A las dos de la tarde del martes 17 de agosto, una comitiva de LP recorría la ciudad para llegar a la vivienda del doctor César Nakazaki Servigón. Desde que se coordinó la charla con el prestigioso litigante, se sentía esa mezcla entre emoción y tensión que genera conversar con un abogado que ha defendido a tres presidentes.
La cita estaba pactada en su vivienda, en una de las zonas más exclusivas de Surco. El vehículo con todo nuestro equipo tuvo que realizar las coordinaciones necesarias para ingresar a esta zona residencial, con la ayuda de un asistente del abogado y luego de las indicaciones del propio Nakazaki: «mi mayordomo está yendo a asistirlos».
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La vivienda es, como uno podría suponer al revisar la trayectoria del penalista, elegante. Con una combinación entre la decoración moderna y estilizada del siglo XXI, pero con detalles que nos hacen pensar en una nostalgia de la era republicana temprana. Un curioso viaje en el tiempo que se matiza con las fotos familiares que nos observan.
Cuando aparece el entrevistado, lo hace sonriente y con un buen humor que dispone a que todos los presentes se contagien de esa voluntad para la risa. Para mi sorpresa, nuestra primera conversación fuera de cámaras no es sobre estrictos temas jurídicos. Es sobre literatura, cine y cómics.
Me recomienda una serie de libros que serán protagonistas de otro post y me cuenta que su introducción a la lectura fueron los «chistes» o cómics, como los conocemos actualmente. Batman, Linterna Verde o Spider-Man eran los compañeros de la infancia que le enseñaron sobre la justicia. Y son esos personajes ficticios los que sembraron las primeras ganas de ser un justiciero desde las plataformas legales.
Me sorprende también que se vea a sí mismo como una especie de Capitán Kirk de Star Trek, aunque la justificación hace que el símil tenga sentido. Ambos, según Nakazaki, han sido los primeros en llegar donde nadie antes había llegado. Uno, en la frontera final que representa el espacio inexplorado, el otro en la defensa de casos únicos en la historia del Perú.
Y, nuevamente sorprendido, no detecto una intención de presumir o que me esté hablando desde una presunta superioridad. Hay una genuina sorpresa que es similar a la del niño que leía fascinado a la Liga de la Justicia. O a la del universitario de la Universidad de Lima que se enamoró del derecho con el profesor Santos Chichizola. O la del profesor que escogió como a sus pupilos a los mejores de una nueva generación de abogados.
Pero sin duda, no podemos comparar todo con la sorpresa al momento de ser elegido como el defensor de una figura tan controversial como Alberto Fujimori. Sobre eso y mucho más conversamos en casi dos horas de entrevista que pueden ver a continuación.