Halloween: ¿Qué debo hacer si compré una «casa poseída»?

Todos hemos escuchado de casas embrujadas. La Casa Matusita debe ser la más conocida de ellas en el Perú, pero es solo la punta del iceberg de una “problemática” que puede ser vista desde la perspectiva legal.

Al respecto ha hablado Anthony Choy, conocido investigador paranormal que es también abogado de la Universidad San Martín de Porres. Y es que, entre su experiencia laboral previa a volverse un ghostbuster peruano, se dedicó a la venta de propiedades.

Viviendas encantadas

Recuerda un caso acontecido en La Molina, donde un ingeniero de minas que solo llegaba a Lima los fines de semana adquirió una lujosa propiedad que era perfecta en el papel. Impuestos pagados, registros pagados, estructura moderna y elegante. Pero no todo fue felicidad.

A las semanas, una llamada sorprendió a Choy. El comprador, claramente asustado, quería ver su dinero de vuelta y anular la compra bajo un siniestro argumento.

“Mucho me molestan. Penan, me jalan las sábanas”. El abogado sabia que no hay ninguna regulación que determine a los fantasmas como una causal de nulidad de contratos. Y si bien no revela los detalles de la conclusión de ese caso, si nos comenta de otras situaciones similares. Como la sucedida en unas oficinas en Camino Real.

Una transnacional “bastante conocida” alquiló unos espacios que se volverían la filial de esta compañía, pero los abandonó luego de una serie de “accidentes laborales inexplicables” que se entendieron como fenómenos paranormales.

¿Cómo se analizan estos casos?

Según Choy, la ley no puede usarse para defender la existencia de fantasmas. Pero sí puede señalar lo necesaria que es la buena fe por parte del vendedor de la vivienda, un elemento que debe prevalecer.

En ese sentido, la investigación debe apuntar hacia la  existencia de pruebas de un evento de este tipo en la vivienda en cuestión. ¿Cómo? Pues, el abogado paranormal cree que no estamos en una sociedad que pueda discutir la existencia de un “certificado de eventos paranormales”. Pero hay otra salida.

Lo que un comprador de una “casa encantada” debe hacer es enfocar el debate a la “reputación de la casa”. ¿Qué es lo dice la comunidad sobre esta vivienda en particular? ¿Los vecinos han escuchado sobre malas experiencias dentro de ella? ¿Hay reportajes que hablen sobre eventos complicados dentro de esta casa?

La jurisprudencia peruana no tiene un precedente sobre estos casos inexplicables. Pero hay ejemplos en Estados Unidos que se han atrevido a llegar a esa siniestra frontera.

Stambovsky v. Ackley

Cuando se habla de bienes raíces y fantasmas, se consulta siempre a este caso conocido también como la Sentencia Ghostbusters. La historia de la única mansión que ha sido declarada legalmente como “embrujada” sucedió en Nueva York, en la localidad de Nyack.

Helen Ackley adquirió esta vivienda que tenia un siglo de existencia y encontró un escenario terrible que incluía un poltergeist. Antes de seguir, habría que explicar que esto es un fenómeno de naturaleza paranormal que es perceptible y generalmente violento.

Según Ackley, los seres los despertaban sacudiendo las camas, cerrando puertas y dejando objetos a los niños que residían allí. Sin embargo, la situación se salió de control cuando un visitante murió de un aneurisma apenas cruzó la puerta de la casa, por lo que optaron por venderla.

La familia Stambovsky compró el espacio, pero los agentes inmobiliarios habían ocultado todos estos detalles. Una vez hecho el primer deposito, encontraron que su nueva casa era conocida como una mansión embrujada y que incluso conformaba parte de tour en la ciudad.

Los denunciantes acusaron haber sido victimas de “fraude ectoplasmático”, un término nunca usado antes en los tribunales. Y si bien el primer fallo no fue favorable para los últimos compradores, una apelación sirvió para que los Stambovsky recibieran su dinero de vuelta.

En 1991, se hizo historia en el derecho sobrenatural y Hellen Ackley hizo una fortuna porque recibió más de cincuenta ofertas de fanáticos de la fantástico que querían adquirir la primera casa que era legalmente reconocida como encantada.

¿Es fácil vender una casa encantada?

La conclusión de la historia anterior nos lleva a cuestionar qué tan difícil puede ser llegar a vender una de estas casas. Y es que, si bien la persona promedio odiaría vivir aquí, hay un público objetivo que se encuentra fascinado por estos casos.

Ese es el caso de Jiko Bukken, un agente inmobiliario japonés que se ha especializado en la venta de estas casas embrujadas. Sobre todo en el contexto de ese país, donde la espiritualidad es entendida de manera diferente.

Allí, creen que el hecho de morir en soledad ya es causa suficiente para volver del Más Allá para atormentar a los vivos. Por lo que encontrar este tipo de fenómenos es más común, aunque él le ha sacado provecho de la mejor manera.

Bukken se dedica a reparar las viviendas que por antigüedad ya se encuentran desgastadas estructuralmente, dándoles una nueva vida que pueda reflejarse en la atmosfera de la misma. En algunos casos, ese trabajo de reparación consiste en movilizar tumbas que se encuentran dentro de la propiedad.

Hay también un público fascinado por estos casos extraños que están dispuestos a pagar el precio normal del mercado, aunque el agente inmobiliario sabe que lo más honesto es reducir el precio e informar con todos los detalles necesarios.

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