El 8 de marzo, fecha que se conmemora el Día de Internacional de la Mujer, nos da la oportunidad para recordar a las mujeres que forjaron la historia del derecho luchando contra la desigualdad e imponiendo su amor por la justicia.
Personajes de todo el mundo aparecen en este recuento, desde Latinoamérica hasta la India. Desde el Perú hasta África, tenemos a mujeres que han cambiado el mundo de las leyes para ellas y para las generaciones venideras.
1. Trinidad María Enríquez
Los lectores asiduos de LP – Pasión por el derecho conocen la grandeza de Trinidad María Enríquez porque ha sido protagonista de varias publicaciones y de un libro que destaca sus logros. Como haber sido la primera «abogada» del Perú y América Latina.
El sueño de esta cusqueña ilustre era ejercer la abogacía, por lo que solicitó su ingreso a la universidad. Algo inaudito para la época de 1874, así como fue inaudita la respuesta del gobierno. Con una resolución, le permitieron que pudiera rendir exámenes en cualquier universidad.
En 1878 se graduó como bachiller en jurisprudencia, más no como abogada. Esto debido a la prohibición de entregar un título a las mujeres que regia en ese entonces. Sin embargo, creo un precedente que le abriría la puerta a muchas jóvenes con la misma ilusión que ella.
2. Ella Dumbar Temple
Ella Dunbar Temple fue una peruana que es considerada la pionera en muchos aspectos. La recordamos como la primera mujer que ocupó una cátedra universitaria en el Perú, la primera historiadora profesional en la Academia Nacional de Historia, la primera mujer en una Junta Directiva del Colegio de Abogados de Lima y la primera como Vocal Superior Suplente.
Dunbar se recibió como abogada en 1941 y cinco años después, en 1946, obtiene el grado de Doctora en Historia y Literatura. Todo en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Su capacidad llevó a que la universidad se interesada en tenerla en su plana docente, convirtiéndose así en la primera mujer catedrática d nuestro país. Su ingreso a instituciones de abogados sirvió para que las mujeres ganaran la posibilidad de participar activamente en la sociedad, a pesar de no ser consideras como ciudadanas en ejercicio.
3. Miguelina Acosta Cárdenas
Miguelina Acosta Cárdenas fue una abogada moyobambina, que además fue docente y activista feminista. Es considerada la primera abogada litigante del Perú y gran parte de su carrera estuvo dedicada a la lucha por los derechos de las mujeres y los pueblos amazónicos.
Académicamente, Acosta sufrió por los problemas que se han vuelto una constante en esta lista. No pudo acceder a los estudios universitarios al no contar con una certificación, debido a que su educación secundaria no fue reconocida.
Cuando puso todo en orden, ingresó a la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Políticas. De allí se graduó con la tesis «Nuestra institución del matrimonio rebaja la condición jurídica social de la mujer». Procedió a instalar una oficina que la convertiría en la primera mujer peruana en abrir un estudio para el ejercicio profesional.
4. Matilde Pérez Palacio
Matilde Pérez Palacio es recordada como la primera mujer que atestiguó en el Perú ante el Registro Civil y como la primera diputada por Lima (1956 y 1968). Desde esa tribuna impulsó proyectos para proteger a madres solteras y niños desamparados.
Su vida universitaria fue, sin exagerar, memorable. Llegó a la Universidad Católica para estudiar las carreras de Filosofía, Historia, Letras, Derecho, Geografía y Pedagogía. Con esas carreras pudo fundar y dirigir el Instituto Femenino de Estudios Superiores y la Escuela de Periodismo de ese centro de estudios.
Un año después de aprobarse el sufragio femenino en nuestro país fue elegida diputada junto a una generación de ilustres mujeres que merecen una mención en este espacio: Manuela Candelaria Billinghurst, Lola Blanco de la Rosa Sánchez, Alicia Blanco Montesinos, Eleonora Silva Silva, María Mercedes Colina Lozano de Gotuzzo, Juana Ubillús de Palacios, Carlota Ramos de Santolaya e Irene Silva de Santolalla.
5. Sarmiza Bilcescu
Sobran motivos para conversar sobre esta representante de Rumania. No es poca cosa haber sido la primera mujer en Europa que pudo obtener la licenciatura de derecho en una universidad. Y nada más y nada menos que en la Universidad de París.
Lo hizo, además, con una tesis que representaba todas sus luchas y titulada «Sobre la condición jurídica de la madre«. En este texto plasmó sus quejas sobre la condición de las madres en un ambiente tan hostil como lo era el Viejo Continente de hace dos siglos.
Sarmiza no llegó a practicar la carrera de forma regular, a pesar de las ofertas que recibió. Ella decidió dedicarle su tiempo completo a la causa feminista, creando proyectos como la Sociedad Rumana de Señoritas.
Desde esa institución, inició campañas de concienciación social acerca de la necesidad de dar las mismas oportunidades educativas a niños y a niñas. Sin duda, su legado permanece entre nosotros.
6. Concepción Arenal
Esta mujer española dio los primeros pasos para que Bilcescu pudiera correr.
Disfrazado de hombre, con cabello corto y la vestimenta de ese entonces, logró escabullirse a las clases de derecho en la Universidad de Madrid. Esto debido a la prohibición de mujeres en los campus académicos.
Muchos rumores se crearon alrededor de este personaje «excéntrico», «provinciano» y «silencioso». Cuando el rector descubrió que era una mujer, se armó un alboroto y se le inició un proceso disciplinario que concluyó en un examen que demostró que estaba capacitada para se parte de las clases… como una oyente.
Concepción Arenal recicló su disfraz para colarse en las tertulias literarias e intelectuales de su esposo, un hombre que apoyaba su lucha. Esto la llevó a dedicarse también a la literatura y el periodismo, donde reclamó por las injusticias a través de ensayos y publicaciones.
7. Charlotte E. Ray
Charlotte E. Ray fue la primera abogada afroamericana en los Estados Unidos, pero ese no fue el único logro de su carrera. Fue además la primera mujer admitida en la asociación de abogados del distrito de Columbia y la primera mujer admitida para ejercer ante la Corte Suprema de esa localidad.
Si bien pudo crear su propio estudio y llegó a publicitarse en medios de comunicación patrocinados por el abolicionista Frederick Douglass, su carrera no pudo despegar por el constante sabotaje racista.
Sin desanimarse del todo, se mudó a Brooklyn, donde laboró como profesora y se volvió una de las caras del movimiento sufragista desde la Asociación Nacional de Mujeres de Color.
8. Cornelia Sorabji
Nos alejamos de los países que nos resultan más familiares para viajar a la India y conocer a Cornelia Sorabji. Nada más y nada menos que la primera mujer en graduarse en la Universidad de Bombay.
Su carrera tuvo que despegar en Gran Bretaña, debido a las prohibiciones vigentes en su nación. Graduada en Oxford, trabajó de la mano del gobierno británico como asesora legal.
Durante dos décadas, ayudó a las purdahnashins en su lucha para librarse de las leyes que las obligaban a casarse desde niñas y les impedía tener contacto con el mundo exterior.
9. Elena Caffarena
La chilena Elena Caffarena pasó a la historia como una de las primeras juristas latinoamericanas y una de las más importantes feministas del siglo XX.
Ya en el segundo año de la carrera de Derecho en la Universidad de Chile, se integró a la oficina de Defensa Jurídica Gratuita. Se graduó en el año 1926 con una brillante tesis titulada El trabajo a domicilio, enriquecimiento sin causa a expensas de otro, en el Código Civil Chileno.
En 1938, la presidencia del «radical» Pedro Aguirre Cerda le dio esperanzas a Caffarena de poder conseguir el voto femenino, por lo que presentó unos de los primeros proyectos de ley que buscaba el voto de las mujeres en las elecciones. Lamentablemente, varios factores influyeron en que su iniciativa no prosperara, siendo uno de ellos la muerte de Aguirre.
10. Florence Ndagire
Florence Ndagire se convirtió en la primera abogada con discapacidad visual de Uganda. Un mérito a destacar, teniendo en nos referimos a un país que a la fecha no cuenta con material ni planificación educativa pensada en las personas con habilidades diferentes.
Su travesía comenzó cuando recibió una beca estatal para estudiar derecho y descubrió que era la única alumna con discapacidad visual en una clase de 450 estudiantes. Convirtió la frustración por la falta de herramientas para ella en una motivación para su futura carrera, a la par que recibía como donación una laptop que leía sus documentos y que se convirtió en su gran aliada.
Su lucha la llevó a liderar la Junta de Dirección de la Unión Nacional de Mujeres con Discapacidades de Uganda. Además, también es Presidenta del Grupo Asesor de la Sociedad Civil Regional para África oriental, que ofrece orientación a ONU Mujeres.