En una nueva entrevista para LP, se abordó el tema de la pesca ilegal en el Perú, con la participación de Percy Grandez, abogado consultor en derecho pesquero y ambiental, además de catedrático en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) y en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM). Durante la conversación se analizaron casos concretos sobre el origen del pescado que consumimos y los conflictos generados por la presencia de embarcaciones extranjeras en el mar peruano.
El especialista recordó que el Perú ocupa un lugar destacado en la producción pesquera mundial. En sus palabras:
El Perú es el cuarto principal productor de pesca de captura a nivel mundial. Después sobre todo de China. China es pues la la potencia pesquera a nivel mundial y esto es un detalle importante. Perú tiene diversas pesquerías emblemas, como la anchoveta, por ejemplo, el perico y la pota. La anchoveta es una especie endémica del del Perú que que no está en China.
Durante la conversación también se abordó la presencia de flotas extranjeras en las cercanías del dominio marítimo peruano. El abogado comentó que en los últimos años circularon registros audiovisuales de pescadores que denunciaban incursiones de barcos industriales:
China cuenta con una gran cantidad de embarcaciones industriales que están habilitadas para pescar en aguas internacionales, fuera de las 200 millas. Estas están debidamente registradas en el OROP, que es un organismo de ordenamiento pesquero de determinadas pesquerías, entre ellas la pota, pero ellos no pueden ingresar pues al dominio marítimo peruano a pescar este recurso. Estarían entrando en competencia directa con los pescadores artesanales que también van en busca de la pota.
Asimismo, destacó que estas embarcaciones extranjeras deben cumplir con las obligaciones de control establecidas por la normativa peruana. Señaló que las embarcaciones peruanas cuentan con el Sistema de Seguimiento Satelital (SISAT), requisito que también alcanza a las extranjeras que pretendan ingresar al dominio marítimo. No obstante, «estas no contaban con eso y a pesar de eso estaban ingresando a puertos peruanos».
En otro momento, Grandez explicó que la captura de tiburones en el Perú es una actividad permitida bajo autorización pesquera y suele realizarse en el marco de la pesca artesanal. No obstante, advirtió que algunos pescadores incurren en el aleteo, una práctica ilícita que consiste en «cortar las aletas al tiburón y devolverlo vivo al mar», lo que ocasiona su muerte por desangrado o por la pérdida de capacidad de nado.
Además, se refirió al tráfico de otras especies marinas. Recordó que en 2019 se intervino una embarcación en el Callao que estaba enviando al mercado asiático 12 millones de caballitos de mar, lo que constituye un acto ilícito al tratarse de una especie cuya captura está expresamente prohibida. El experto precisó que estas especies, como las tortugas marinas y los propios caballitos de mar, son altamente demandadas en Asia, donde se destinan a usos medicinales o afrodisíacos.
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Sobre el tema, advirtió los riesgos que enfrentan especies protegidas como las ballenas debido a las denominadas redes fantasma. Según sostuvo, «vienen, cruzan nuestro mar y se enredan con la red de los pescadores», lo que provoca su varamiento y muerte. Frente a ello, señaló la necesidad de reforzar la fiscalización y las medidas de gestión pesquera para prevenir que estas prácticas sigan afectando a la biodiversidad marina.
El experto en derecho pesquero dijo que prácticas no selectivas como el arrastre o el cerco mecanizado continúan realizándose pese a estar prohibidas. Esta situación afectaría directamente a los ecosistemas marinos y a la sostenibilidad de la pesca artesanal de la siguiente manera:
Pescar con redes de arrastre dentro de las 5 millas o con redes de cerco mecanizado dentro de las primeras 3 millas está prohibido desde ya, pero se hace, y lamentablemente hay poco control y poca fiscalización al respecto. Porque lo que ocurre es que, si tú tienes un pescador artesanal, pescando pejerrey de forma selectiva y saca unos cuantos kilos, al costado puedes tener a una embarcación con redes de cerco mecanizado, que son una bolsa gigante que te puede capturar 10 toneladas. Imagina lo que va a pasar: ese pescado va a bajar de precio cuando llega a playa […] hace falta que ese ordenamiento pesquero no solamente se dé a nivel normativo, sino también en la práctica.
Grandez enfatizó la situación particular de la Amazonía, donde persisten limitaciones en materia de control y regulación pesquera, pues «en la Amazonía se requiere una mayor presencia. En materia de fiscalización pesquera, en materia de investigación científica, en materia de ordenamiento pesquero, en materia regulatoria».
Se mencionó que en esta región existen más de 50 pesquerías comerciales, aunque menos de 10 cuentan con tallas mínimas establecidas. A ello se suma la persistencia de prácticas como el consumo de fauna silvestre, pese a que muchas de estas especies están protegidas. Sobre el caso del lagarto, señaló que «el ceviche de lagarto para un turista no es carne de monte, es una especie que habita en un río cuya captura está prohibida, pero aún así se consume».
Durante la entrevista también se habló sobre la diferencia entre la pesca de captura y la acuicultura, dos actividades que suelen confundirse. El especialista indicó:
Una actividad es la pesca de captura, en la que se tiene un permiso para capturar recursos hidrobiológicos, ya sea del mar, del río o de un lago. Y otra es la acuicultura, que habilita a la crianza de recursos, a la siembra y cosecha, por ejemplo, de mariscos o de truchas.
El experto aclaró que el control depende del tipo de actividad: el Ministerio de la Producción supervisa la pesca de mayor escala, mientras que los gobiernos regionales son responsables de la de menor escala y la artesanal.
De igual manera, la fiscalización no implica necesariamente un despliegue en alta mar, sino que se realiza principalmente en desembarcaderos pesqueros, carreteras y puertos, además de mecanismos de control satelital en el caso de la pesca industrial. El Ministerio de la Producción cuenta con un centro de monitoreo que permite advertir la ubicación y velocidad de las embarcaciones, aunque para operativos en el mar es necesaria la colaboración de la autoridad marítima, la Dirección General de Capitanías y Guardacostas (DICAPI).
En la parte final, Grandez se refirió a la problemática de la seguridad marítima, ante consultas de los seguidores sobre denuncias de piratería y robos en alta mar. Aclaró que se trata de hechos vinculados más al derecho marítimo, pero que también afectan directamente a la actividad pesquera artesanal.
«La extorsión no solo está en tierra, también está en el mar. Y es clave que la autoridad intervenga porque los pescadores artesanales finalmente son los más vulnerables», comunicó.