El esposo de la congresista Magally Santisteban (Fuerza Popular), Samuel Ordóñez, ha sido sindicado de ejercer control irregular dentro del despacho parlamentario de su cónyuge. Según testimonios de extrabajadoras, habría hostigado, maltratado y hasta dispuesto el despido de personal sin tener un cargo en el Congreso.
De acuerdo con un reportaje emitido por Panorama, Ordóñez se habría arrogado funciones de dirección en el despacho parlamentario. Testigos indicaron que impartía órdenes, presionaba a trabajadores y utilizaba amenazas para mantener control sobre las actividades administrativas.
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La asesora de la legisladora, Edith Lorenzo, remitió una carta notarial a Ordóñez exigiendo el cese de actos de violencia psicológica, hostigamiento y difamación. En dicho documento se le atribuye la colocación de carteles difamatorios contra personal del despacho en espacios públicos, acto que habría sido confirmado mediante videos de cámaras de seguridad difundidos por el medio citado.
Por su parte, Roxana Dioses, también extrabajadora, sostuvo que Ordóñez no solo dio órdenes en el ámbito laboral, sino que la hostigó sexualmente:
Él (Samuel Ordóñez) siempre me ha insinuado cosas, pero yo nunca he cedido a sus artimañas. Me escribía: «Hola, estás preciosa» y otras frases similares.
También mostró mensajes de WhatsApp con contenido de índole sexual que le mandaba, tales como: «Qué hermosa princesita», «Cuándo me bailas en privado» y «te falta sonreír un poco más, ser más coqueta».
La misma reveló que el esposo de la parlamentaria hostigaba hasta a la propia congresista. «Él le decía: ‘Yo voy a hablar a la prensa, voy a difamarte y como soy tu esposo me van a tener que creer’. Y la congresista lloraba», sostuvo.
Asimismo, Dioses afirmó que Ordóñez condicionaba la permanencia laboral al suministro de información sobre la congresista. «Cada trabajador que esté ahí le tiene que dar información de dónde está su mujer, con quién se reúne», señaló.
Otro testimonio que el dominical intentó recoger es el de Rolando Tamani, quien habría sido separado del despacho por disposición del propio Ordóñez, por presuntos celos, de acuerdo a las declaraciones de Dioses. Sin embargo, el extrabajador evitó brindar comentarios al respecto.
De acuerdo los denunciantes, este actuaba como si fuera congresista, pese a carecer de investidura parlamentaria. Consultada por Panorama, la congresista Santisteban negó que su esposo intervenga en la toma de decisiones de su despacho: «Las decisiones las tomo yo personalmente, no hay terceras personas que influyan».
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Sin embargo, fuentes del Legislativo indicaron al programa que incluso la propia parlamentaria habría sido víctima de violencia psicológica ejercida por Ordóñez. Según se informó, el Poder Judicial ya dispuso medidas de protección a favor de la legisladora.
Tras una llamada realizada por el medio, Ordóñez explicó que no respondería a las acusaciones, pues aparentemente se encontraba internado en una clínica.