Un área extremadamente difícil es la de los clientes con enfermedades psiquiátricas o psicológicas, especialmente porque nuestra capacitación como abogados nunca contempló que tendríamos que relacionarnos con ellos. Es un campo donde uno mejora con la experiencia, pero mientras tanto, hay algunos puntos que deberíamos tomar en cuenta. Hay varias razones por las cuales el nuevo sistema procesal depende de los defensores para detectar a los clientes con problemas psicológicos. En el antiguo sistema, el juez interactuaba más directamente con el cliente, pero en el nuevo, es posible que el contacto entre el juez y el cliente sea tan limitado, que no se pueda dar cuenta de que existe un problema. En otras palabras, es el trabajo del defensor identificar los problemas y decidir qué hacer.
Es importante detectar a los clientes con problemas psicológicos porque el sistema penal, en general, no está bien equipado para manejar o tratar sus necesidades, y estarían mejor atendidos en otro ámbito. Si no identificamos los problemas, las personas podrían terminar en prisión con otros adultos quienes, según demuestran los estudios, se aprovechan de los detenidos con problemas psicológicos. Es más, el cliente quizás pueda ser absuelto por razones de su condición, o el fiscal decida no perseverar con el caso si se identifica el problema y una solución.
1.- No siempre será evidente que el cliente tiene un problema y hay que estar pendiente a las señales de que algo no está bien. Por ejemplo, si un cliente no está asimilando la información que estás discutiendo con él, no responde de la manera que esperarías, no puede hablar de los hechos de una manera coherente, dice cosas raras o sin sentido, debes comenzar a preguntarte si es posible que tenga un problema psicológico.
2.- En algunos casos tendrás poco contacto con un cliente porque el fiscal ofrecerá una solución alternativa y el cliente aparentará aceptarla rápidamente. El problema es que si el cliente tiene problemas psicológicos, comúnmente tendrá problemas en cumplir las condiciones del acuerdo, lo que significa que estará de vuelta en el sistema penal, pero esta vez en una situación peor. Dada esta realidad, hay que asegurarse que el cliente está entendiendo lo que se le dice. Pídele que repita lo que tendrá que hacer si opta por una salida alternativa, y cuáles son los derechos a los que estaría renunciando. De esta manera puedes chequear su nivel de comprensión. Haz tu mejor esfuerzo para que el cliente no acepte una solución alternativa si tiene un problema psicológico, que perjudicaría su habilidad de cumplir los requisitos del acuerdo. Involucra al juez para tratar de solucionar el problema.
3.- Pide la asistencia de un perito para que evalúe a tu cliente y recomiende un protocolo. Pregúntale cuáles son las mejores técnicas para hablar y manejar al cliente.
4.- En un escenario ideal, podrás presentar las opiniones del perito al fiscal con el fin de que él se desista de continuar la persecución penal a su respecto, a cambio que el cliente haga lo necesario para no reincidir. Sin embargo, los fiscales no siempre ven el caso del mismo modo y, si es un caso serio, por razones institucionales, quizás no podrá desistir en su intención.
5.- Como el fiscal no tiene contacto directo con el cliente, es importante demostrarle por qué sería malo para el sistema que, este cliente en particular, esté encerrado con personas sin los mismos problemas, con argumentos humanos como que no deberíamos tener a personas con problemas mentales en la cárcel.
Extracto de Una guía práctica para defensores penales de la autora Andrea Seshazo.
31 Mar de 2017 @ 14:12