A pocos días de celebrarse el Día de la Madre, un evento organizado por el ilustre Colegio de Abogados de Arequipa y dirigido especialmente a “madres abogadas”, ha avivado la polémica en torno a un tema de palpitante actualidad: los así llamados estereotipos de género.
Para la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en el caso Campo Algodonero, un estereotipo de género es una preconcepción de atributos, características o papeles que son o deberían ser ejecutados por hombres y mujeres respectivamente[1], una definición que se condice con lo señalado por el Tribunal Constitucional, en el sentido que el Estado debe asegurar la igualdad de derechos, lo que implica, entre otras cosas, la eliminación de conceptos estereotipados de los papeles masculino y femenino.
¿A qué viene todo esto? Como parte de sus actividades por el Día de la Madre, el Colegio de Abogados de Arequipa ha lanzado un “Curso de Maquillaje” dirigido a mamás abogadas. Aprenderás cómo maquillarte para el trabajo y creación de cejas, promete el banner publicitario, cuyo color es, por supuesto, rosado y está acompañado del previsible hashtag #SiempreBella.
La actividad ha provocado diversas reacciones entre positivas y negativas. Algunos comentarios adversos (ojo, solo de mujeres) han sido categóricos: “Muy inapropiado”, “¿Es en serio?”, “Que me devuelvan mi cuota”, “A falta de destreza en la argumentación, ‘bueno’ será el maquillaje…”, entre otras no reproducibles.
En la otra orilla, algunas mujeres han celebrado la iniciativa del Colegio y han exaltado la importancia del maquillaje para el trabajo de las mujeres: “No entiendo qué critican, algunas ni saben maquillarse, la presencia dice mucho de una persona…”
No han sido pocos los colegas que también se han preguntado si en el Día del Padre a algún Colegio de Abogados se le ha ocurrido organizar un evento sobre cómo anudarse la corbata, cómo plancharse la camisa y el pantalón, cómo cuidarse la piel o afeitarse; todo ello encaminado a mejorar la presencia de un padre abogado. Será que la exigencia de un abogado no es ir bello a la audiencia, sino ir bien preparado.
Las personas que critican el evento sostienen que el problema con el estereotipo de la belleza en las mujeres es que las convierte en sujetos cosificables. Dicen que no es malo maquillarse, sino el mandato social de tener que estar siempre “bellas” o tener “buena presencia”, para ser tomadas en cuenta, una exigencia que los varones no tienen.
Es interesante que una publicación que hace algunos años no habría provocado ninguna reacción, ahora permita reflexionar sobre el rol de las mujeres en la sociedad, y puntualmente, de las madres abogadas en una sociedad en la que aún siguen luchando contra toda forma de discriminación, aun esas formas veladas y asolapadas en las costumbres y la cultura.
Finalmente, es importante visibilizar que, abogadas o no, hay una vida más allá de la maternidad, como los deseos de consolidarse académicamente, de trascender en el trabajo, de lograr posiciones más elevadas y de competir en las batallas más arriesgadas. Muchas madres abogadas continúan en los juzgados, patrocinando causas, preparando apelaciones, redactando informes, fabricando interrogatorios, calificando demandas, acusando, juzgando.
[1] Caso González y otras (“Campo Algodonero”) vs. México. Excepción Preliminar, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 16 de noviembre de 2009.