¿Realmente ayuda el incremento a la remuneración mínima vital?

Sumario: 1. Introducción, 2. Implicancias de la remuneración mínima vital, 3. Consecuencias del incremento a la RMV, 4. Alternativas para mitigar los efectos de la pandemia, 5. Conclusiones.


1. Introducción

La remuneración mínima vital (en adelante RMV) es el salario mínimo que debe recibir un trabajador dependiente que cumple una jornada completa de labores. Además, sirve como base de cálculo para diversas aportaciones, beneficios laborales, entre otros conceptos. En principio, es necesario fijar un monto mínimo que se vaya actualizando de acuerdo a criterios técnicos, para no generar inflación.

Como es de conocimiento público, el domingo 3 de abril de 2022, el gobierno del presidente Pedro Castillo anunció el incremento de la RMV. Es importante destacar el impacto que tendrá en la economía y la formalidad laboral, así como esbozar soluciones para lograr el objetivo anunciado que lo justifica: la contención de los efectos de la pandemia en la economía.

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Un gobierno, sea cual sea, de izquierda o derecha, está en la obligación de considerar criterios técnicos antes de tomar decisiones. Si esto no fuera así, podríamos retornar al panorama de los años 80 con suma facilidad. Junto con el aspecto técnico, se encuentran enlazados el jurídico y el económico.

En el presente artículo, abordaré, desde un enfoque académico, el reciente incremento a la RMV que anunció el gobierno de Pedro Castillo, el cual consta en el Decreto Supremo 003-2022-TR, cuya única disposición es incrementar en S/ 95.00 la RMV.

2. Implicancias de la remuneración mínima vital

Todos —sin excepción— encontramos simpático incrementar los sueldos de los peruanos, pero hay dos cuestiones que observar antes de celebrar. La primera es que la informalidad laboral alcanza el 78.2 % según informes del Instituto Nacional de Estadística e Informática en 2021.

La segunda, y no menos importante, es que la inversión privada caerá 9 % durante el 2022, según informe del Instituto Peruano de Economía de enero del mismo año. Además, se proyecta que la economía crecerá cerca de 1.9 % en 2022, la menor tasa en 13 años.

Sin esfuerzos de entrar en el área de la economía, planteo dos preguntas sustanciales que ayudarán a resolver la encrucijada de los aumentos de sueldo por decreto. ¿El trabajo en el Perú es formal? ¿Los decretos tienen impacto en la realidad laboral?

3. Consecuencias del incremento a la RMV

Las consecuencias inmediatas de incrementar la RMV es la oferta de nuevos empleos que se estaban proyectando para las siguientes semanas, puesto que, existen varias formas de cumplir con la contraprestación remunerativa.

En algunas empresas, se paga un sueldo mínimo y se abona simultáneamente por otros conceptos, como bonos o comisiones por producción. En ese escenario, un incremento a la RMV afectaría principalmente a las mypes.

Hace años que el Estado peruano ha claudicado en la formalización de empresas; nuestra tasa de informalidad es tan grande que la eficacia de los decretos del gobierno de turno no hace más que generar incentivos para evadir impuestos y obligaciones laborales.

Una política estatal seria significaría ofrecer opciones a las empresas informales para que cumplan con sus obligaciones, con plazos razonables e incentivos tributarios. No obstante, esta es una discusión que se evade con facilidad y se recurre a gravar nuevamente a los de siempre.

Lo mismo ocurre con las personas naturales. Existen evasores que durante toda una vida no pagan sus tributos, los cuales son asumidos íntegramente por los que sí lo hacen; así se genera un sistema perverso que promueve la informalidad.

Detrás de la informalidad existen colegios precarios, hospitales colapsados, trabajadores públicos protestando, ciudadanos quejándose de la demora en sus trámites. En el fondo, todo se genera y resuelve dentro del mismo Estado.

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Si queremos mejorar la calidad de vida de los trabajadores, no podemos echar mano de decretos que incrementan en S/ 90.00 el sueldo de un trabajador con ingresos limitados. Esa salida resuelve menos del 1 % de lo requerido, en cambio, genera expectativas no satisfechas.

Muy por el contrario de ser una medida que genere popularidad, lo que va a forjar es la creciente idealización de que su calidad de vida va mejorar con aumentos de sueldo, un concepto erróneo que no tiene sustento en lo económico.

Ejemplo: Si el kilo de pollo costara S/ 4.00 en vez de S/ 8.00, podrías comprar dos kilos. Tu dinero tendría más valor, por ende, podrías comer mejor. Si, en cambio, el kilo de pollo cuesta S/ 12.00 y te aumentan S/ 90.00 al mes, tu afectación es mayor que tu incremento.

La inflación es quizá el concepto más importante en esta ecuación porque el incremento que puedan ofrecer jamás va a alcanzar el valor inicial para satisfacer una necesidad. Esto aplica para todo, no solo para la comida, y es fundamental entenderlo de forma gráfica.

4. Alternativas para mitigar los efectos de la pandemia

Como dije anteriormente, lo principal es controlar la inflación, así como contener las sucesivas crisis políticas y las consecuencias del conflicto bélico de Ucrania con Rusia, que tiene un impacto importante en el mundo.

Las otras opciones son incrementar la inversión pública, principalmente en construcción. Aquí es importante generar procesos de contratación con el Estado más eficientes, concesiones que se ejecuten con mayor facilidad; ese es un esfuerzo que los legisladores deberían priorizar.

La siempre impopular presión tributaria es también un recurso necesario. Si tenemos mayor número de aportantes al tesoro público, podemos reducir los impuestos, al menos en algunos productos de la canasta básica familiar.

¿A quiénes se afecta más encareciendo el trigo o la leche? A las familias de recursos más limitados. Por ello, es indispensable que se genere ingresos al erario público desde otras fuentes, al menos temporalmente, mientras exista una tan alta tasa de desempleo.

5. Conclusiones

En síntesis, con decretos no se regula la realidad. Esta visión del legislador es errónea. La realidad existe y no se modifica por la voluntad de un gobernante, se requiere planificación y una estrategia para ofrecer cambios, que usualmente no genera aplausos.

La realidad ocurre independientemente del derecho. Lo que hacen las leyes es regular esa realidad, para darle un sentido justo y equilibrado, que vaya en concordancia con los bienes jurídicos más elevados de la sociedad, plasmados en su Constitución.

Las reglas del mercado, con sus peripecias e injusticias, deben ser entendidas con su propia dinámica. En esa línea, existen varias acciones preliminares que debe realizar un gobierno antes de concluir con una norma imperativa, para no terminar agravando otro problema.

Claro que la RMV que debe subirse, pero dentro de una política de inversiones que generen la expectativa de una economía estable. Cuando digo subirse, me refiero de realidad, es decir, por la propia capacitación de los trabajadores.

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La estabilidad laboral tal cual se entiende en la actualidad es una especie de esclavitud; lo que se requiere es mayor capacidad de reinvención, de tecnificación, para hacer más valiosas las horas trabajadas y, por ende, incremente su jornada laboral.

Los decretos no generan esas condiciones, al menos no el Decreto Supremo 003-2022-TR, que incrementa en S/ 90.00 el salario mínimo de un trabajador. Se requiere decretos que generen condiciones para que un trabajador triplique sus ingresos.

Que pase de ser un obrero con picos y palas a un técnico en construcción que, en una hora de trabajo, puede hacer 14 veces el trabajo del primero. Con profesionales de ese nivel se construyó en una semana un hospital inmenso en China para afrontar la pandemia. Ese es el horizonte.

Hacia ello debemos dirigirnos y para esto se requiere educación de calidad, programas de capacitación laboral permanentes (si no los ofrecen los privados, lo debería promover el Estado). Esa es una palabra de maestro, no otra.

 

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