¿Por qué es feriado el 23 de julio? La historia de José Abelardo Quiñones Gonzales

El autor, Martín Bravo Senmache es abogado asociado al estudio Navarrete Maldonado Abogados Laboralistas

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Sumario. 1. Notas introductorias, 2. La guerra con Ecuador de 1941 y la inmolación de José Abelardo Quiñones Gonzales, 3. La historia de José Abelardo Quiñones Gonzales, el hombre detrás del héroe, 4. Fuentes consultadas


1. Notas introductorias

Este próximo 23 de julio será feriado en el Perú. Lo será por mérito de la Ley N° 31822, norma que, pese a haber sido promulgada en julio del año pasado, recién hará sentir sus efectos en esta actual temporada, pues ahora el feriado corresponderá a un día de semana (martes), y no como antes, que cayó en un día domingo.

La Ley N° 31822 apareció en El Peruano el 8 de julio de 2023 y por medio de su artículo 1° modificó la añeja Ley N° 16126, declarando con ello “Día de la Fuerza Aérea del Perú” y feriado nacional el 23 de julio de cada año, en conmemoración al heroico sacrificio del Capitán FAP José Abelardo Quiñones Gonzales.

Más allá de los alcances legales que este feriado supondrá para empresas y trabajadores (pago de la sobretasa del 100% cuando se labore sin descanso sustitutorio), es preciso mantener fresca, en la memoria cívica, las razones por las que José Abelardo Quiñones Gonzales es un héroe en el Perú. Al fin y al cabo, todos somos ciudadanos y debemos recordar quiénes le han dado forma al honor de nuestra nación, más aún a vísperas de las Fiestas Patrias.

2. La guerra con Ecuador de 1941 y la inmolación de José Abelardo Quiñones Gonzales

Quebrada Seca es un pequeño centro poblado ubicado en la provincia tumbesina de Zarumilla, en plena frontera con el Ecuador.

Por su estratégica ubicación limítrofe, Quebrada Seca fue elegida por la historia para ser, en julio de 1941, uno de los escenarios de la corta pero trascendental Batalla de Zarumilla, conflicto en donde los ejércitos peruano y ecuatoriano se enfrentaron para definir la ocupación de los territorios de Jaén, Tumbes y Maynas, entonces zonas inhóspitas, selváticas, con confusos hitos demarcatorios.

El conflicto territorial ya se intuía en 1939, pero no fue sino hasta inicios de julio de 1941 que el ejército del Ecuador, cruzando el río Zarumilla, inicia su ofensiva en zonas fronterizas como Aguas Verdes, Matapalo, Las Palmas, entre otras.

Como era de esperarse, el ejército peruano no tardaría en organizarse para defender lo que, en realidad, ya eran territorios suyos, pues todos habían jurado la independencia del Perú en 1821. Así, se conforma el Agrupamiento del Norte, al mando del general Eloy Ureta.

El 23 de julio de 1941, luego de una madrugada llena de ataques ecuatorianos, empieza, formalmente, la contraofensiva peruana. Se da inicio a la guerra.

Muy temprano, aproximadamente las 7:05 de la mañana, en Quebrada Seca, cuatro pilotos de la 41º Escuadrilla del XXI Escuadrón de Caza inician el ataque a las tropas enemigas, lanzando bombas con ametrallamiento al suelo, sobre la concentración ecuatoriana.

El tercer avión, piloteado por el teniente pimenteleño José Abelardo Quiñones Gonzales, mientras realizaba su segundo pique y arrojaba su segunda carga de bombas, es alcanzado por los tiros antiaéreos del ejército enemigo.

El North American 50, que Quiñones había bautizado como “Pantera”, se incendia rápidamente. Pero el control de la nave aún no se ha perdido.

En un “sublime acto de heroísmo”, el teniente dirige el avión hacia las posiciones enemigas y las destruye, acabando, al tiempo, con su vida. Tenía solo 27 años al momento de inmolarse.

La guerra siguió por pocos días más. La ofensiva peruana acabaría definitivamente con las pretensiones bélicas del Ecuador el 31 de julio de 1941, obligando al país vecino a aceptar las condiciones nacionales.

3. La historia de José Abelardo Quiñones Gonzales, el hombre detrás del héroe

José Abelardo, o Pepe, como le llamaban sus cercanos, no solo fue un héroe, sino que también supo ser, durante su corta vida terrenal, un hombre de carne y hueso, con aficiones, anécdotas y misterios.

Pepe Quiñones nace en Pimentel, el 22 de abril de 1914, en el seno de una familia bien posicionada. De niño, sus primeras aficiones se las da el mar: lanzarse desde lo más alto y distante del muelle y regresar nadando hasta la orilla; y navegar en caballitos de totora, según apunta el historiador Martín Cabrejos.

Por su delgadez y sus largas piernas, recibirá pronto el apodo de “zancudo”. Vivirá entre Pimentel y Chiclayo, seguramente transportado en locomotora. Estudiará primero en el Colegio “Juana Alarco de Dammert”; y luego en el Colegio Nacional San José de Chiclayo, donde entraría en contacto con el maestro Karl Weiss, su director, a quien le deberá su primer contacto con la aviación, probablemente.

Weiss trajo a la ciudad la pedagogía europea; y, entre otros proyectos, difundió los conocimientos de la aviación por medio de un programa de armado de planeadores: cometas grandes que podían hacer volar a una persona, a base de la fuerza de otras halándola a través de una cuerda. Gracias a esta estimulante actividad, Quiñones voló por primera vez.

José Abelardo era todo, menos perezoso. Su primo Juan José Quiñones Zavala lo recuerda como “torero, acróbata, guitarrista, basquetbolista, nadador, boxeador, pelotero de [frontón], mecánico de automóviles”.

Habría que añadir a los caballos, los gallos, el ajedrez, los piques de carros, el fútbol, y los saltos ornamentales entre las aficiones del pimenteleño.

Eduardo Gonzáles Viaña y Jorge Díaz Herrera resaltan, en su biografía de Quiñones, “La Batalla del Lucero” (Ed. Juan Mejía Baca, 1983), el carácter dual del héroe. César Lynch Cordero, amigo y compañero de Pepe, resumiría su personalidad como “muy serio, cumplidor; pero también palomilloso”.

Ya de cadete en la base aérea limeña de Las Palmas, Quiñones sabría compatibilizar su incombustible vitalidad física con las posibilidades que la tecnología de la época le otorgaba.

Trepado en un Caproni 113 –biplano de origen italiano– realizaría toda clase de acrobacias, sorprendiendo a propios y extraños con su talento para acercarse al riesgo con preclara maestría. De hecho, fueron necesarias menos de cinco horas de doble mando, para que el pimenteleño hiciera su primer vuelo, todo un récord para el oficio.

Nada menos que en el día de su graduación como oficial de aviación militar, el 21 de enero de 1939, Pepe Quiñones repetiría una hazaña que, desde sus tiempos como cadete, ya dominaba: el vuelo invertido a un metro del suelo. La conocidísima fotografía del avión invertido, inmortalizada desde 1991 en los billetes nacionales de diez soles, retrata esta maniobra.

El historiador Martín Cabrejos apunta, sin embargo, que, por esta arriesgada operación, Pepe recibiría una severa llamada de atención de sus superiores. Se trató de una improvisación que, con todo, lo hizo famoso a nivel mundial.

La muerte; o, mejor dicho, el heroico sacrificio de José Abelardo Quiñones Gonzales, en Quebrada Seca, hace 83 años, sigue fresca en la memoria colectiva del Perú.

Conocer al hombre detrás del héroe es reivindicar la filosofía que Quiñones no solo predicó, sino que supo poner en práctica: “Todo ser Humano tiene en el camino un pedestal de héroe. El mérito consiste en que, llegado el momento, tenga el coraje suficiente para subir a él”.

José Abelardo Quiñones Gonzales, ¡presente!

4. Fuentes consultadas

Eduardo Gonzáles Viaña y Jorge Díaz Herrera. “La Batalla del Lucero”. Ed. Juan Mejía Baca, 1983.

“El heroísmo cotidiano, impronta en la vida de Quiñones”. Conferencia virtual pronunciada por el historiador Mg. Martín Cabrejos Fernández el 18 de julio de 2023 para la Fuerza Aérea del Perú.

Visita personal a la Casa Museo del Héroe José Quiñones en Pimentel, Lambayeque, Perú (julio de 2023).

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