Todos los 8 de enero se celebraba un año más de vida del gran David Bowie, artista multifacético que revolucionó la música. Y, en su ausencia, decidimos recordarlo con algunas de sus canciones que rozan lo jurídico.
Así que, no importa el día en que revises esta nota, inicia un viaje emocional a través de la música de un autor que es irrepetible, por lo que debes conocerlo, ya seas abogado o un amante de la cultura.
1. Rebel rebel (1974)
“La última glam” de Bowie, como la recuerdan muchos, en la que explora un tema que no era necesariamente nuevo: el nihilismo sexy. Esta vez desde la perspectiva de un o una joven que entra en conflicto con su padres y huye de casa.
Para sorpresa de nadie, el artista ya conversaba sobre la identidad de género, una discusión jurídica que es un pendiente en el Perú. Lo hizo creando un himno para los rebeldes que luchan por causas personales, pero no por eso menos relevantes.
En otras historias curiosas, el increíble riff de guitarra final, muy Rolling Stones, fue una respuesta cruda a las indirectas que Jagger y compañía lanzaban sobre la figura ambigua del rockero galáctico. Una forma de decir: Yo puedo hacer lo mismo que ustedes e incluso mejor.
2. Heroes (1977)
No podemos decir que es la más famosa de Bowie, porque hay muchas etapas y momentos, con sus canciones populares respectivas. Pero esta, sin duda, es parte clave para entender al artista.
Un detalle importante de esta canción es el hecho de que forma parte de lo que los fans de Bowie conocemos como la Trilogía de Berlín. Es decir, los discos que el intergaláctico produjo junto al célebre Brian Eno en esa parte del mundo. Nos referimos a Low (1977), Heroes (1977) y Lodger (1979).
El nombre de esta trilogía se dio por el mismo hecho de que Bowie estaba viviendo en Alemania por ese tiempo, específicamente en Berlín Oeste. La letra, en sí, evoca a dos amantes a ambos lados del Muro que terminó cayendo, como todos sabemos.
3. The man who sold the world (1970)
Si conoces solamente la versión de Nirvana, está bien. Pero la letra toma un sentido más cuando la escuchas a través de un hombre que exploró tantas personalidades.
The man who sold the world narra la vida de un hombre que no se reconoce a sí mismo. Una crisis en la que se pierde de forma simbólica el derecho de la identidad, junto a cuadros de nula autoestima y confusión.
El sentido más literal de la letra recuerda también un encuentro imaginario entre un Bowie joven y un Bowie mayor, con el cuestionamiento de haberse vendido a la industria musical.
4. Modern love (1983)
Modern love es rock, soul y new wave, pero, sobre todo, es una crítica a los vínculos que aparecían entonces, en el nombre del amor. Una charla que puede seguir siendo vigente.
Para Bowie, los amores modernos tampoco consiguen llenar el hueco que dejan las religiones antiguas; y eso es escalofriante, pero fascinante. Por lo tanto, ideas como el matrimonio no tienen mucho sentido, pero forman parte de un ritual que no entendemos del todo.
5. The next day (2013)
Según el mismo Bowie, The next day trata sobre la necesidad humana de enfrentar a los tiranos que han surgido en la historia. El videoclip es menos sutil que letra, ya que usa imágenes cristianas y católicas para reflejar cómo la mujer ha sido oprimida bajo la excusa de la tradición religiosa. Lideres religiosos de todo el mundo respondieron, logrando que el video fuera borrado en su momento.
6. Lazarus (2016)
El último disco de Bowie salió el día de su cumpleaños, y a los dos días el artista falleció, dejando Blackstar como su herencia al mundo. Nos deja con un experimento, como casi toda su carrera, que sirve para recoger sus pasos artísticos y decirle a las futuras generaciones cómo seguir con su legado. Y Lazarus es el punto más doloroso de ese disco, ya que se siente como una charla espiritual y casi religiosa sobre la muerte.