaz. No avanzar si no se tiene completo este punto. Aquí se trata de resumir todo el caso y la estrategia que se va a asumir.

En la subcarpeta “¿Cuál es la norma aplicable?” debemos acopiar lo siguiente:

i) Legislación aplicable al caso concreto
b) Doctrina
c) Jurisprudencia

Respecto de la jurisprudencia, es importante mencionar que debemos distinguir entre acuerdos plenarios de la Corte Suprema, jurisprudencia vinculante del Tribunal Constitucional y sentencias relevantes. En este acápite recomendamos acudir a la página web del portal juridico más grande del Perú, LP Pasión por el Derecho, en la cual ubicaremos abundante información que nos permitirá completar esta subcarpeta.

En la subcarpeta “¿Cómo lo pruebo?” corresponde, quizás, seccionar con más detalle porque debemos distinguir lo siguiente:

i) Imputados
ii) Testigos
iii) Peritos
iv) Prueba documental

Respecto de los primeros tres rubros, es importante desglosar lo que cada uno aporta a la teoría del caso, los temas a tratar con éste. Debe contener copias de declaraciones previas que se han brindado, realizar un análisis de cada órgano de prueba (fortalezas y debilidades), la estructura del examen o contraexamen (no el listado de preguntas) y la prueba material que pretendo introducir con cada uno de estos.

En cuanto a la prueba material, se debe tomar en cuenta el artículo 382 del CPP, haciendo la precisión que, a efectos de dotarla de mayor credibilidad, se debe elegir un órgano de prueba idóneo para que la reconozca. A continuación, debo establecer las condiciones de legitimidad para su introducción, exhibir el objeto al órgano de prueba y le pediré a éste las razones para su reconocimiento; todo ello para evitar que la introducción de la prueba material sea objetada por la contraparte.

Respecto de la prueba documental, debo tener mapeado de qué manera el documento va a aportar a mi tesis defensiva o va a neutralizar algún elemento de la tesis de la Fiscalía o del actor civil. Y si se trata de documentos aportados por la parte contraria, debo tener claro cómo puedo hacer un control de daños de este, para evitar que dinamite mi teoría del caso.

Respecto a la subcarpeta “Alegatos” tenemos dos rubros:

i) Alegato de apertura
ii) Alegato de clausura

En el caso del alegato de apertura, se debe llegar a juicio con un discurso preparado, redactado y pulido; porque al inicio del juicio no hay espacio para la improvisación. En cambio, para el alegato de clausura, se debe tener una estructura básica que nos permita ir armando el rompecabezas que se irá construyendo durante el juicio y que nos permita concluir todo lo que se acreditó en este.

Por ello, el sector reservado al alegato de clausura, al inicio del juzgamiento, se debe encontrar vacío, para ir llenándolo conforme se vaya desarrollando el juicio. En cambio, el referido al alegato de apertura debe estar completamente listo.

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Una última subcarpeta que debemos tener preparada es la referida a la “Guía de objeciones”. En estas debemos tener el listado de las objeciones más comunes y sus fundamentos, debido a que, al momento de objetar, solo es preciso decir qué tipo de objeción se presenta (tipo: “objeción, impertinente”). Sin embargo, habrá ocasiones en las que el juzgador requiera una fundamentación acerca del contenido de la objeción presentada. Con la práctica constante, poco a poco irás dejando de lado la Guía de objeciones; sin embargo, en tu primera vez sí será importante tenerla, te va a sacar de más de un apuro… y tenerla impresa te ayudará en demasía.

Tercera clave

La tercera clave para tu primer juicio oral es preparar a tus órganos de prueba y prepararte para los de la contraparte. Respecto a tus testigos, imputados o peritos, no se trata de enseñarles a mentir ni distorsionar lo sucedido de acuerdo a la conveniencia de tu teoría del caso. Al contrario, se trata de que cuenten lo que sucedió de manera ordenada, de tal forma que la información que se presenta al juicio pueda llegar a cumplir el objetivo planteado: que sume a nuestra teoría del caso o que reste a la teoría del caso de la contraparte. La preparación también nos servirá para anticiparle a nuestro testigo, imputado o perito la forma en que será contraexaminado por la contraparte, lo que permitirá que se prepare para adelantar las debilidades que puedan existir para disminuir su impacto negativo.

La entrevista con el imputado que patrocinas es de vital importancia, debido a que desde su perspectiva de conocedor de primera mano de los hechos acaecidos, podrá darte una visión transversal de lo que sucedió (la motivación de la denuncia interpuesta, el grado de su responsabilidad, etc.). Sin embargo, debes tamizar todo lo que te dice y evaluar qué información es relevante y creíble para la teoría del caso; adicionalmente, te servirá para decidir si declara o no en juicio. Algo de vital importancia.

Respecto de los testigos o peritos de la contraparte, debemos prepararnos para que la declaración que brinden pueda cumplir los siguientes objetivos: sumar a nuestra propia teoría del caso o desacreditar la teoría del caso de la contraparte. Sin duda, el primer objetivo será el más importante, debido a que si logramos que el testigo de la contraparte afirme algo beneficioso para nuestra teoría del caso, tendrá mayor credibilidad frente al juzgador.

Cuarta clave

La última clave ya no trata del caso, sino de quien resolverá el caso. Debemos conocer a nuestro juzgador, ello en la medida que el derecho no es mera aplicación rígida. Debido a que entre la norma y su aplicación existe un camino que recorrer, a este se le denomina interpretación. Por ello es importante conocer cómo cada juez procede en la forma de ordenar el juicio, el tratamiento que le da a las objeciones, si es garantista o no en la interpretación de las normas, etc. Para lograr este cometido visita con anticipación el local del juzgado, familiarízate con la forma en que se desarrollan las audiencias, conversa con los defensores públicos que ya tienen años litigando con ese magistrado, entra al casillero del juez para que sepas cómo resuelve. Hoy por hoy, tenemos todo a la mano para conocer al juzgador.

El momento del juicio

Con toda esta preparación llegó el momento del día del juicio, al cual llegarás con tu carpeta del juicio y listo para sentarte al lado del imputado (sí, ese es tu lugar). A continuación, se procederá a instalar el juicio oral. Para que ello suceda deben encontrarse (virtual o presencialmente) el representante del Ministerio Público, el juzgador y el imputado con su respectivo abogado defensor. La presencia del actor civil o del agraviado es facultativa.

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La dirección del juicio se encuentra a cargo del juzgador. Si se trata de un órgano colegiado se designará a uno para la dirección del debate. El director de debates tiene poder disciplinario y discrecional; por el primero de ellos se permite que el juez mantenga el orden y el respeto en la sala de audiencias, pudiendo incluso ordenar la detención de quien perturbe dicho orden por el término máximo de 24 horas. Mediante el poder discrecional el juez podrá resolver cuestiones no regladas que surjan en el juicio, cuya resolución es necesaria para su efectiva y debida continuación. Haz uso del pedido de esas direcciones de ser necesario.

A continuación, el orden de participación es el siguiente:

a) Alegatos de apertura.

b) Trámite de conformidad. En este punto existe una bifurcación. Si se acepta la conformidad, se pasará a la negociación con la Fiscalía (y el actor civil, de ser el caso) y luego a la emisión de la sentencia de conformidad (previo control de la legalidad del acuerdo). En el caso que el imputado no acepte los cargos imputados, se seguirá el trámite.

c) Ofrecimiento de prueba nueva. Aquí se analizará la prueba que efectivamente es nueva, esto es, la que se ha obtenido con posterioridad al control de acusación; asimismo, se reexaminará los medios probatorios indebidamente denegados en etapa intermedia.

c) Fase probatoria. En esta fase se examina y contraexamina al imputado, testigos y peritos. Asimismo, se introduce la prueba material haciendo uso del cuaderno del juicio y la preparación previa que ya se realizó. También se oralizará la prueba documental admitida. Finalmente, existe posibilidad de ingreso de prueba de oficio, que, aunque su nombre no se condiga con ello, puede ser ofrecida por las partes.

d) Alegatos finales. Durante todo el transcurso del juicio oral se irá afinando el alegato de clausura para realizarlo al finalizar la fase probatoria. También toca preparar al acusado para que haga uso de su autodefensa. Con ello, acabamos el juicio oral y solo resta esperar la emisión de la sentencia.

Leída la sentencia de manera integral y entregada por escrito, se puede interponer recurso de apelación. Ten el cuidado de fundamentarla en el mismo acto o en el plazo que otorga la ley, que en el proceso común es cinco días.

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Para concluir, quizás te estés preguntando: ¿y cómo interrogo?, ¿qué puedo decir?, ¿cómo…? Muchas preguntas que solo pueden ser respondidas por la práctica. No se aprende mediante un ensayo. Este solo te puede brindar ciertas herramientas que se irán afinando con la aplicación. La clave es practicar, practicar y practicar. No hay fórmulas mágicas.

Ya ha transcurrido más de 18 años desde que el CPP entró en vigencia en Huaura y más de tres años desde que se concluyó con la implementación progresiva en todo el territorio de la república. No esperemos a tener que enfrentarnos a un juicio oral real para ir practicando. Por ello, dejen de asistir solo a conferencias o cursos que tienen una metodología del dictado de clases, sin interacción. Empecemos a ser más prácticos, no solo para enseñar, sino también para aprender. El cambio empezará por ti. Siéntete parte de la reforma.

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