Es el cuarto expresidente de la República en prisión (se suma a Castillo, Toledo y Humala) y el sexto si tenemos en cuenta a Fujimori y PPK (estuvo bajo detención domiciliaria). Sin embargo, la detención preventiva contra Martín Vizcarra tiene debilidades.
1. Como he comentado en varias ocasiones, dadas las pruebas es muy probable que Vizcarra sea condenado en este proceso donde se le imputa haber recibido S/2’300.000 de empresas constructoras, cuando era gobernador de Moquegua, a fin de favorecer o determinar que se les otorgue la buena pro en obras de infraestructura.
2. Sin embargo, esta prisión preventiva es sólo una medida de aseguramiento, no se funda claramente en que Vizcarra carezca de arraigo personal, laboral o familiar, sino en la experiencia judicial. Lo que se quiere es evitar la repetición de huidas como las de Nadine Heredia y el ex viceministro Jorge Cuba, quienes fugaron horas o días antes de un fallo que finalmente resultó condenatorio.
3. Con ello, estamos ante una nueva tendencia o tipología de prisión preventiva. El aseguramiento del acusado que sabe que será condenado, porque aunque no concurra claramente el peligro procesal, el riesgo debe erradicarse con la prisión preventiva. Dicho de otro modo, se aplica la siguiente regla de la experiencia: si un procesado se sabe culpable o cree que será condenado, entonces fugará antes de la sentencia. Esto es, y muy claramente, una pena adelantada.
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