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En la actual UEFA Champions League (máxima competición de clubes europeos), hay un jugador que da la hora con cada partido. No es ni Cristiano Ronaldo ni Lionel Messi, no es ni europeo ni sudamericano. Se trata del egipcio Mohamed Salah, que es considerado el jugador del momento en el universo futbolístico. Pero también es reconocido por otra de sus facetas: su espirítu filantrópico y el gran amor por su pueblo.
Cuenta el diario británico Daily Mail, que el jugador del Liverpool inglés fue a Alejandría para jugar un partido de fútbol con la selección de Egipto. En este encuentro, Salah hizo el gol que significó la clasificación al Mundial para su país despúes de muchos años. Mientras esto sucedía y los egipcios celebraban, un ladrón ingresó a su vivienda y robó todo lo que estuvo a su alcance. Sin embargo, la policía reaccionó rápidamente y logró capturarlo en poco tiempo.
El padre de Mohamed estaba decidido a presentar cargos y enviar a la cárcel al culpable. Sin embargo, la estrella egipcia no lo permitió. Este le pidió a su padre que no haga la denuncia, logrando convencerlo. Y no contento con solo perdonarlo, Salah le entregó un poco de dinero y le ayudó a buscar un trabajo, con el fin que el hombre pueda reinsertarse en la sociedad paulatinamente. «Todos tienen derecho a mejorar su vida», es la creencia del futbolista.
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Salah es consciente de la dura pobreza que afrontan diariamente los habitantes del pequeño pueblo de Nagrig (Basyoun). Él recuerda que, gracias al apoyo de su comunidad, logró ser la estrella mundial que ahora es. De ese modo, su corazón filantrópico le ha permitido donar más de 500 mil euros al pueblo, con el fin de que se construya un hospital para lucha contra el cáncer infantil. También envía mensualmente cuatro mil euros en alimentos destinados a los sectores desfavorecidos de la ciudad.
Cuando un multimillonario le ofreció una mansión por su gran triunfo con Egipto, Salah declinó la oferta inicial y le pidió que usara ese dinero para mejorar las condiciones de vida de su pueblo. Sin duda, un grande dentro y fuera de las canchas.
