El expresidente de la República, Alejandro Toledo Manrique, se pronunció desde su cuenta de Facebook sobre la crisis que vive el Ministerio Público.
Como se recuerda, sobre el exmandatario pesa un mandato de prisión preventiva por 18 meses por el caso Ecoteva. Hay un proceso de extradición para trasladarlo desde Estados Unidos, lugar donde se encuentra actualmente, para que enfrente a las autoridades en Perú.
Declaración del Dr. Alejandro Toledo Manrique
Sobre los eventos en Perú.
Hace exactamente un año, hice sonar la alarma acerca de las amenazas al estado de derecho en el Perú planteada por facciones dirigidas por Keiko Fujimori y Alan García. Esta semana los eventos sucedidos en Perú demuestran que tales preocupaciones continúan siendo justificadas.
En este momento, los peruanos deberían de estar reunidos en sus hogares para celebrar el Día de los Reyes Magos. Sin embargo, se ven obligados a salir a las calles por la amenaza clara al estado de derecho en el Perú. Los peruanos se ven obligados a defenderse una vez más del mismo inframundo criminal antidemocrático que el año pasado sacó del cargo al presidente peruano democráticamente elegido.
Incluso con su patrona en una detención opulenta, ese inframundo continúa prosperando y trabajando para garantizar la impunidad de Keiko Fujimori, Alan García y sus círculos corruptos. ¿Es que los peruanos no tienen derecho a la paz? El fujimorismo continúa con su marcha destructiva en el Perú. Ha provocado otra crisis política nacional para proteger a sus líderes Keiko Fujimori y Alan García de las consecuencias de su conducta corrupta.
Para que ningún observador llegue a la conclusión de que el «sistema funciona» en Perú, la manipulación cínica de las instituciones peruanas que hemos presenciado en los últimos días es una táctica clásica fujimorista que recuerda el período anterior al «autogolpe» de Fujimori en abril de 1992. Los socios democráticos de Perú no deben permitir que este descarado esfuerzo para replicar el autoritarismo de Alberto Fujimori pase en silencio.
Durante 25 años hemos luchado contra el fujimorismo en el Perú. Con el mismo espíritu nos alineamos con los que lo hacen hoy. A través del movimiento de los Cuatro Suyos, casi toda la población del Perú arriesgó sus vidas en las calles para combatir la corrupción de la familia Fujimori. Hoy sus cómplices trabajan para difamarnos y cobrar venganza. Nuestra motivación siempre fue dejar a nuestros hijos y a sus hijos un Perú donde reyne la democracia con instituciones sólidas y honestas. Pero los políticos corruptos y las organizaciones políticas vinculadas con el pasado se aferran al poder. Todo ladrón quiere que todos sean de su misma condición.
Esta semana en Perú otros capítulos en el libro negro del Fujimorismo fue escrito. Antes de que mi presidencia terminara en el 2006, la mara fujimorista comenzó su persecución contra mi familia debido a nuestros esfuerzos por llevar a Alberto Fujimori, a los miembros del «Grupo Colina» y otros a responder ante la justicia por crímenes contra inocentes civiles peruanos. Desde ese entonces, los fujimoristas han manipulado el escándalo Odebrecht para fortalecer esa PERSECUCIÓN en mi contra, pero no estamos desanimados, mi vida no tiene sentido sin limpiar mi nombre y luchar por las libertades de mi pueblo; hoy más que nunca, rechazo enfáticamente los ataques contra el estado de derecho en el Perú.
El espectáculo provocado esta semana por el fiscal general Pedro Chávarry es fruto de la corrupción, no de la defensa del estado de derecho. Las instituciones democráticas peruanas están en peligro. En solidaridad con todos los peruanos, invito a los gobiernos democráticos de todas las partes del mundo a condenar las provocaciones fujimoristas que continúan amenazando las preciadas libertades peruanas.